Una idea central...

Somos La Iglesia católica


Nuestra familia está compuesta por personas de toda raza. Somos jóvenes y ancianos, ricos y pobres, hombres y mujeres, pecadores y santos.

Nuestra familia ha perseverado a través de los siglos y establecido a lo ancho de todo el mundo.

Con la gracia de Dios hemos fundado hospitales para poder cuidar a los enfermos, hemos abierto orfanatorios para cuidar de los niños, ayudamos a los más pobres y menos favorecidos. Somos la más grande organización caritativa de todo el planeta, llevando consuelo y alivio a los más necesitados.Educamos a más niños que cualquier otra institución escolar o religiosa.

Inventamos el método científico y las leyes de evidencia. Hemos fundado el sistema universitario.

Defendemos la dignidad de la vida humana en todas sus formas mientras promovemos el matrimonio y la familia.

Muchas ciudades llevan el nombre de nuestros venerados santos, que nos han precedido en el camino al cielo.

Guiados por el Espíritu Santo hemos compilado La Biblia. Somos transformados continuamente por Las Sagradas Escrituras y por la sagrada Tradición, que nos han guiado consistentemente por más de dos mil (2’000) años.

Somos… La Iglesia católica.

Contamos con más de un billón (1’000’000’000) de personas en nuestra familia compartiendo los Sacramentos y la plenitud de la fe cristiana. Por siglos hemos rezado por ti y tu familia, por el mundo entero, cada hora, cada día, cada vez que celebramos La Santa Misa.

Jesús de Nazaret ha puesto el fundamento de nuestra fe cuando dijo a Simón-Pedro, el primer Papa: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá contra ella» (Mt. XVI, 18).

Durante XX siglos hemos tenido una línea ininterrumpida de Pastores guiando nuestro rebaño, La Iglesia universal, con amor y con verdad, en medio de un mundo confuso y herido. Y en este mundo lleno de caos, problemas y dolor, es consolador saber que hay algo consistente, verdadero y sólido: nuestra fe católica y el amor eterno que Dios tiene y ha tenido por toda la creación.

Si has permanecido alejado de La Iglesia católica, te invitamos a verla de un modo nuevo hoy, visita www.catolicosregresen.org.

Somos una familia unida en Cristo Jesús, nuestro Señor y Salvador. Somos católicos, bienvenido a Casa...

Contenido del Blog

La Navidad, ayer, hoy y siempre

Por Jorge Hernández Mollar

Desde hace más de dos mil años los cristianos rememoramos el hecho histórico más grandioso e inimaginable de la vida del hombre.

Un niño nace humildemente en un lugar muy modesto de una ciudad de Judea llamada Belén. Sus padres, José y María, eran portadores de la misión más delicada y transcendental para la humanidad: dar vida, criar y educar al hijo de Dios.

Nada de lo que haya ocurrido en el mundo desde entonces es más grandioso ni relevante que esto. Nuestra imaginación no llega a alcanzar la dimensión de esa decisión divina que ha supuesto una revolución en el devenir de la humanidad. Es cierto que millones de seres humanos viven a espaldas de este acontecimiento como consecuencia de practicar otra religión o por su agnosticismo, aunque buena parte de ellos lo celebran como una fiesta con sabor social y familiar, extremando, eso sí, los gestos de paz y bondad.

Pero la celebración de la navidad, la “nativitas”, el nacimiento de Dios hecho hombre, es para los cientos de millones de cristianos del mundo un acontecimiento que va mucho más allá de lo que es un fenómeno social. Debe ser un tiempo de reflexión, de revisión de nuestras conductas, de examinar nuestras sensibilidades hacia las necesidades e inquietudes de las personas más próximas a nosotros: compañeros de trabajo, familiares, amigos…, pero sobre todo es una fiesta personal, íntima, para interiorizar nuestra actitud ante nuestras responsabilidades personales y sociales.

Hoy estamos inmersos en una sociedad excesivamente ruidosa, egoísta y en ciertos aspectos desquiciada. El mundo de las ideas e incluso de las utopías ha sido absorbido por el pragmatismo, la velocidad, la información sin límites, el economicismo. La esclavitud del hombre por el hombre ha dado paso a la esclavitud del hombre por el dinero, la corrupción, las drogas, el sexo o el mismo consumismo.

Pero nada es diferente de los tiempos en que ocurrió aquel providencial nacimiento. La perversidad del hombre de hoy no es mayor que la de entonces y los males que hoy nos aquejan tampoco. Solo se trata de que nos empeñemos en desarrollar nuestras innumerables capacidades y bondades, poniendo en práctica los valores que germinaron en Belén. El esfuerzo personal, la solidaridad, el deseo de justicia, las ansias de libertad o el respeto a las ideas u opiniones de los otros.

La Navidad coincide también con la apertura de un nuevo año. Desde que se instauró nuestro calendario gregoriano y muchos siglos antes también, cada año viene marcado por sucesos que han condicionado la vida de las personas.

Los grandes descubrimientos científicos y revolucionarios, las convulsiones políticas, los fastos deportivos y sociales junto a las catástrofes naturales o las guerras y penalidades determinan de una forma u otra la historia de la humanidad.

Estas fiestas navideñas vienen marcadas por una crisis que nos tiene que hacer reflexionar sobre nuestra actitud personal ante ella. Millones de ciudadanos en España, viven hoy de las ayudas y subsidios e incluso de la caridad por falta de trabajo.

Recuperar, como la imagen del portal de Belén, hábitos y costumbres que se asienten en la austeridad, la laboriosidad y la solidaridad nos ayudará y ayudará al nuevo Gobierno a recuperar la senda del desarrollo y de la prosperidad para todos los españoles. Este es mi deseo y el que aprovecho para transmitir en estos entrañables días a todos mis lectores y amigos.

Calculando La Navidad

La auténtica historia del 25 de diciembre

Autor: William J. Tighe | Fuente: www.forumlibertas.com

No fueron los cristianos quienes asumieron una fiesta pagana, sino al revés.

Recuperamos un artículo muy útil en estas fechas.

Muchos cristianos creen que el cristianismo celebra el nacimiento de Cristo el 25 de diciembre porque los padres de la Iglesia se apropiaron de la fecha de un festival pagano. Casi nadie da importancia a este hecho, excepto algunos grupos marginales de evangélicos americanos, que parecen interpretar que ello convierte a la Navidad en un festival pagano.

Sin embargo, resulta interesante saber que la opción del 25 de diciembre es el resultado de los intentos realizados por los primeros cristianos para averiguar la fecha de nacimiento de Jesús, basándose en cálculos de calendario que nada tenían que ver con los festivales paganos.

Fue más bien al contrario, ya que el festival pagano del "Nacimiento del Sol Invicto", instituido por el emperador romano Aurelio el 25 de diciembre de 274, fue casi con toda certeza un intento de crear la alternativa pagana a una fecha que ya gozaba de cierta importancia para los cristianos romanos. Así pues, "los orígenes paganos de la Navidad" son un mito sin fundamento histórico.

Un error

La idea de que la fecha fue sacada de los paganos se remonta a dos estudiosos de finales del siglo XVII y principios del XVIII. Paul Ernst Jablonski, un protestante alemán, pretendía demostrar que la celebración del nacimiento de Cristo el 25 de diciembre era una de las muchas "paganizaciones" del cristianismo que la Iglesia del siglo IV había adoptado, como una de las muchas "degeneraciones" que habían transformado el cristianismo apostólico puro en catolicismo.

Dom Jean Hardouin, un monje benedictino, intentó demostrar que la Iglesia católica había adoptado festivales paganos para fines cristianos sin paganizar el Evangelio. En el calendario juliano, creado en el año 45 a.C. bajo Julio César, el solsticio de invierno caía en 25 de diciembre y, por tanto, a Jablonski y a Hardouin les pareció evidente que esa fecha debía haber contenido obligatoriamente un significado pagano antes de haber sido cristiano.

Pero, en realidad, la fecha no había tenido ningún sentido religioso en el calendario festivo pagano en tiempos anteriores a Aurelio, y el culto al sol tampoco desempeñaba un papel importante en Roma antes de su llegada.

