Una idea central...

Somos La Iglesia católica


Nuestra familia está compuesta por personas de toda raza. Somos jóvenes y ancianos, ricos y pobres, hombres y mujeres, pecadores y santos.

Nuestra familia ha perseverado a través de los siglos y establecido a lo ancho de todo el mundo.

Con la gracia de Dios hemos fundado hospitales para poder cuidar a los enfermos, hemos abierto orfanatorios para cuidar de los niños, ayudamos a los más pobres y menos favorecidos. Somos la más grande organización caritativa de todo el planeta, llevando consuelo y alivio a los más necesitados.Educamos a más niños que cualquier otra institución escolar o religiosa.

Inventamos el método científico y las leyes de evidencia. Hemos fundado el sistema universitario.

Defendemos la dignidad de la vida humana en todas sus formas mientras promovemos el matrimonio y la familia.

Muchas ciudades llevan el nombre de nuestros venerados santos, que nos han precedido en el camino al cielo.

Guiados por el Espíritu Santo hemos compilado La Biblia. Somos transformados continuamente por Las Sagradas Escrituras y por la sagrada Tradición, que nos han guiado consistentemente por más de dos mil (2’000) años.

Somos… La Iglesia católica.

Contamos con más de un billón (1’000’000’000) de personas en nuestra familia compartiendo los Sacramentos y la plenitud de la fe cristiana. Por siglos hemos rezado por ti y tu familia, por el mundo entero, cada hora, cada día, cada vez que celebramos La Santa Misa.

Jesús de Nazaret ha puesto el fundamento de nuestra fe cuando dijo a Simón-Pedro, el primer Papa: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá contra ella» (Mt. XVI, 18).

Durante XX siglos hemos tenido una línea ininterrumpida de Pastores guiando nuestro rebaño, La Iglesia universal, con amor y con verdad, en medio de un mundo confuso y herido. Y en este mundo lleno de caos, problemas y dolor, es consolador saber que hay algo consistente, verdadero y sólido: nuestra fe católica y el amor eterno que Dios tiene y ha tenido por toda la creación.

Si has permanecido alejado de La Iglesia católica, te invitamos a verla de un modo nuevo hoy, visita www.catolicosregresen.org.

Somos una familia unida en Cristo Jesús, nuestro Señor y Salvador. Somos católicos, bienvenido a Casa...

Contenido del Blog

La redacción de los cuatro Evangelios

Por Mons. Francisco José Arnaiz S.J.

Sobre los cuatro evangelios se ha investigado y escrito abrumadoramente.

Hay tres realidades que no pueden ser preteridas a la hora de leerlos, analizarlos y manejarlos. Esas tres realidades son: los hechos y enseñanzas de Jesús de Nazaret que en ellos se narran, el proceso de esos dichos y hechos hasta quedar consignados en cuatro escritos parecidos y diferentes, y la intención de cada uno de los autores al trasmitírnoslos.

Es justo decir que los cuatro evangelios presuponen, (verdad hoy científicamente incuestionable), que Jesús de Nazaret existió y proclamó verdades fundamentales. Este presupuesto es de incalculable importancia para la historia, para el catolicismo, para el cristianismo y para la cultura occidental.

Al analizar científicamente los evangelios tres problemas nos salen al paso: la distancia temporal entre la vida de Jesús de Nazaret y las redacciones evangélicas, la interpretación de sus hechos y dichos a la luz de la resurrección y de la irrupción del Espíritu Santo por parte de los cuatro evangelistas, y la intención catequética de ellos.

Cuatro etapas podemos distinguir en la redacción de los evangelios.

La primera etapa son los hechos y dichos de Jesús de Nazaret tal como se produjeron.

Que hubo enseñanza continua y expresa está fuera de duda, Jesús de Nazaret desenvolvió su vida como predicador itinerante y como instructor cuidadoso y particular de un grupo, los “doce” discípulos suyos en vida, y, después de muerto, heraldos de sus enseñanzas.

Esos doce viven y conviven con el Maestro, y al morir este, son llamados “testigos del Señor” Estos testigos y, por testigos cualificados con críticamente el aval indiscutible de la historicidad de los hechos y dichos de Jesús de Nazaret, y son el puente entre sus dichos y hechos y las primeras comunidades cristianas, que reciben oralmente la predicación apostólica centrada en la figura de Jesús, su vida, sus hechos y sus dichos.

La vida de Jesús fue patente a los que convivieron con él y es, por lo tanto, objeto de historia. Y lo son, sobre todo, los hechos más significativos que por su misma naturaleza son ciertamente imborrables.

Entre éstos hay que contar los extraordinarios como es su muerte y resurrección.

Una vez acaecida y comprendida por los doce, la muerte y la resurrección en toda su profunda significación, la vida de Jesús adquiere para ellos un nuevo sentido. Diríamos que es cuando verdaderamente captan la esencia y la naturaleza del cristianismo.

La segunda etapa es la predicación apostólica.

Diseminados por diversas regiones y pueblos, los apóstoles predican lo que Jesús de Nazaret hizo y enseñó. Pero no lo hacen como cronistas escrupulosos sino como predicadores religiosos.