Había dos templos del sol en Roma. Uno de ellos (mantenido por el clan en el que nació o fue adoptado Aurelio) celebraba su festival de consagración el 9 de agosto, y el otro el 28 de agosto. Sin embargo, ambos cultos cayeron en desuso en el siglo II, en que los cultos solares orientales, como el mitraísmo, empezaron a ganar adeptos en Roma. Y en cualquier caso, ninguno de estos cultos, antiguos o nuevos, tenían festivales relacionados con solsticios o equinoccios.

Lo que ocurrió realmente fue que Aurelio, que gobernó desde el año 270 hasta su asesinato en 275, era hostil hacia el cristianismo, y está documentado que promocionó el establecimiento del festival del "Nacimiento del Sol Invicto" como método para unificar los diversos cultos paganos del Imperio Romano alrededor de una conmemoración del "renacimiento" anual del sol. Lideró un imperio que avanzaba hacia el colapso, ante las agitaciones internas, las rebeliones en las provincias, el declive económico y los repetidos ataques por parte de tribus germanas por el norte y del Imperio Persa por el este.

Al crear esa nueva festividad, su intención era que el día 25, en el que comenzaba a alargarse la luz del día y a acortarse la oscuridad, fuera un símbolo del esperado "renacimiento" o eterno rejuvenecimiento del Imperio Romano, que debía ser el resultado de la perseverancia en la adoración de los dioses cuya tutela (según creían los romanos) había llevado a Roma a la gloria y a gobernar el mundo entero. Y si podía solaparse con la celebración cristiana, mejor aún.

Una consecuencia

Es cierto que la primera prueba de una celebración cristiana en 25 de diciembre como fecha de la Natividad del Señor se encuentra en Roma, algunos años después de Aurelio, en el año 336 d.C., pero sí hay pruebas del Este griego y del oeste latino donde los cristianos intentaban averiguar la fecha del nacimiento de Cristo mucho antes de que lo empezaran a celebrar de una forma litúrgica, incluso en los siglos II y III. De hecho, las pruebas indican que la atribución a la fecha de 25 de diciembre fue una consecuencia de los intentos por determinar cuándo se debía celebrar su muerte y resurrección.

¿Y cómo ocurrió todo esto? Parece haber una contradicción en la fecha de la muerte del Señor entre los Evangelios Sinópticos y el Evangelio de Juan. Los sinópticos la situarían en la Pascua de los judíos (después de la Última Cena la noche anterior), mientras que Juan la describiría en la Víspera de la Pascua, en el momento en que los corderos eran sacrificados en el Templo de Jerusalén para el ágape que tendría lugar después de la salida del sol ese mismo día.

La solución a esta cuestión implica contestar a la pregunta de si la Santa Cena fue un ágape pascual o una cena que tuvo lugar un día antes, lo cual no estudiaremos aquí. Basta con decir que la primitiva Iglesia siguió a Juan y no a los sinópticos y, por tanto, creyó que la muerte de Cristo había tenido lugar el 14 Nisán, de acuerdo con el calendario lunar judío.

Por cierto, los estudiosos modernos se muestran de acuerdo con que la muerte de Cristo podría haber tenido lugar en el año 30 o en el 33 d.C., ya que éstos son los únicos años de esa época en los que la Vigilia de Pascua podían haber caído en viernes. Las posibilidades son, por tanto, el 7 de abril del 30 o el 3 de abril del 33.

Sin embargo, dado que la Iglesia primitiva fue forzosamente separada del judaísmo, entró en un mundo de calendarios distintos y tuvo que instaurar sus propios momentos para celebrar la Pasión del Señor, en parte también para independizarse de los cálculos rabínicos de la fecha de Pascua. Por otra parte, como el calendario judío era un calendario lunar que constaba de 12 meses de 30 días cada uno, cada pocos años debía añadirse un mes decimotercero por un decreto del Sanedrín, para mantener el calendario sincronizado con los equinoccios y los solsticios, así como para evitar que las estaciones se fueran "desviando" hacia meses inapropiados.

Aparte de la dificultad que debieron tener los cristianos en investigar, o quizás en ser bien informados sobre las fechas pascuales en un determinado año, el hecho de seguir un calendario lunar diseñado por ellos habría dispuesto en su contra tanto a judíos como a paganos, y seguramente también les habría sumido en inacabables disputas entre sí mismos.

El siglo II vio fuertes disputas sobre si la Pascua tenía que caer siempre en domingo o en cualquier día de la semana dos días después del 14 Artemision/Nisán, pero haber seguido un calendario lunar no habría hecho más que agravar estos problemas.

Estas divergencias eran interpretadas de distintas maneras entre los cristianos griegos de la parte oriental del imperio y los cristianos latinos en la parte occidental del mismo. Parece ser que los cristianos griegos quisieron encontrar una fecha equivalente a su 14 Nisán en su propio calendario solar y, dado que el Nisán era el mes en el que tenía lugar el equinoccio de primavera, eligieron el día 14 de Artemision, el mes en el que el equinoccio de primavera caía invariablemente en su propio calendario.
Alrededor del 300 d.C., el calendario griego fue solapado por el romano y, como las fechas de principio y final de los meses en estos dos sistemas no coincidían, el 14 Artemision se convirtió en el 6 de abril.

No obstante, parece que los cristianos latinos del siglo II en Roma y África del norte querían establecer la fecha histórica en la que murió Jesús. En la época de Tertuliano [c.155 -220 d.C.] habían concluido que murió en viernes, 25 de marzo del 29. Como nota aparte, debo hacer constar que ello es imposible: el 25 de marzo del 29 no cayó en viernes, y la Víspera de Pascua judía en el 29 d.C. no caía en viernes ni en 25 de marzo, ni siquiera en el mes de marzo.

Edad Integral

Así pues, en el este, tenemos el 6 de abril y, en el oeste, el 25 de marzo. Llegados a este punto, debemos introducir una creencia que parece ser que se propagó en el judaísmo en el tiempo de Cristo, pero la cual, como no aparece en la Biblia, no han tenido presente los cristianos. Se trata de la "edad integral" de los grandes profetas judíos: la idea de que los profetas de Israel murieron en la misma fecha que la de su nacimiento o concepción.

Este conocimiento es un factor clave a la hora de entender por qué algunos de los primeros cristianos llegaron a la conclusión de que el 25 de diciembre fue la fecha del nacimiento de Jesucristo. Los primeros cristianos aplicaron esta idea a Jesús, con lo que el 25 de marzo y el 6 de abril no sólo eran las supuestas fechas de la muerte de Jesús, sino también las de su concepción o nacimiento. Existe alguna prueba fugaz de que al menos algunos cristianos en los siglos I y II consideraron el 25 de marzo y el 6 de abril como la fecha del nacimiento de Cristo, pero rápidamente prevaleció la asignación del 25 de marzo como la fecha de la concepción de Cristo.

Y es en este día, conmemorado casi universalmente entre cristianos como la Fiesta de la Anunciación, cuando el Arcángel Gabriel llevó la Buena Nueva de un salvador a la Virgen María, con cuyo consentimiento la Palabra de Dios ("Luz de Luz, Dios verdadero del Dios verdadero, nacido del Padre antes de todos los tiempos") se encarnó en su vientre. ¿Cuánto dura un embarazo? Nueve meses. Si contamos nueve meses a partir del 25 de marzo, es 25 de diciembre; si es a partir del 6 de abril, tenemos el 6 de enero. El 25 de diciembre es Navidad y, el 6 de enero, es la Epifanía.

La Navidad (el 25 de diciembre) es una fiesta de origen cristiano occidental. Parece que en Constantinopla fue introducida en el año 379 ó 380. De un sermón de San Juan Crisóstomo, que en su época fue un renombrado asceta y predicador en su nativa Antioquía, parece que ahí la fiesta se celebró por primera vez el 25 de diciembre del 386. Desde esos centros, se esparció por todo el Oriente cristiano y se adoptó en Alejandría alrededor del 432, mientras que en Jerusalén se asumió un siglo o un poco más después. Los armenios, solos entre las Iglesias cristianas antiguas, nunca la adoptaron, y hasta hoy llevan celebrando el nacimiento de Cristo, la adoración de los Reyes y el bautismo el 6 de enero.

Por su parte, las Iglesias occidentales fueron adoptando gradualmente la celebración de la Epifanía del este el 6 de enero, y Roma lo hizo entre el 366 y el 394. Pero en Occidente, esta festividad se presentaba normalmente como la conmemoración de la visita de los Reyes Magos al niño Jesús y, como tal, era una fiesta importante, pero no una de las más determinantes. Ello provocaba un fuerte contraste con la posición de la Iglesia oriental, donde sigue siendo la segunda fiesta más importante de la iglesia después de la Pascua.

En Oriente, la Epifanía es mucho más importante que la Navidad. La razón es que la festividad también celebra el bautismo de Cristo en el Jordán y el momento en que la Voz del Padre y el Descenso del Espíritu Santo manifestaron por primera vez a los mortales la divinidad del Cristo Encarnado y la Trinidad de las 3 Personas en un solo Dios.

Una fiesta cristiana

Así pues, parece que el 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Cristo no está en absoluto en deuda con las influencias paganas en las prácticas de la Iglesia durante o después del tiempo de Constantino. Es totalmente improbable que fuera la fecha exacta del nacimiento de Cristo, pero surgió estrictamente de los esfuerzos de los primeros cristianos latinos para averiguar la fecha histórica de la muerte de Cristo.

En cambio, la fiesta pagana que instituyó el emperador Aurelio en esa fecha, en el año 274, no sólo fue un esfuerzo para utilizar el solsticio de invierno con el objetivo de hacer una declaración política, sino que, casi con toda certeza, fue también un intento de dar un sentido pagano a una fecha ya importante para los cristianos romanos. A su vez, los cristianos podrían más tarde volver a adoptar la fiesta del "Nacimiento del Sol Invicto" para referirse, en memoria del nacimiento de Jesús, a la ascensión del "Sol de la Salvación" o el "Sol de la Justicia".

________________________________________

William J. Tighe, corresponsal de TOUCHSTONE y profesor adjunto de la Universidad de Muhlenberg. Para los interesados, recomienda la lectura de Los Orígenes del Año Litúrgico de Thomas J. Talley.

Los padres, la moral, la medicina y la sexualidad

Por Don Francisco Gras

www.micumbre.com

Hay magnificas vacunas como la de la poliomielitis, la viruela, la tuberculosis, la difterias, la tosferina, tétanos, etc. que han salvado y salvan millones de vidas. Pero ninguna de estas vacunas envía mensajes como la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) o en inglés (HPV) de que los jóvenes, ya pueden dedicarse a hacer lo que quieran en sus relaciones sexuales, porque han sido vacunados contra las consecuencias de sus actos.

Los profesionales de la industria farmacéutica y de la salud, no se ponen de acuerdo si esta vacuna VPH tiene muchos, pocos o cuáles son los efectos secundarios, a plazo corto y largo, sobre los niños que la toman a partir de los 9 años. Parece ser que no ha pasado el tiempo suficiente, para que los análisis que dicen que han hecho, hayan podido investigarse bien. La vacuna está presentada como muy segura, sin apenas efectos secundarios, pero no existen suficientes garantías probadas, que demuestren de forma global, los beneficios para la salud de los niños.

No voy a comentar las recomendaciones que hacen los médicos y farmacéuticos relacionadas con la calidad, los estudios de eficacia a largo plazo, las garantías, los efectos adversos y secundarios, las contraindicaciones, el excesivo costo, la frecuencia, las dosis de inicio y de recuerdo, las edades mínimas, ni máximas, la edad en la que hay que empezar y terminar de ponerla, a qué segmentos de población, las consecuencias físicas y morales, incompatibilidades, responsabilidades, etc. Pero debo insistir que los padres tienen que tener, un total control sobre su innegable responsabilidad de su poder de decisión, en un tema tan esencial, como el de la salud total de sus hijos, ya que la industria del sexo, hace un gran esfuerzo para obligar a todos los jóvenes, a recibir esta vacuna VPH.

Es posible que alguien difiera con el planteamiento de este artículo, en general o con algunos de sus aspectos. Pero como el asunto es muy grave, no lo echen en saco roto y procuren complementarlo con otras fuentes confiables en moral, medicina y sexualidad. Sus hijos en particular y la sociedad en general, se lo agradecerán.

Esta vacuna VPH tiene sus beneficios, pero no se puede ocultar un efecto siniestro, el deseo de corromper a la juventud, desde lo más pronto posible y de que los jóvenes sigan teniendo más relaciones sexuales, cada vez a edades más tempranas y que pierdan el temor a sus consecuencias. La mejor y única vacuna eficaz, como se ha demostrado en todas las partes del mundo y desde la existencia de la humanidad, es la abstinencia sexual hasta el matrimonio. Lo demás son parches malévolos. Las vacunas contra el sarampión, la rabia, la tuberculosis, etc. son muy buenas como prevención. Pero no se les puede decir a los vacunados, que ya pueden revolcarse con todos los que tengan esas enfermedades, porque no les va a pasar nada. Seguramente no se contagiarán de esas enfermedades, pero contraerán cualquiera de las enfermedades que estén por ahí, algunas mucho peores que las que querían eliminar con la vacuna.

Los padres deberían preguntar a los profesionales que tengan el conocimiento, criterio, honestidad y moralidad para aconsejarles, sobre la vacuna VPH. Eliminando de estos profesionales los que tengan ataduras o intereses comerciales o económicas, con la industria del sexo: Laboratorios farmacéuticos, clínicas de abortos, denominadas de planificación familiar, oficinas gubernamentales y ese largo etcétera, donde están incluidas muchas más organizaciones, con ánimo de lucro con el sexo.

Es muy difícil para los padres, reconocer el tipo de educación sexual y moral que han dado a sus hijos. Todos creen que la educación que les han dado es perfecta, y nunca van a tener problemas para llevarla a cabo. Claro que si se atrevieran a preguntárselo a otras personas independientes, podrían llevarse el disgusto de que la educación que han dado a sus hijos, tiene mucho que desear y que por lo tanto, han convertido a sus hijos en personas de alto, bajo o medio riesgo, para tener enfermedades que ocasionan las relaciones sexuales, fuera del matrimonio.

Hay padres, que equivocadamente, quieren educar desde pequeños a sus hijos, en un ambiente de total libertad, sin reglas morales ni sociales, permitiéndoles que hagan lo que quieran, en aras de una mal entendida libertad sexual y moral. Los están abocando a que cuando vayan llegando, a la edad del libre consentimiento y aunque no tengan el libre albedrío, para distinguir lo correcto y lo incorrecto, se dejen llevar por sus propias apetencias incontroladas, o por las malas intenciones de personas mayores que ellos. Ese tipo de mala educación, seguramente conllevará relaciones sexuales prematuras, y por lo tanto se convierten en niños de alto riesgo, ante el virus del papiloma humano HPV. Fomentando ese tipo de educación permisiva, es cuando los padres deben ponerles la mencionada vacuna, pues ellos mismos saben, el riesgo de contagio al que someten a sus hijos.

Algunos padres consideran políticamente correcto, suministrar a los niños la mencionada vacuna VPH, sin querer entender que es una maniobra de reingeniería social y de la familia, relacionada con la “salud sexual y reproductiva”, un “gran experimento público de salud” patrocinado, fomentado y en muchos casos obligado, en las escuelas y universidades públicas, por la industria que controla y se lucra descaradamente, con la inmoral utilización desmedida del sexo en la sociedad. ¿Es esto fraude, estafa, robo, marketing del miedo o promoción agresiva de los “derechos sexuales” para los menores? Los padres pueden evitar esta obligatoriedad, en función de reivindicar el derecho a su declaración de objeción moral o religiosa.

Las alarmantes cifras propagadas sobre el cáncer uterino, producido por el Virus del Papiloma Humano VPH, han creado una desproporcionada sensación de miedo y una malévola orientación, hacia la vacunación obligatoria. Algunos padres han tenido que optar de manera precipitada, entre vacunar o no a sus hijos, por el miedo inducido a las consecuencias que pueda acarrear una decisión irreversible.

Cuando se pregunta a los padres su opinión sobre la vacuna VPH, la mayoría de ellos, por falta de información y por no querer enfrentarse a una realidad, cambian de tema, echan la culpa de la vacuna a las grandes corporaciones farmacéuticas, que manipulan a las escuelas, para imponer sus productos, tergiversan las estadísticas, que dicen ellos que conocen, e intentan crear una niebla tan espesa, que les permita escaparse y evadir la realidad y su responsabilidad.