La crítica histórica resalta que en su predicación ellos conceden especial importancia a la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret y a su sentido profundo. La narración de la pasión goza en los cuatro evangelios de notable extensión y cierta uniformidad.

El ansia, sin embargo, de conocer detalles y pormenores de Jesús, y la tendencia a mitificar su vida y persona no aparece en ellos pero sí en los novelescos apócrifos que han llegado hasta nosotros.

Tales apócrifos fueron, por eso, siempre rechazados con responsabilidad y seriedad.

La predicación apostólica no fue mera proclamación de los hechos y dichos de Jesús sino también interpetación de ellos en clave teológica y espiritual. Por otro lado, en su predicación adoptaron diversos modos o géneros literarios en dependencia manifiesta de la mentalidad y cultura de ellos y del auditorio al que se dirigían. Hubo desde el primer momento testimonios, himnos y doxologías. El análisis literario descubre hoy claramente tales géneros en los cuatro evangelios.

Es muy importante tener en cuenta esto y saber discernirlo. Sería un error craso de hermenéutica elemental medir con el mismo rasero de crítica histórica actual una simple narración, una narración simbólica, una exclamación doxológica o un himno.

La tercera etapa son las tradiciones orales y escritas de las comunidades cristianas primitivas.

Recuerdos de primeros cristianos y la predicación primera de los apóstoles quedó fijada en tradiciones orales y escritas en las primitivas comunidades o grupos de cristianos. Algo muy lógico.

Lucas alude en su prólogo a tales tradiciones, y San Pablo habla de ellas explícitamente en la carta primera y segunda a los Tesalonicenses y en la primera carta a los Corintios. Lo confirma también con claridad meridiana el análisis crítico de los cuatro evangelios.

Sabido esto, se explica la propensión a la estilización, al esquematismo palpable.

Se explica la agrupación de géneros literarios, añadiduras y omisiones deliberadas y el empleo a veces de pormenores o detalles. Es un modo eficaz y espontáneo de ayudar a la memoria, de dar brillantez o vida a una narración escueta y de dar expresividad a una enseñanza.

Cualquiera que lea con detención y crítica los cuatro evangelios, identifica sin esfuerzo en Mateo varias narraciones en una narración bien trabajada y bien trabada: discurso inaugural del Monte, discurso misionero y discurso parabólico; e identifica también varias colecciones de dichos y hechos de Jesús de acuerdo a materias semejantes: parábolas, milagros, discusiones con los fariseos, explicaciones particulares.

Es especialmente perceptible esta técnica en varias colecciones de milagros que se presentan en el mismo orden pero en contextos evangélicos muy distintos.

Teniendo en cuenta lo dicho, a nadie debe extrañar que tradiciones y recuerdos pierdan en este contexto circunstancias de lugar y tiempo, pormenores y detalles. Lo interesante era saber lo que Jesús había dicho y hecho substancialmente y no tanto el dónde, cómo y cuándo. Sufre por ello la biografía, pero el interés biográfico no era el que ellos perseguían.

La cuarta etapa es la redacción definitiva de los cuatro evangelios.

Supuestas esas tradiciones orales y escritas de las comunidades cristianas primitivas, se imponía una obra de síntesis y de fijación definitiva. Era una tarea muy lógica de los apóstoles antes de morir. Ellos lo podían hacer, lo debían hacer y lo hicieron.

Dado el proceso que hemos expuesto, su trabajo era en primer lugar de selección de recuerdos y de tradiciones existentes, y, después, de síntesis de ellas y de acomodación a las comunidades para las que escribían, conservando, sin embargo, la forma de proclamación que les había dado origen.

En todo este trabajo jugó un papel especial el fin que cada evangelista tenía al escribir su evangelio. De acuerdo a este fín, cada evangelista cambió el orden de los dichos y hechos y los presentó en distintos contextos y no juzgó que alteraba la verdad de la narración si la colocaba aquí o allá o si no refería las palabras del Señor al pie de la letras, con tal que se mantuviese el sentido verdadero de ellas, siendo, por otro lado, mínimas las variantes.

Expuestas las cuatro etapas de la redacción de los cuatro evangelios, se imponen varias conclusiones para provecho de mis lectores.

La primera conclusión es que el proceso de su redacción garantiza plenamente la realidad histórica de cuanto se narra en ellos.

La segunda es que la historicidad de cada hecho y dicho de Jesús necesita de un análisis detenido a través de las etapas que hemos expuesto.

La tercera es que todas las narraciones evangélicas, en cuanto a narraciones, no en cuanto a contenido de ellas, no tienen el mismo origen ni el mismo género literario.

Y la cuarta es que su finalidad teológica, pastoral y no biográfica explica sobradamente ciertas limitaciones históricas Un reconocido biblista ha escrito recientemente: “Los evangelios están por encima de un mero historicismo.

Nos dan la interpretación, significado y consecuencias de una vida, muerte y resurrección, realidades de orden superior inasequible al dato histórico.

Los evangelios son la historia de Jesucristo visto con los ojos de aquellos que testigos y discípulos de Jesús de Nazaret creen en él. Sólo en la fe y en la vida de la Iglesia revelan todo su valor eterno porque nacieron en la Iglesia, de la Iglesia y para la Iglesia.

Jacob Neusner es un rabino, muy judío, especialista en la historia del judaísmo en los primeros siglos de la era cristiana, profesor de la Universidad de South Florida, radicado en St. Petersbuurg que ha escrito varios libros, muy notables todos.

Entre estos, últimamente, uno –excelente– que lleva por título “Un rabino habla con Jesús”. De él, antes de ser elegido Papa, Joseph Ratzinger escribió: “Con mucho, este libro es el más importante para el diálogo judío-cristiano, publicado en el último decenio”.

En este libro Neusner afirma: “El Jesucristo en el que la cristiandad se reconoce, es el Jesucristo de los evangelios, y no es el Jesús de los eruditos, presentado en libros complicados con notas a pie de página…

Bernard Nathanson M.D. in memoriam

Era conocido como el rey del aborto. Había realizado no menos de 75.000 abortos.

Si hay algo que admiramos de un científico es la capacidad de ser humilde e inclinarse ante la evidencia.

Dijo: “como científico no creo, yo se y conozco que la vida humana empieza en el momento de la concepción”.

Desde el día que dejó la industria del crimen de los no-nacidos en 1979, se dedicó a dar testimonio de su convencimiento, de su evidencia.

Reproducimos esta carta fechada en 1992, explicando su estrategia como médico involucrado en la industria de la muerte; ella misma es suficientemente elocuente.

“Soy responsable directo de 75.000 abortos, lo que me empuja a dirigirme al público poseyendo credibilidad sobre la materia.

Fui uno de los fundadores de la Asociación Nacional para Revocar las Leyes sobre el Aborto en los Estados Unidos, en 1968. Entonces una encuesta veraz hubiera establecido el hecho de que la mayoría de los norteamericanos estaban en contra de leyes permisivas sobre el aborto. No obstante, a los 5 años conseguimos que la Corte Suprema legalizara el aborto, en 1973. ¿Como lo conseguimos? Es importante conocer las tácticas que utilizamos, pues con pequeñas diferencias se repitieron con éxito en el mundo Occidental.

Nuestro primer gran logro fue hacernos con los medios de comunicación; les convencimos de que la causa proaborto favorecía un avanzado liberalismo y sabiendo que en encuestas veraces seríamos derrotados, amañamos los resultados con encuestas inventadas y las publicamos en los medios; según ellas el 60% de los norteamericanos era favorable a la implantación de leyes permisivas de aborto. Fue la táctica de exaltar la propia mentira y así conseguimos un apoyo suficiente, basado en números falsos sobre los abortos ilegales que se producían anualmente en USA. Esta cifra era de 100.000 (cien mil) aproximadamente, pero la que reiteradamente dimos a los medios de comunicación fue de 1.000.000 (un millón). Y una mentira lo suficientemente reiterada, la opinión pública la hace verdad.

El número de mujeres que morían anualmente por abortos ilegales oscilaba entre 200 y 250, pero la cifra que continuamente repetían los medios era 10.000 (diez mil), y a pesar de su falsedad fue admitida por muchos norteamericanas convenciéndoles de la necesidad de cambiar las leyes sobre el aborto.

Otro mito que extendimos entre el público, es que el cambio de las leyes solamente implicaría que los abortos que se practicaban ilegalmente, pasarían a ser legales. Pero la verdad es que actualmente, el aborto es el principal medio para controlar la natalidad en USA. Y el número de anual de abortos se ha incrementado en un 1500%, 15 veces más.

La segunda táctica fundamental fue jugar la carta del anticatolicismo.

Vilipendiamos sistemáticamente a la Iglesia Católica, calificando sus ideas sociales de retrógradas; y atribuimos a sus Jerarquías el papel del “malvado” principal entre los opositores al aborto permisivo. Lo resaltamos incesantemente. Los medios reiteraban que la oposición al aborto procedía de dichas Jerarquías, no del pueblo católico; y una vez más, falsas encuestas “probaban” reiteradamente que la mayoría de los católicos deseaban la reforma de las leyes antiaborto. Y los tambores de los medios persuadieron al pueblo americano de que cualquier oposición al aborto tenía su origen en la Jerarquía Católica y que los católicos proaborto eran los inteligentes y progresistas. El hecho de que grupos cristianos no católicos, y aún ateos, se declarasen pro-vida, fue constantemente silenciado.

La tercera táctica fundamental fue denigrar o ignorar, cualquier evidencia científica de que la vida comienza con la concepción.

Frecuentemente me preguntan que es lo que me hizo cambiar. ¿Cómo pasé de ser un destacado abortista a un abogado pro-vida? En 1973 llegué a ser Director de Obstetricia en un gran Hospital de la ciudad de Nueva York, y tuve que iniciar una unidad de investigación perinatal; era el comienzo de una nueva tecnología que ahora utilizamos diariamente para estudiar el feto en el útero materno. Un típico argumento pro aborto es aducir la imposibilidad de definir cuando comienza el principio de la vida, afirmando que ello es un problema teológico o filosófico, no científico.