Los padres tienen que elegir entre pensar, que con esa vacuna eliminan el problema del VPH en sus hijos, y el dejar la puerta abierta con la vacuna VPH, que la mayoría de las veces, fomenta una mayor facilidad para que se metan en otros problemas, todavía más graves, como son la repetición de los actos sexuales, al creer que no deben temer a las consecuencias que conllevan.

Los padres tienen que cambiar esa actitud permisiva, con todo lo que la sociedad les dice, relacionado con la educación sexual de sus hijos. Tienen que seleccionar lo que es trigo de lo que es paja, formando su propio criterio en función de lo que estudien ellos o les digan las personas bien formadas y con experiencia, en cada tema, así podrán adecuar su mente a lo que verdaderamente es moral. Meditar profundamente el tipo de educación, que han dado y van a dar a sus hijos, les definirá la gran respuesta, ante la administración o no de la vacuna VPH.

Los padres tienen que entender que no pueden, ni deben facilitar o permitir en la pubertad, adolescencia o juventud emergente de sus hijos, los métodos anticonceptivos como pastillas y parches anticonceptivos, píldoras del día después, sistemas intrauterinos, preservativos, vacunas contra el VPH, etc., mandándoles el equivocado mensaje, de la permisividad de las relaciones sexuales, homosexuales y lesbiánicas. Tampoco deben consentir o permitir, que mantengan relaciones sexuales prematrimoniales, sin aconsejarles sobre los graves peligros, físicos, morales y sociales que conllevan.

La mejor vacuna contra el VPH es la enseñanza y práctica de las virtudes y valores humanos. Esta vacuna tan antigua, certera y segura, la sociedad la aprendió desde hace miles de años y está impresa en la Ley Natural.

30 Virtudes y valores humanos, como base para la educación sexual de los hijos: Abstinencia, amor, autodisciplina, castidad, disciplina, educación, familia, Fe, fortaleza, generosidad, honestidad, justicia, modestia, obediencia, oración, orden, paciencia, perdón, prudencia, pudor, pureza, religiosidad, respeto, responsabilidad, sencillez, templanza, tolerancia, virginidad masculina y femenina, voluntad, etc. Cada vez hay más jóvenes, que hacen la promesa solemne, de mantener la abstinencia sexual hasta el matrimonio.

Avisar a los hijos sobre los peligros de las enfermedades sexuales contagiosas es imprescindible, para reducir o eliminar ese riesgo. Pero decir que ya no existen las enfermedades o que ha desaparecido el riesgo de contaminación de una de ellas, por lo que ya pueden hacer lo que quieran con su sexo, supone que muchos niños, al quitar el miedo al castigo que les manda la naturaleza por su mal comportamiento, aumentarán los actos inmorales. Cuando se usa algún adelanto técnico, para reducir el riesgo de algunas enfermedades sexuales, como la vacuna VPH, a menudo se pierden los beneficios, pues se asume una mayor exposición, que si no usara ese adelanto.

Si se eliminaran las leyes que castigan los crímenes, robos, asesinatos, etc. a los criminales les daría por cometer muchos más crímenes, porque les desaparecería el miedo al castigo, por lo tanto aumentaría el número de ellos y también las consecuencias de recibir mayores daños, producidos por los agresores y por los agredidos en defensa propia. Si no hubiera cárceles que atemorizan, es posible que hubiera más robos y asesinatos. Si no nos hubieran dicho mil veces, que el tabaco causa cáncer, seguramente habría mas fumadores y por lo tanto más cáncer. Quitar los castigos a los crímenes, no quitaría los riesgos de las consecuencias de esos crímenes, al contrario, aumentarían los actos delictivos y las consecuencias, para los que los producen y los que los padecen.

La vacuna VPH a diferencia de las otras, que los padres normalmente van poniendo a sus hijos desde que nacen, crea confusión en los niños a los que se les pone a los 9 años. Los padres lo justifican, diciendo a sus hijos que las niñas a partir de los 11 años, que es cuando generalmente empiezan con su periodo menstrual, podrían quedarse embarazadas, si tienen relaciones sexuales, aunque la vacuna VPH no lo impida.

Algunos padres pueden pasar por excéntricos, locos o extraños, por su manera de opinar moralmente sobre esta vacuna. La medicina y la sociedad no les permiten, que vayan en contra de la corriente que ellas marcan. Pero los padres, bien asesorados moral y médicamente, deben ir muy por delante de lo que marca la sociedad. Siempre deben estar alertas y preparados, para evitar determinados cambios inmorales, que la sociedad impone como norma. Tienen que tener la valentía de dar ejemplos gigantescos, con su entrega generosa a favor de la familia y no les tiene que preocupar, el desoír los cantos de sirena que equivocadamente la sociedad emite. No crean los padres que están solos en el mundo y sin obligaciones, siempre tienen unas raíces que regar y unas ramas que cuidar.

La responsabilidad de los padres es muy variada y tiene varios grados. Siempre tendrán que dar cuenta por lo que han hecho y por lo que han dejado de hacer, en beneficio de los hijos. Algunos padres están formados por silencios, tienen temas en los que no pueden rechazan entrar, porque no saben o porque no quieren. Prefieren arrastrar el profundo dolor que produce la irresponsabilidad, ante las obligaciones voluntariamente asumidas ante sus hijos. No deben detestar la compasión y los consejos, de los que desinteresadamente les quieren ayudar, ni encerrarse en esa burbuja cómoda, que la sociedad les ofrece con la terrible frase “todos los padres lo hacen”, pues tienen el riesgo de que la burbuja, en la que están metidos, les explote en su propia cara.

La educación de los hijos es como ir montado en un tren, que lleva a un destino previamente determinado. Se puede elegir el tren o el destino correcto o incorrecto, bajarse en mitad del recorrido y abandonar la misión familiar encomendada. Lo que no resuelve nada es decir “yo no sabía”, cuando llega el descarrilamiento de los hijos. Los padres pueden y deben discutir, comentar y negociar con los hijos, pues son su prioridad y lo que más quieren. La vida tiene unas etapas naturales, que los jóvenes, ni los mayores, las deben de quemar, pues cada etapa tiene su momento y sus características. Las conductas buenas dejan huellas buenas y las malas, las dejan malas y muchas veces irreversibles, inalterables o definitivas.

La vida es un asombroso baile, mezcla de caos y precisión, pero hay que saber claramente, cuando hay que atacar los problemas, cuando hay que hacer una finta y cuando retirarse a pensar en las soluciones adecuadas, pidiendo consejo a los expertos. A primera vista, no todas las verdades, por muy edulcoradas que estén, suelen ser positivas. Algunas verdades son muy amargas y dolorosas, pero pueden constituir el punto de partida, para llegar a los objetivos propuestos, aunque para cumplirlas, cueste realizar un esfuerzo sobrehumano.

Los padres deben tomar la decisión mejor para sus hijos, sobre esta vacuna HPV, porque creen que es la prioridad y no porque sea políticamente correcta. Esta es una de las decisiones en las que la verdad, tiene que presidir la vida, aunque esta verdad, suene cacofónica y tenga un timbre desabrido, para el resto de la sociedad. No deben tomar la decisión, solamente, por seguir la danza que la sociedad marca o por no desentonar. Esta verdad, si no suena como lo que quiere la sociedad, puede ser molesta, pero tienen que asumirla y aplicarla en beneficio de los hijos y para dar ejemplo a la sociedad, de forma que quede reflejado en la manera de estar, hablar y vivir.

Algunos padres basan la decisión de poner a sus hijos la mencionada vacuna HPV, en que lo mismo van a comenzar a tener relaciones sexuales, desde la más temprana edad y por lo tanto, pudieran ser contagiados fácilmente con enfermedades de transmisión sexual. Si bien la vacuna pudiera protegerles de la infección del HPV, no protege nada, contra las otras enfermedades sexuales ETS que la promiscuidad alentada por esta vacuna, fomenta indirectamente.

Los padres no deben volverse cómplices de la patraña sobre el sexo seguro, que la industria del sexo les quiere envolver con su verborrea engañosa, para que obren en contra de su propia naturaleza, peor aun, en contra de sus propios hijos. Esta vacuna HPV es uno de los motivos, por los que han aumentado el número de abortos en las adolescentes. Sirve para evitar el HPV pero aumenta enormemente, las posibilidades de embarazos y el contagio de enfermedades sexuales ETS.

Los padres tienen que elegir, entre enseñar, recomendar y educar a sus hijos, en la práctica de las virtudes y valores humanos, para que les hagan evitar las ocasiones de tener relaciones sexuales o dejar que ellos hagan lo que quieran. No existe ninguna alternativa que sustituya a la de llevar una vida moralmente responsable, donde prime la abstinencia sexual fuera del matrimonio. Podrán suministrarles a sus hijos alternativas médicas o farmacéuticas, pero al final es una elección, entre evitar el embarazo o evitar las enfermedades de transmisión sexual, pero no las dos cosas. La sociedad ofrece a los jóvenes muchas alternativas médicas y farmacéuticas, que evitan o suspenden los embarazos o para que no se contagien con las enfermedades de transmisión sexual, pero no ofrecen nada que pueda solucionar ambas cosas. Nunca les hablan de la abstinencia sexual, pues eso no es negocio para las empresas, ni para las organizaciones que viven de la industria del sexo.

Lo que la industria del sexo ofrece a los jóvenes para su libertinaje:

La vacuna contra el virus del papiloma humano VPH, posiblemente evita esta enfermedad o algunos tipos de la enfermedad, pero tendrán muchas más probabilidades de obtener embarazos no deseados, fuera del matrimonio y el contagio de las enfermedades de transmisión sexual, debido a que al perder el miedo a las consecuencias del VPH, realizarán más cantidad y con más frecuencia las relaciones sexuales. El sida está avanzando enormemente en el segmento de población, que ha tomado la vacuna VPH debido a la mayor desinhibición sexual.

Las píldoras anticonceptivas, los dispositivos intrauterinos (DIU’s), los implantes e inyectables, también fomentarán en los hijos una mayor cantidad de relaciones sexuales, sabiendo que no tienen el miedo a embarazarse ni a embarazar. Pero siguen con el gravísimo riesgo de contagio con las enfermedades de transmisión sexual, por aumento de las relaciones sexuales.

La píldora anticonceptiva postcoito, RU 486, denominada Plan B o anticoncepción de emergencia. Como los otros anticonceptivos evitan los embarazos, pero no evitan las graves consecuencias que origina el aumento de relaciones sexuales, al creer que no habrá embarazos.

Los preservativos, masculinos o femeninos, podrán evitar los embarazos, pero no la transmisión de las enfermedades de transmisión sexual como el SIDA.

Otras formas de realizar actos sexuales, creyendo que así podrán disminuir o evitar los embarazos, pero son igual o más peligrosas, ante el contagio de las enfermedades sexuales, en otras partes del cuerpo.

La sociedad en general y los medios de comunicación en particular, están educando a los jóvenes, desde que son niños, en que el cuerpo les pertenece y que pueden hacer con él lo que les de la gana, cuándo y cómo les de la gana. Les dicen que como es de ellos, lo pueden, como si fuera un bien inmueble, prostituir, prestar, vender, alquilar, mutilar, decorar, perforar, etc. Nadie les habla de las consecuencias físicas, morales y emocionales que esas actitudes les van a proporcionar. Solamente les dicen, que pueden ejercitar la libertad de hacer con él lo que quieran.

A los padres hoy les cuesta mucho hablar con sus hijos de las relaciones sexuales y la moralidad. Dan muchos rodeos y emplean palabras nuevas, distintas y poco claras, para expresarse sobre este tema, no van al meollo de la cuestión. Una de las formas más elocuentes de hablar, es con el ejemplo, pero es una de las formas más difíciles de hacerlo, aunque la que mejor comprenderían los hijos. Hoy en día, el sexo está presente en casi todos los órdenes de la vida, en todas sus facetas, pero no, en el coloquio amistoso de la educación.

Los padres deben educar a sus hijos sobre los aspectos sexuales, en función de su edad física y mental, con una educación positiva y prudente, haciéndoles ver que, en algunas ocasiones, es peor el remedio que la enfermedad, como en el caso de la vacuna VPH. La ignorancia no es buena compañera de la educación, por lo tanto no es negociable.

El amor y el respeto a la dignidad de la otra persona, son los principales objetivos de la sexualidad, no la promiscuidad y la permisividad absoluta, donde la obtención del placer, sea el principal objetivo de la sexualidad, al querer solamente satisfacer el instinto, con la búsqueda del placer, procurando únicamente evitar los embarazos y las enfermedades de transmisión sexual. Los hijos deben aprender a determinadas edades físicas y mentales, a entender qué es la sexualidad del matrimonio y de la procreación.

La mejor escuela para la educación de los hijos y su formación, en la práctica de las virtudes y valores humanos, la constituye una vida familiar equilibrada, en la que los padres sean fieles practicantes de ellas y totalmente entregados el uno al otro, y a sus hijos.

Los padres no deben permitir, que en nombre de una pretendida salud sexual, se corrompa a los niños y adolescentes, contándoles mentiras o verdades a medias. La vacuna VPH no soluciona el problema de las enfermedades de transmisión sexual, producidas por la promiscuidad. Los padres deben enterarse bien, de la cruda realidad de la situación presente y futura de sus hijos, y ejercitar el derecho irrenunciable e intransferible, de educar a los hijos de la forma que crean más conveniente para ellos. Tienen el derecho a negarse a que a sus hijos les pongan la vacuna HPV, si entienden que ya les han dado una buena formación, en la práctica de las virtudes y valores humanos.

La infección por el VPH representa el contagio de transmisión sexual más frecuente. Existen aproximadamente cuarenta tipos de VPH sexualmente transmisibles, algunos de los cuales, son causa del cáncer de cuello de útero. Los médicos indican que aunque se use el preservativo, en las relaciones sexuales, el riesgo de contagiarse por VPH es muy alto, y que la única forma eficaz para prevenir esa infección, es la abstinencia de las relaciones sexuales antes del matrimonio. Los padres deben insistir a sus hijos, que la prevención más eficaz es evitar el riesgo de contagio, esperando para tener las relaciones sexuales, hasta que puedan compartir un proyecto de vida matrimonial.

La vacuna que quieren aplicar, colectiva y obligatoriamente en las escuelas públicas, a todas las niñas y niños desde los 9 años, aunque según los médicos, solamente evita un número muy limitado de todos los cánceres de cuello uterino y de las verrugas genitales. La vacunación colectiva y obligatoria, equivale a asumir que no es posible retrasar el inicio de las relaciones sexuales, ni mantener la abstinencia sexual hasta el matrimonio, incluso entre los jóvenes que elijan esa opción.

La promoción de esta vacuna se está llevando en las escuelas y en los medios de comunicación, de una manera sutil, engañosa, ladina y poco cautelosa, en relación con las consecuencias morales, médicas y sexuales. Lo que está fomentando en los padres, niños y jóvenes una falsa sensación de seguridad, frente a las infecciones de transmisión sexual, lo que producen un aumento de las conductas de riesgo. Esta sensación se conoce como “comportamientos desinhibidos” o “compensación de riesgo”.

Los padres tienen la opción de negarse y oponerse con todas sus fuerzas individuales y colectivas, a la vacunación de sus hijos, para protegerlas de tantas incógnitas y mensajes confusos. Principalmente debido a que esta vacuna abre inequívocamente, una avenida de seguros errores, gravísimos e irremediables, por los que una parte de la sociedad pretende que los jóvenes circulen.

Es muy difícil que los padres se pregunten y se examinen, sobre el tipo de educación sexual que están dando a sus hijos, y mucho más que lo consulten con sacerdotes, pastores, rabinos o imanes, según la religión que practiquen. Eso es indispensable y determinante, para inclinar la balanza a un lado u otro, a la hora de permitir o no, aplicar la vacuna VPH, en función del riesgo que se supone, que esos hijos están preparados para asumir.

Unos creen que a los hijos les deben dar total libertad, para que hagan lo que quieran, cuando quieran y con quien quieran.