Pero la fetología demuestra la evidencia de que la vida comienza en la concepción y requiere toda la protección de que gozamos cualquiera de nosotros.

Ud. podría preguntar: ¿Entonces, por qué algunos doctores, conocedores de la fetología, se desacreditan practicando abortos?

Cuestión de aritmética: a 300 dólares cada uno, un millón quinientos cincuenta mil (1.550.000) abortos en los Estados Unidos, implican una industria que produce 500 millones de dólares anualmente. De los cuales, la mayor parte van a los bolsillos de los doctores que practican el aborto.

Es un hecho claro que el aborto voluntario es una premeditada destrucción de vidas humanas. Es un acto de mortífera violencia. Debe de reconocerse que un embarazo inesperado plantea graves y difíciles problemas. Pero acudir para solucionarlo a un deliberado acto de destrucción supone podar la capacidad de recursos de los seres humanos; y, en el orden social, subordinar el bien público a una respuesta utilitarista.

Como científico no creo, yo se y conozco que la vida humana comienza en la concepción. Y aunque no soy de una religión determinada, creo con todo mi corazón que existe una divinidad que nos ordena finalizar para siempre este infinitamente triste y vergonzoso crimen contra la humanidad”.

El Dr. Bernad Nathanson ha fallecido el pasado 21 de febrero de 2011.

Descanse en paz.

Blood money - the film

"Blood Money" - the abortion business...


http://bloodmoneyfilm.com/blog/abortion-pro-choice

www.youtube.com/watch?v=cYaTywSDmls&feature=channel_page

http://www.youtube.com/watch?v=JWsveTwv3sw&feature=player_embedded


A continuación una trascripción (libre) de las conversaciones.

- “Dinero ensangrentado” – el negocio del aborto, la película

The business of abortion, a shocking expose on the nature of the abortion business in America.

- El negocio del aborto, un impactante documental sobre la verdadera naturaleza del negocio del aborto en América.

The inconvenient truth of abortion…

- La incómoda verdad sobre el aborto…

“We had a whole plan to sell abortion and it was called “sex education”.”

- Teníamos un plan completo para promover (vender) el aborto y lo denominamos “educación sexual”.

“To break down their natural modesty, separate them from their parents and values and become sex experts in their lives so they turn to us, when we would give them a low dose birth control pill they would get pregnant on or a defective condom.”

- El “plan” consistía en romper con su inocencia natural, separarlos de sus padres y de sus valores y convertirnos en sus asesores en sexo para que vinieran a nosotros, cuando les suministraríamos pastillas anticonceptivas de baja dosis para que se embarazaran y condones defectuosos.

Yow need to see this film…

- Necesitas ver esta película…

“Our goal was three to five abortions from every girl between the ages of thirteen and eighteen.”

- Nuestra meta era de tres a cinco abortos de cada joven entre los trece y quince años.

“The multitude of people that have been hurt by abortion is just insanable.”

- La multitud de personas que han sido afectadas penosamente por el aborto es sencillamente incalculable.

“Abortion is really to me the ultimate exploitation of women.”

- El aborto es, para mí, simplemente la última explotación de la mujer.

“They are so shameful and secretive that many woman don’t tell anybody they had an abortion. They won’t say anything for 20, 30, 40, 55 years. They are traumatized, it’s silenced.”

- Ellas (al abortar) están tan avergonzadas y encerradas en sí mismas que jamás dicen a nadie han tenido un aborto. No dirán nada por 20, 30, 40, 55 años. Están traumatizadas, que permanecen en silencio.

3’500 Americans aborted daily…

- 3’500 mujeres norteamericanas abortan diariamente.

“US Senate reports state that: “physicians, biologists and other scientists agree that conception marks the beginning of the life of a human being. A being that is alive and is a member of the human species. There is an overwhelming agreement on this point in countless medical, biological and scientific writings.”

- Reportes presentados al Senado de los Estados Unidos afirman que: médicos, biólogos y científicos concuerdan que la concepción marca el inicio de la vida de un ser humano. Existe un abrumador acuerdo sobre este punto en numerosos estudios médicos, biológicos y científicos.

“Planned Parenthood is expanding now. They are building gigantic abortion clinics in anticipation of socialized medicine.”

- La IPPF, International Planned Parenthood Federation, conocida localmente como PROFAMILIA, se expande en la actualidad. Ellos construyen gigantescas clínicas abortistas en anticipación a la socialización de la medicina (en Estados Unidos)

“There is a lot of money involved. We never would take personal checks. We always encourage the ladies to bring cash. (Why?) You don’t have to report cash, friend.”

- Hay gran cantidad de dinero envuelto. Nunca tomamos cheques personales. Siempre animamos a las muchachas para que trajeran dinero en efectivo. (¿Por qué?) Usted no tiene que reportar el efectivo, amigo.

“When you are fighting for your life, you need to know what you are fighting for, and if what you are fighting for is life, how do you destroy a life in an effort to fight that fight?”

- Cuando se está luchando por la vida, necesitas saber por qué se está luchando, y si por lo que se está luchando es la vida, ¿cómo destruir una vida en el esfuerzo por luchar esa pelea?

The truth can not be buried…

- La verdad no puede ser sepultada…

“I am fighting so hard to save myself that I would kill someone else to get that.”

- Estoy luchando tan fuerte por salvar mi vida que estaría dispuesta a matar a alguien con tal de lograrlo.

“I recognize that I have been involved in the death of 35’000 babies.”

- Reconozco haber estado involucrada en la muerte de más de 35’000 niños.

Blood money…

- Dinero ensangrentado…

“And the truth has really come out about what abortion does to women, let alone the unborn baby, a dead baby. It would over.”

- Y la verdad ha salido a la luz acerca del daño que causa el aborto a la mujer, ni hablar del no nacido, un niño muerto. Todo ha terminado.

Del pozo de Puerto Rico a Dominicana

28 de Marzo #2005
En memoria de San Juan de Capistrano (+ 1456)

Sr.
Fernando Hasbún
CDN - TV
Vía correo electrónico
Ciudad,

Ref.: “El pozo de Puerto Rico y los encuentros sobrenaturales por CDN”

Distinguido Sr. Hasbún:

“Hace unos cuantos siglos (c. 1538), en la entonces muy católica Inglaterra reinaba el muy católico Enrique VIII. Tan católico era que de inmediato condenó la herejía luterana y se pronunció en su contra. Pero la ambición de poder, sumada a cuestiones de amoríos y pasiones, llevó a dicho monarca a separarse de la Iglesia de Roma. La honestidad e integridad de unos cuantos, que prefirieron la Verdad a la genuflexión complaciente, les costó bastante caro: Tomás Moro, insigne intelectual católico de la Isla británica (uno de los más brillantes de toda Europa), pagó con la vida su fidelidad a la Iglesia católica Romana. La historia, por todos conocida, recoge cuando la corona inglesa aumenta su poder tiránico inventando aquello de una “iglesia” local, cuya cabeza sería siempre el mismo rey.” [J. Del Duero]

Al saludarle cordialmente, he querido dirigirle la presente con la finalidad de expresarle mis sinceras inquietudes luego de observar el programa de referencia el pasado Viernes Santo a prima noche. No puedo dejar de decirle lo mal que me he sentido desde entonces, al ver aquellas imágenes proyectadas en la pantalla chica, y luego confirmar fuera re-transmitido en nueve ocasiones durante el fin de semana: nueve horas de televisión nacional “at it’s best”.

¡Que barbaridad!

Le cuento que de esto hace cuatro años cuando estuve presente como invitado en un acto que celebraron los adeptos de esta comunidad seudo-religiosa en el auditorio de la UNPHU. Aquello fue una experiencia única, para que nadie tuviera que contarme, pasé momentos tan difíciles allí, pues vi a una cantidad enorme de personas que corrientemente veo en las distintas parroquias de Santo Domingo a las que asisto en una que otra ocasión. Aquello fue terrible, pues como temí, algunos pensaron por un momento que por estar presente en aquel lugar daba crédito al asunto, confiados de lo que hacían. Craso error el de todos ellos, ya que luego tuve que confrontar a cada uno de los que vi allí para explicarles en detalle el motivo de mi presencia en aquel lugar. Fue ciertamente vergonzoso y frustrante ver como a algunos ni les importaron mis explicaciones y hoy andan perdidos en las marañas y patrañas de dicha organización.

Por cierto, la invitación, que guardo en mis archivos, tiene un foto-montaje del Santo Padre, S.S. Juan Pablo II, “supuestamente” recibiendo de ellos una imagen de una virgen que ÉL nunca recibió, y me consta, ya que luego establecí comunicación con la Congregación para la Doctrina de la Fe en Ciudad del Vaticano. Estos señores nunca han estado allí, mucho menos el Pastor de nuestra Iglesia recibir nada de ellos o de parte de ellos. Es todo una falsa, una gran falsa.

En el video, las imágenes que se observan de sacerdotes y religiosos, se trata de unos rebeldes que ya han sido debidamente sancionados por las autoridades de la Iglesia. En cuanto a las monjas que andan por ahí dando vueltas, la Santa Sede no reconoce su procedencia, por lo que, de nuevo, son unas farsantes. Ninguno de ellos cuenta con la debida acreditación.

En definitiva, su forma de actuar es completamente anti-católica; sus ideas y conceptos son totalmente heréticos, aquello de las siete estrellas en la corona de María, cuando San Juan nos habla de doce. La Virgen María es la hija predilecta de Dios, Madre de Dios Hijo, Jesucristo, y esposa del Espíritu Santo, quien la cubre con su Sombra y la deja embarazada. Sus doctrinas no sólo son tremendistas y milenaristas, sino que se insiste demasiado en el mesmerismo y la milagrería de la Virgen , cuando sabemos que el único que obra milagros y realiza portentos es Jesús, su Hijo. Es extraño esto de presentar la carnada de los milagros ante un pueblo tan necesitado de todo y de fe, supersticioso y pobremente evangelizado. La Virgen María jamás podrá considerarse mesmerista, pues su oficio consiste en llevarnos a todos a su Hijo, Jesús de Nazaret. Punto.