Otros creen que no pueden hacer nada en ese tipo de educación sexual, pues sus hijos están inmersos en un tipo de sociedad permisiva, donde es muy difícil luchar contra corriente, que todos hacen lo mismo y que la batalla la tienen perdida de antemano.
Otros creen que siempre ha habido hijos rectos y torcidos y que los padres, no han podido hacer nada, para que no se tuerzan, ni enderezar a los torcidos.

Otros creen que recomendándoles los imprescindibles exámenes periódicos de Papanicolaou, ya han terminado con su obligación educativa, olvidándose que muchas hijas, todavía no tienen la edad de hacérselo o no quieren decir que lo necesitan hacer, para no levantar sospechas, de haber tenido relaciones sexuales prematuras. Algunas veces el examen llega tarde, pues las hijas no saben que han contraído la enfermedad y ya está muy avanzada.

Otros creen que lo mejor es ocultar a los hijos, como "mentira piadosa", que les han puesto la vacuna. Más tarde o más temprano se enterarán, y es mucho mejor explicarles la decisión tomada y los motivos que les llevaron a esa decisión. El futuro de los hijos, dependerá de la educación sexual que hayan recibido de sus padres. Los padres deben explicar claramente, los peligros que les podría suceder si creen que con la vacuna, ya pueden hacer lo que quieran sexualmente, creyendo equivocadamente que se les abre una avenida donde la “compensación de riesgo” es alta.

Otros implícitamente aceptan como normal el estado de las prácticas sexuales autodestructivas de los jóvenes. Asumiendo que los niños o adolescentes desde los 11 años, están teniendo esas prácticas, y que por precaución, deberían recibir esta vacuna, aunque no sirva para combatir, otras peligrosas ETS que los niños y los jóvenes pueden contraer. Algunos padres prefieren ignorar la actual cultura de la promiscuidad, que la mencionada vacuna puede fomentar por la repetición de los actos sexuales.

Otros aceptan poner la vacuna a sus hijos, porque saben que no les han educado suficientemente en la práctica de las virtudes y valores humanos, o debido al medio ambiente en el que se desarrollan, por el segmento social al que pertenecen, por las experiencias familiares, por el mal ejemplo que los padres dan, etc. Algunas veces tienen que reconocer, que los hijos corren un alto riesgo, ya que desde temprana edad tienen o van a tener, una vida sexualmente activa.

Hay muchos padres que se preocupan de enseñarles el verdadero camino con el ejemplo y con la práctica de las virtudes y valores humanos, este es el mejor camino para que alcancen su plenitud. En este caso no es necesario y si contraproducente el ponerles la vacuna VPH y todos los peligros que conlleva.

Las familias y por lo tanto la sociedad, viene lidiando con índices siempre crecientes de enfermedades sexualmente transmitidas ETS, que hoy son aproximadamente 26 diferentes. Existe un gravísimo problema, que es dar por hecho que la promiscuidad sexual de los jóvenes, no se puede modificar, y que sólo es posible reforzar las acciones, para combatir las enfermedades resultantes. Pero se lograría mucho más, si toda esa energía se dirigiera a la educación y prevención.

La vacuna VPH demuestra que el sexo seguro es inseguro, y que los métodos anticonceptivos, no evitan las enfermedades de transmisión sexual, algunas mortales como el VPH, HIV-SIDA, etc. el único sexo seguro, es el sexo abierto a la vida dentro del matrimonio. Pero hay muchos y ocultos intereses políticos, económicos, demográficos, etc. A más vacunas de esta clase, más relaciones sexuales y más embarazos no deseados, por lo tanto mas abortos y mas contagios de las enfermedades de transmisión sexual. Así crecerá el número de clientes enfermos y se aumentarán los gastos, necesarios para combatir esas enfermedades, además de los ingresos por la realización de abortos.

Esta vacunación obligatoria se ha convertido para los gobiernos, en un instrumento de “pulso político”, una bandera equivocada de “modernidad” y de “progreso” dentro de una carrera por ser el primero en adoptarla, para así decir que se está a la vanguardia en las técnicas de prevención y en el grupo de países punteros, en las políticas públicas de salud. La engañosa publicidad política y comercial, que conlleva un pulso a las familias, donde la industria del sexo ha multiplicado sus esfuerzos de marketing y de corrupción política. Para algunas industrias farmacéuticas, el sexo fuera del matrimonio y las enfermedades y abortos criminales que conlleva, es como su combustible. No pueden vivir sin él.

Resumen:

La razón de poner la vacuna VPH a los niños, está motivada por la aseveración inexacta, de que indefectiblemente todos, empezando desde la más tierna juventud, van a tener relaciones sexuales antes del matrimonio y por lo tanto, van a contraer el virus del papiloma humano.

La abstinencia sexual antes del matrimonio, es la única vacuna que verdaderamente evita todas las enfermedades de transmisión sexual. Todavía ningún joven, se ha muerto por practicar la abstinencia.

La abstinencia sexual fuera del matrimonio, tiene que estar enseñada a los hijos con el ejemplo y la práctica de las virtudes y valores humanos, antes indicados.

La vacuna contra el virus del papiloma humano VPH abre los caminos que fomentan las relaciones sexuales y por lo tanto, la transmisión de otras graves enfermedades sexuales. Con ella sí se propicia la posibilidad, de que haya más muertos y enfermos graves e incurables, aunque prevenga el VPH y las verrugas genitales.

Si tienen la menor duda, sobre poner o no poner la vacuna a sus hijos, les sugiero que ante la gravedad del tema, no titubeen en consultarlo con su pediatra y con el sacerdote, pastor, rabino o imán, según la religión que practiquen.

¡Padres! No tengan miedo, pues no están solos, pongan todas sus energías en educar sexualmente bien y honradamente a sus hijos, al final ellos y la sociedad se lo agradecerán.

Si tiene algún comentario, por favor escriba a francisco@micumbre.com

Si quiere leer otros artículos complementarios, visite www.micumbre.com Desde el Indice podrá encontrar todos los artículos, por orden de publicación y utilizando el buscador, localizarlos según los temas deseados.

Si tiene algún familiar o amigo al que cree que le puede interesar este artículo, por favor reenvíeselo. Es posible que se lo agradezcan.

Cultos levantados sobre el desencanto del cristianismo

Por Guillermo Gazanini Espinoza

http://blogs.periodistadigital.com/sursumcorda.php

El mundo secularista y relativista ha adoptado a Dios bajo la apariencia de mil máscaras. La proliferación de los nuevos cultos y de la religiosidad alternativa ha propiciado que lo divino se presente de acuerdo a las necesidades particulares a través de los gurús, profetas, santones y videntes dotados de dones supranaturales, carismas irresistibles y mando férreo para desempeñar el papel de guías y, peor, de ser las encarnaciones auténticas del Dios único e intérpretes exclusivos de su voluntad.

La erosión de los métodos de evangelización de las Iglesias históricas provocó la desilusión en muchos para acercarse a los cultos esotéricos y mistéricos que transforman los paradigmas religiosos; la guerra al crimen organizado en México, por otro lado, propició la fundación de cultos para honrar a la muerte en una idolatría moderna que hace sincretismo de elementos católicos para entronizar a los dioses nuevos bajo la forma de los santos no canonizados.

La proliferación de sectas resulta del vacío en el que muchos se encuentran al no tener las respuestas definitivas de su existencia y no menos es la decepción religiosa al carecer de ayuda efectiva ante necesidades apremiantes y demandas espirituales. En ocasiones, tienen finalidades utilitaristas y pragmáticas y el caldo de cultivo propicio son las necesidades personales en función a las respuestas útiles mediante el toque esotérico, el clima afectivo, el poder carismático del líder o el elitismo sectario de los grupos que, en no pocas ocasiones, realizan una despersonalización total del sujeto despojándolo de su voluntad y libertad. Estos movimientos religiosos alternativos coinciden con la definición de secta como grupos separados de los grandes troncos eclesiales que trae aparejado un toque despectivo y peyorativo: segregación, pequeñez, exceso, fanatismo, proselitismo, lavado de cerebro, despersonalización.

El Informe Progresivo del Secretariado para la Unidad de los Cristianos, el Secretariado de los no Cristianos, el Secretariado de los no Creyentes y el Consejo Pontificio de la Cultura de la Santa Sede, publicado en mayo de 1986, quiso dar luces sobre los peligros y retos pastorales ante el fenómeno de las sectas y de los nuevos movimientos religiosos. De acuerdo con el documento, el concepto secta tiene significados diversos que no permiten una definición sencilla. Una aproximación deriva hacia los “grupos religiosos con una concepción del mundo suya específica, derivada, pero no completamente de acuerdo con ellas, de las enseñanzas de las grandes religiones mundiales".

Aunque nos referimos aquí a determinados grupos que normalmente insisten en la libertad del hombre y de la sociedad en general, los cultos y sectas también están caracterizados por un determinado número de cualidades específicas, que generalmente consisten en que son autoritarias, estructuralmente, que se sirven de formas de lavado de cerebro y de control mental, que forman grupos que fomentan y alimentan un sentimiento de culpa o de miedo”.

Es claro que hay sectores sociales que son objetivos de las sectas y nuevos movimientos religiosos. Como se ha mencionado, el vacío y la angustia, particularmente en los tiempos de crisis, hacen proclive la proliferación de cultos extraños que ofertan los remedios más inauditos para lograr la prosperidad. Estos “grupos vulnerables” tienen un sector que es digno de mayor atención: el de los jóvenes ya que “cuanto más «sueltos» anden, ociosos, sin tomar parte activa en la vida y organización de la parroquia, o provengan de una familia con bases no estables, o pertenezcan a grupos étnicos minoritarios, o vivan en lugares lejanos del influjo de la Iglesia, etc., tanto más posible es que los quieran atrapar los nuevos movimientos y sectas.

Otras sectas parecen atraídas principalmente por gente de grupos de media edad. Otras sacan sus adeptos de familias acomodadas y cultas. En este contexto, se tiene que mencionar los campus universitarios, que son generalmente terreno favorable de adoctrinamiento para sectas o lugares de reclutamiento. Por otra parte, una relación difícil con el clero o una situación matrimonial irregular, puede llevar a una ruptura con la Iglesia y una agregación a un nuevo grupo”.

Los nuevos grupos religiosos, por lo tanto, activan métodos proselitistas agresivos que, en un momento inicial, no revelan las intenciones reales de los líderes: un campamento, cursos de superación, talleres de autoestima, invitaciones a círculos bíblicos, pláticas motivacionales, conferencias, exposiciones, cocteles o días de campo son ganchos atractivos. El adoctrinamiento, una vez que el neófito acepta, vendrá después con el fin de iniciar un itinerario cuyo resultado podría ser devastador. El informe Vaticano así describe estos procesos de reclutamiento y de técnicas de formación entre las que destacan el bombardeo de amor, las “fiestas-pesca”, la adulación, la distribución de ayudas materiales y las garantías de un futuro mejor si doblegan la voluntad a la del líder todopoderoso.

No es nuevo afirmar la enfermedad de lo trascendente que padece la sociedad, patología con un significado más estremecedor cuando las sectas de corte satánico, santeras, de culto a engendros como la santa muerte o de ritos que amparan a los capos de las drogas, revelan las descomposición a la que hemos llegado cuando la religión deja de ser el vínculo de Dios y los hombres cuyo medio es la caridad. En la sociedad mexicana, tal vez una de las más religiosas en la América hispana, se ha arraigado una crisis profunda de valores que desvirtúan el significado auténtico del rol del catolicismo.

Los jóvenes parados, la delincuencia desatada, la fiebre de poder, la corrupción, las injusticias y violencia indiscriminada y la angustia por el futuro fermentan grupos cuya presencia ofrece una respuesta más efectiva en comparación con las ideas radicadas en la pobreza evangélica y el amor al prójimo del cristianismo. Para aliviar toda esta putrefacción, se requiere de una “fe legitimadora” y fetichista que pretende ofrecer inmunidad ante la muerte y los deseos negativos a cambio de dinero y riquezas; en pocas palabras, es el deseo –nuevo y añejo- de la humanidad para controlar lo que no puede estar bajo su poder… y en tiempos de crisis es mejor tener buenas palancas, aún religiosas, que infundan miedo y respeto a quienes se sienten dueños de todo.

La oferta en el mercado espiritual se dirige a todos los gustos. Desde las sectas gnósticas y esotéricas, pasando por las de corte carismático, milenarista y apocalíptico, hasta las más extrañas como las de la muerte y el diablo, su proliferación en México denota además, la necesidad de una reactivación de los métodos de evangelización que tengan las características requeridas por el beato Juan Pablo II: nueva en sus métodos y en su ardor.

Benedicto XVI lo sabe bien al haber creado el Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización quien afrontará la difusión, quizá incontrolable, de las sectas porque “Sólo una nueva evangelización puede asegurar el crecimiento de una fe límpida y profunda, capaz de hacer de estas tradiciones una fuerza de auténtica libertad. Ciertamente urge en todas partes rehacer el entramado cristiano de la sociedad humana. Pero la condición es que se rehaga la trabazón cristiana de las mismas comunidades eclesiales que viven en estos países o naciones». No es para menos, las sectas resultan de la incapacidad de las grandes religiones para llegar al corazón de cada hombre y mujer: Son los nuevos cultos levantados sobre el desencanto del cristianismo.

Sobre la Farsa del Cambio Climático

QUÉ DICEN LOS EXPERTOS

Por Luis Fernández Cuervo (luchofcuervo@gmail.com)

La tesis central de la teoría del calentamiento global es que las emisiones de dióxido de carbono atrapan, directa e indirectamente, una cierta cantidad de calor en la atmósfera de la Tierra impidiendo que escape al espacio. Las mediciones hechas en el mundo real, sin embargo, muestran algo muy distinto a lo que se creyó y a lo que la ONU insiste en que creamos.

Informes de la Nasa (28-julio-2011) además de descubrir que se está atrapando mucho menos calor que lo predicho por los modelos climáticos alarmistas, los datos del satélite de la NASA muestran que la atmósfera comienza a emitir calor hacia el espacio exterior antes de lo que los modelos de la naciones Unidas habían pronosticado.

Estos datos del nuevo satélite Terra de NASA son consistentes con la información de largo plazo de NOAA y NASA que muestran que la humedad atmosférica y los cirrus no están aumentando en la manera predicha por los alarmistas. La información del satélite Terra también apoya a los datos recogidos por el satélite ERBS de NASA y muestran que mucha más radiación de onda larga (o sea calor) escapó al espacio entre 1985 y 1999 de lo que los modelos alarmistas –modelos de laboratorio por computación-predecían.

Por otra parte cada vez más expertos del clima se van convenciendo de que el agente principal que influye sobre el clima es el Sol.

Así lo atestiguan, entre otros, Fernando Noël: el clima y la temperatura de la Tierra dependen de la actividad solar, y sobre ello no puede haber discusión alguna; Horst-Joachim Lüdecke, con sus estudios publicados en el último número de la revista Energy & Enviroment, (Octubre 17, 2011) expone que el aumento en la actividad solar fue la verdadera razón para que el tiempo se volviese más cálido desde 1950 a 2000. Desde 2000 no hubo ningún calentamiento. ¡Es el Sol, no el Hombre!; Eigil Friis-Christensen: Lo que más influye en el cambio de temperatura media de la Tierra es la actividad solar, la actividad de las manchas solares, el magnetismo solar, que además también regula la formación de nubes.

Por otra parte, en el mundo de los científicos, algo aislado de la actividad de los Medios, se va viendo, cada vez más claro, que esto del cambio climático hace tiempo que dejó de ser un problema científico, para pasar a ser una campaña mundial con otros fines. Ya se vio con la alteración de datos, maniobras turbias y conclusiones torpes, del IPCC, el CRU y los grupos de trabajo de la Universidad East Anglia.

Richard S, Linzen, profesor de meteorología en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), dijo sobre esas maquinaciones: ¿Qué tiene que ver todo esto con la catástrofe climática? La respuesta nos lleva a un escándalo que es, en mi opinión, considerablemente mayor que lo implicado en los e-mails de la Unidad de Investigación del clima (CRU), aunque no tan grave como la destrucción de la información que se hizo. Concretamente:la sugerencia de que la misma existencia del calentamiento o del efecto invernadero era equivalente a catástrofe. Esto es el más grosero de los fraudes. Es ese fraude el que le confiere tanta importancia a las maquinaciones en los e-mails diseñados para alterar las temperaturas algunas pocas décimas de grado.