Yo que vengo trabajando en estas cosas desde hace ocho años, nunca había visto cosa igual suceder. Solamente los puertorriqueños, y nosotros los dominicanos, podemos permitir cosa semejante. Y lo grande del caso es que pocos hasta ahora se han dado cuenta de la gravedad del asunto.

Hoy hablaba yo con mi suegra al mediodía, cuando ella me cuenta lo encantada que se sintió al ver el documental, para casi caerse de espaldas cuando le conté la dolorosa pero verdadera historia. Dice ella, que con razón es que tantas personas de poco conocimiento en la fe y pobre experiencia cristiana están cayendo en la trampa que estos señores tienden con la ayuda de los medios, que como ustedes, han sido engañados para propagar la mentira.

Mire que hay muchas maneras de resarcir el daño que hemos hecho a nuestra sociedad este fin de Semana Santo. Se me ocurre sugerir humildemente que se designe un team de investigadores para que lleguen a profundidad sobre el asunto, y se proyecte a toda la nación con la misma intensidad con que se ha propagado esta basura. Tenemos que advertir a nuestro pueblo en el lío en el que pueden caer de hacer caso a la malvada invitación que se les ha hecho.

Tengo todo el material que necesita.

Que Dios Espíritu Santo el conceda mucha sabiduría para discernir bien el asunto. Con la fidelidad conque Don Alejandro y Don Manuel veneran a la Virgen de la AltaGracia, apoyando las obras de ese Obispado, esta afrenta ha de considerarse como un ataque directo a su propia fe cristiana católica. Esto no puede quedarse así, ustedes tienen que hacer algo.

Con sentimientos de consideración y estima, le saluda,

atentamente,

Mario R. Saviñón

Yo soy libre, todo mi tiempo es libre...

Por Clemente Ferrer

La libertad es un don inalienable de todos los hombres. La verdadera libertad es aquella que se vive con plena responsabilidad. Pablo de Tarso nos da ejemplo de amor a la libertad cuando, frente al determinismo, proclamaba que “fuisteis llamados a la libertad”.

Todo ser humano debe amar y defender la libertad personal. Sin libertad no podemos amar. La libertad es para amar y para servir y está vinculada con la verdad.

La libertad es la base de la verdadera dignidad de la persona humana. Defendemos la libertad cuando procuramos ser coherentes con la verdad y nos esforzamos por luchar contra la esclavitud de las pasiones.

También la defendemos cuando no queremos acostumbrarnos a la degradación moral y a los atentados contra la vida humana.

Los medios de comunicación son, también, verdaderos instrumentos al servicio de la libertad en la medida en que transmiten la verdad. Actúan, decisivamente, a favor de la libertad cuando ejercen correctamente su papel de creadores y difusores de opinión; son la voz de los ciudadanos frente a los poderes públicos.

Asimismo, los medios de comunicación son vehículos para potenciar la libertad de la persona, pero cuando se oponen a la verdad, al ofrecer una visión reductiva del ser humano, se fomenta el consumismo o se explotan las tendencias desordenadas, cuando se bombardea con el morbo escandaloso o se presentan como puntos de referencia de comportamientos anómalos o antinaturales, son formas de opresión.

También debemos rechazar la inmoralidad ya que es una falta de respeto a la dignidad humana. Y exigir que los medios de comunicación cumplan con su fin específico; informar, formar opiniones y entretener.

Amamos la libertad pero exigimos responsabilidad ya que deben ser conscientes, los medios de comunicación, del gran servicio que están llamados a desempeñar como difusores de la verdad y constructores de la libertad.

“¡Oh, libertad, encanto de mi existencia!, sin ti el trabajo es tortura y la vida una larga muerte”, dijo Pierre-Joseph Proudhon, filósofo, político y revolucionario francés.

Misterios en la iglesia

Por Monseñor Ramón de la Rosa y Carpio

De un golpe, los días que fueron del 4 al 6 de febrero 2011, me tocó presidir y vivir de cerca una serie de actividades relacionadas con ministerios de la Iglesia. Me pareció interesante el constatar, como una muestra de la vida de la Arquidiócesis de Santiago, esta coincidencia de diversos grupos de hombres y mujeres, que voluntariamente querían ponerse al servicio de los demás desde su opción cristiana. Decidí, por ello, escribir este artículo con el fin de compartir una realidad, que no siempre se conoce bien en su conjunto, aunque he de decir que este escrito no recoge, ni mucho menos, la totalidad del tema.

1 - CANDIDATOS AL SACERDOCIO

El punto de partida de mis acciones pastorales, los días aludidos de febrero 2011, fue mi acostumbrado retiro anual en ese mes para los seminaristas, candidatos al sacerdocio.