Freeman Dyson, definió su postura con dos frases lapidarias: «Todo el alboroto sobre el calentamiento global es terriblemente exagerado»; «El calentamiento global es el primer artículo de fe de una religión secular mundial»;

Julien Eilperin y David A. Fahrenthold en The Washington Post (15-2-10): “Existe la impresión de que algo está podrido en el IPCC”

Jeffrey Kargel, también se queja porque «es realmente doloroso comprobar lo que ha sucedido».

Y sin embargo la ONU sigue diciendo que menos gente es menos CO2 exhalado y por tanto mejora el clima. ¿Y usted que dice?

¿Qué es una secta?

Tomado prestado de www.apologeticacatolica.org

¿Qué es una secta?

Presentar una definición de secta que sea aceptada por todos no es algo simple.

Esto, porque un mismo término puede tener diferentes lecturas, inclusive si se le estudia desde el punto de vista religioso o sociológico.

La raíz etimológica del término secta se halla en el verbo latino secare, que significa “cortar, separar, romper con, etc.”.

Si nos aproximamos al significado de secta desde el lenguaje religioso tradicional, podemos citar las siguientes definiciones:

“Una secta en el lenguaje religioso tradicional tiene resonancias netamente peyorativas. Por oposición a “Iglesia” “secta” designa un pequeño grupo secesionista que reúne a los discípulos de un maestro herético”[1]

“En religión se suele distinguir entre secta e Iglesia. La Iglesia es universal, abierta a todos; la secta es sólo de “puros”, los “salvados”. La Iglesia tiene diversos grados de pertenencia: hay fervorosos y no fervorosos. La secta es sólo de iniciados y militantes. La Iglesia acepta ser enriquecida y evolucionar; la secta no. La Iglesia actúa por evangelización y diálogo, la secta por proselitismo. La Iglesia acepta las realidades humanas (política, cultural, sociedad, diversión, etc.); la secta es negativa de las realidades humanas… ”[2]

“La secta se caracteriza por ser un grupo religioso cerrado que nace por oposición a las Iglesias institucionales establecidas y por oposición al mundo.”[3]

“Podríamos sin ningún dogmatismo definir la secta como aquel grupo humano en el que se dan todas y cada una (no sólo algunas) de las siguientes características: organización piramidal, sumisión incondicional al dirigente, sea éste personal o colectivo, anulación de la crítica interna, persecución de objetivos políticos y/o económicos enmascarados bajo una ideología de tipo espiritual, sea religiosa o filosófica; instrumentación de los adeptos para fines propios de la secta; ausencia de control o fiscalización de la secta por cuenta de otro poder religioso o filosófico”[4]

“Una secta es un grupo de tendencia religiosa y filosófica que une a sus adeptos en torno a un maestro venerado, Intenta actualmente tomar un aspecto para-científico y a menudo terapéutico. Se caracteriza igualmente por un comportamiento elitista, muy particularista y cerrado. Finalmente, manifiesta una intolerancia más o menos marcada y un proselitismo vigoroso que utiliza métodos y procedimientos propagandísticos”[5]

“Las sectas son grupos religiosos, generalmente pequeños, llenos de en entusiasmo, integrados por hombres y mujeres, asociados voluntariamente, tras una conversión, que creen detectar la verdad y la salvación, excluyen radicalmente a los demás, se colocan contra las Iglesias y contra el mundo y obedecen ciegamente a sus fundadores”[6]

“Las sectas don agrupaciones de carácter voluntario…,con un fuerte sentido de identidad…, que exigen de sus miembros un sometimiento pleno y consciente que, si no llega a eliminar todos los demás compromisos, debe, al menos, situarse por encima de ellos, ya se refieran al Estado, a la tribu, a la clase o al grupo familiar…Se consideran a sí mismas como una élite… como un grupo aparte, arrogándose, sino ya siempre una salvación absolutamente exclusiva, al menos de los mayores bienes. Muestran además cierta inclinación al exclusivismo…El hecho de pertenecer a una secta determinada supone, pues, un distanciamiento, y tal vez una hostilidad frente a otras sectas y grupos religiosos…Expulsan a quienes se muestran indignos de ellas….El autocontrol, la conciencia y la rectitud son importantes características del sectarismo…Recurren a algún principio de autoridad distinto del que es inherente a la tradición ortodoxa…a autoridad defendida por una secta puede ser la supuesta revelación de un líder carismático, puede consistir en una reinterpretación de los escritos sagrados, o bien puede ser la idea de que los verdaderos fieles obtendrán una revelación por sí mismos”[7]

“Las secta destructivas son organizaciones pseudo-religiosas, pseudo-filosóficas o pseudo-culturales, de estructura piramidal y totalitaria, que se dedican a la captación de adeptos para explotarlos mediante falsas promesas y técnicas de coerción psicológica, siempre en provecho del afán de poder y de lucro de sus líderes”[8]

Características de las sectas destructivas

Entre las características fundamentales de una secta destructiva están:

1. Grupo cohesionado por una doctrina (religiosa o socio-religiosa) demagógica y encabezado por un líder carismático que es la divinidad misma o un elegido por ella, o bien un poseedor de la “verdad absoluta” en cualquier ámbito social.

2. Estructura teocrática, vertical y totalitaria, en donde la palabra de los dirigentes es dogma de fe. Los líderes intervienen hasta en los detalles más íntimos y personales de sus adeptos y exigen que sus órdenes sean ejecutadas sin la menor crítica.

3. Exigen adhesión total al grupo y obligan (bajo presión psicológica) a romper con todos los lazos sociales anteriores con la entrada al culto, padres, pareja, amigos, trabajo, estudios, etc.

4. Viven en comunidades cerradas o en total dependencia del grupo.

5. Suprimen las libertades individuales y el derecho a la intimidad.

6. Controlan la información que llega hasta sus adeptos, manipulándola a su conveniencia.

7. Utilizan sofisticadas técnicas neurofisiológicas –enmascaradas bajo la “meditación” o el “renacimiento espiritual” de los adeptos, causándoles en muchos casos lesiones psíquicas graves.

8. Propugnan un rechazo total a la sociedad y a sus instituciones. Fuera del culto, todos somos enemigos (polarización entre el bien-secta y el mal-sociedad), la sociedad es basura y las personas que viven en ella solo interesan en la medida que puedan servir al grupo.

9. Sus actividades primordiales son el proselitismo (conseguir nuevos adeptos) y la recolección de dinero (cuestaciones callejeras, cursos, actividades comerciales e industriales e incluso claramente delictivas). En caso de las sectas multinacionales, el dinero es enviado en buena parte a las centrales de cada grupo.

10. Bajo coacción psicológica, obtienen la entrega del patrimonio personal de los nuevos adeptos a la secta o de grandes sumas de dinero en concepto de “cursillos” o “auditorías”. Los miembros que trabajan en el exterior del grupo entregan todo o gran parte de su salario a la secta. Y los que trabajan en empresas de culto no cobran salarios (las nóminas de esas empresas sólo son una cobertura ilegal, ya que nunca se hacen efectivas –o devuelven dinero- para sus miembros –mano de obra)”

Estas y otras definiciones pueden ser encontradas en el libro Para conocer las sectas, de Juan Bosch.

NOTAS

———————-

[1] Alain Woodrow, Les nouvelles sectes, Seuil, Paris 1977, pág. 11-12
[2] Juan Días Vilar, Las sectas, un desafío a la pastoral, Northeast Hispanic Catholic Center, Nueva York 1987, pág. 23-24
[3] Roger Mehl, Tratado de sociología del protestantismo, Studium, Madrid 1974, pág. 252
[4] Cesar Vidal, El infierno de las sectas, Mensajero, Bilbao 1989, 12
[5] Albert Samuel, Para comprender las religiones en nuestro tiempo, Verbo Divino, Estella 1989, pág. 189
[6] J.M. Ganuza, Las sectas nos invaden, Santiago 1990, pág. 14
[7] Byan Wilson, Sociología de las sectas religiosas, Guadarrama, Madrid 1970, pág. 26-27
[8] Texto de André Dénaux, citado por Pilar Salarrullana, Las sectas, o.c. ,53