Me encontré, la noche del viernes 4, ante 70 hombres de diferentes edades presidiendo un acto penitencial, preparatorio para las confesiones individuales. Cinco de ellos son estudiantes de último año para ser ordenados sacerdotes; los demás están estudiando teología, filosofía o hacen el bachillerato; al menos doce poseen ya una licenciatura en filosofía; había cuatro de nacionalidad haitiana y uno puertorriqueño, viudo, graduado en enfermería y ya abuelo.

Es palpable el crecimiento de vocaciones sacerdotales en República Dominicana. A excepción de una, diez de nuestras diócesis poseen su propio Seminario Menor para los candidatos estudiantes del bachillerato. Hace 50 años sólo existía uno y hace apenas 15 años, siete. Para los bachilleres ya graduados, antes de entrar a la carrera de filosofía, debimos crear dos centros, uno en Santo Domingo y otro en Santiago.

Hace cuatro años creció tanto el número de seminaristas, que debimos edificar un centro en Santiago para seminaristas filósofos. Ahora tenemos, para estos años de filosofía, dos recintos, uno en Santo Domingo y otro en Santiago.

Debo dejar constancia de que sólo me estoy refiriendo a candidatos al sacerdocio, que dependen directamente de las Diócesis, no a los que son formados por las diferentes Congregaciones religiosas. Sólo en Santiago, el mismo fin de semana al que nos referimos, había otros cuatro centros de dichas Congregaciones, aunque más pequeños, formando otros candidatos al ministerio sacerdotal.

2 - DIÁCONOS PERMANENTES

Al día siguiente de mi primer ejercicio con los seminaristas, la mañana del sábado 5 de febrero, empiezan a llegar a la Capilla del Seminario de diferentes partes de las dos Provincias, Santiago y Espaillat, que componen la segunda Arquidiócesis de República Dominicana, hombres en su mayoría casados y unos pocos célibes: son los estudiantes de la Escuela de Diáconos Permanentes.

Se preparan ellos para ejercer el ministerio de la Palabra, ministerios litúrgicos (como el bautismo, matrimonios, entierros), servicios de promoción humana y otros servicios pastorales que les confía el Obispo. En este momento son 52 los candidatos al Diaconado permanente en Santiago. Este ministerio se remonta a los mismos orígenes de la Iglesia (Hechos de los Apóstoles, Cap. 6).

Los ordenados ya suman 110 en Santiago y unos 500 en todo el país. Su labor en las comunidades es callada, pasa casi desapercibida, pero muy eficaz. Su formación específica dura cuatro años. Se reúnen para ello, sábado tras sábado en las mañanas.

Todos son bachilleres, unos son profesionales universitarios y otros pasaron al mundo laboral sin hacer la Universidad. Son ellos hombres que asumen al mismo tiempo la responsabilidad de sus familias, su trabajo para sustentarse y su ministerio diaconal, el cual ejercen de manera absolutamente voluntaria, con gran sentido de generosidad.

En esa mañana del 5 de febrero 2011, aparecían mezclados, en algunos momentos en los pasillos del Seminario San Pío X, en Santiago, para distintas tareas formativas, 112 hombres: 70 seminaristas, todos célibes y en su mayoría jóvenes, como candidatos al sacerdocio, y 52 hombres, en su gran mayoría casados y con hijos, como candidatos al Diaconado permanente.

3 - VÍRGENES CONSAGRADAS

De las aulas del Seminario San Pío X, pasé en la tarde de aquel sábado cinco de febrero, a la Casa de Emaús, al lado de la Catedral aún en vías de consolidación y remozamiento, para presidir una de las ceremonias más antiguas de la Iglesia, relacionada con el ministerio de la mujer en ella: la consagración de vírgenes.

Uno de los hechos que no deja de maravillarme, es el del Dios, que aquí y allá, llama a las más diversas vocaciones y ministerios, como el de muchachas que animadas por la voz interior de Dios, optan por permanecer vírgenes y célibes en sus casas, con sus familias, en medio de sus trabajos, con más tiempo para ejercer diversos servicios y ministerios.

Aparentemente son “muchachas que no se casaron”, juzgadas, tal vez, como jóvenes que no encontraron maridos. Las hay, ciertamente, solteras, que reúnen esa condición. Pero éstas no: suelen hacer un voto privado de virginidad y castidad.

Pero a las que lo deseen, la Iglesia les concede que asuman este compromiso públicamente. Así, en la fiesta litúrgica de Santa Águeda, 5 de febrero 2011, una virgen originaria de Sicilia que murió martirizada en el año 250, consagramos públicamente para la Arquidiócesis de Santiago, durante la celebración de la Misa y con gran asistencia de feligreses de sus respectivas parroquias, a dos vírgenes, que ya habían hecho privadamente sus votos. Viviendo ese estilo de vida ministerial hay 13 mujeres en Santiago.

Valga decir, por otra parte, que la gran mayoría de mujeres vírgenes consagradas en la Iglesia se reúnen en las Congregaciones religiosas, Institutos seculares y otras Asociaciones, viviendo normalmente en comunidades.

En la Arquidiócesis de Santiago se cuentan en este momento 55 de estas comunidades de mujeres, todas ellas, vírgenes consagradas, llamadas de ordinario “religiosas” o “monjas”. Cada uno de esos grupos comunitarios femeninos tiene un mínimo de tres miembros, llegando en Santiago a un total de casi 200 mujeres vírgenes, dedicadas a los más diversos servicios y ministerios a tiempo completo.

Notemos, además, que 10 de esas comunidades tienen novicias, es decir, jóvenes que se preparan para la vida religiosa consagrada en la virginidad y castidad.

4 - UN PROFESOR UNIVERSITARIO SACERDOTE

Dentro de esa misma dinámica de acciones pastorales relacionadas con ministerios en días cercanos, el domingo 6 de febrero del 2011 en la Iglesia de la Parroquia Universitaria de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, a las 11 a.m., impuse las manos, como signo visible desde los tiempos bíblicos para conferir un ministerio en la Iglesia, al Profesor universitario Diego López Luján, ordenándolo “Diácono Transitorio”, paso previo exigido por la Iglesia para la ordenación sacerdotal.

Por esta norma eclesiástica todo candidato al sacerdocio debe ejercitarse, por lo menos durante seis meses, en el ministerio del diaconado, del que hemos hablado más arriba. Durante esta ceremonia el candidato hace ya el compromiso del celibato, que va unido al ministerio sacerdotal.

Diego había recibido la debida formación filosófica y teológica, necesaria para un sacerdote, y, a mediados del año 2010, solicitó la ordenación sacerdotal, empezando a dar los pasos rituales para ese fin.

Será ordenado sacerdote, Dios mediante, el 13 de agosto del año en curso 2011. Se da con más frecuencia que un sacerdote sea profesor universitario que un profesor universitario se ordene sacerdote.

5 - OTROS MINISTERIOS

Luego de la ordenación diaconal, como es costumbre, nos reunimos en la tarde de ese domingo 6 para almorzar juntos y festejar al nuevo diácono transitorio. Entre los comensales había un grupo de amigos de Diego. Surgió el tema de la acción pastoral en la Arquidiócesis.

Me preguntaron sobre el número de sacerdotes y la participación del laicado. Les dije, entre otras cosas:

Hay en Santiago 120 sacerdotes, que han celebrado alrededor de 300 misas dominicales en este día. A ellos hay que agregar los 110 Diáconos permanentes y los más de 700 Presidentes de asamblea, que han tenido hoy no menos de 800 celebraciones de la Palabra de Dios, como también los más de 2,000 Ministros y Ministras de los Enfermos, que visitaron o visitarán alrededor de 6,000 enfermos en sus casas, porque no pueden venir a la Iglesia, para llevarles el Cuerpo Eucarístico de Cristo.

También hoy, por gracia de Dios, en Moca se tuvo un curso para 60 catequistas.

Igualmente estos días 4-6 de febrero se reunieron 12 jóvenes del Equipo de Formación de líderes juveniles para evaluar y programar su labor.

Terminé diciéndoles: ciertamente que hoy o en estos tres últimos días han acontecido otras muchas actividades en el territorio de la Arquidiócesis de Santiago, pero no les puedo dar más datos, porque su Arzobispo no es Dios para saber todo lo que El mismo Dios hace en ella a través de sus múltiples ministerios.

La Altagracia... ¿criolla o extranjera?

Por PEDRO ANTONIO VALDEZ

El nombre de Altagracia, en honor a la Santísima Patrona de la República Dominicana, sin dudas es uno de los más utilizados en el país. ¿Quién no tiene una tía, una hija, una hermana, una amiga, una vecina que se llame así? Se podría decir que, en esta nación, Altagracia es el nombre por excelencia.

Fray Cipriano de Utrera nos cuenta que el origen de la adoración formal a María surge en el siglo V, en Efeso, cuando fue declarada “Madre de Dios”. De inmediato surgieron las advocaciones. En las tierras españolas surgieron sus advocaciones de la Virgen de Gracia y Nuestra Señora de Gracia. Ahora bien, el título de Alta Gracia aparece en España durante el período de los Godos y los Visigodos, en el noreste, en pueblos como Garrovillas de Alconéctar, de Cáceres, y Siruela, de Badajoz, localizados en la región de Extremadura, zona rica en historia que limita a España con Portugal.

Digamos que en nuestro país existen dos versiones sobre la llegada de la Virgen de la Altagracia. Una de origen popular. Otra, histórica.

La Virgen de la Altagracia existe entre nosotros desde antes del surgimiento de la nación. Ella es más dominicana que la bandera, que el escudo, que el Palacio Nacional. Su advocación es anterior a nuestras ciudades y al adjetivo propio de dominicanos. La historia popular que nos habla de su aparición en la isla es de tierra adentro, y viene envuelta en un manto de encanto religioso.

Esta tradición cuenta que hace varios siglos un comerciante de Higüey viajaría a Santo Domingo a vender y comprar mercancía. Su hija le pidió que le trajera de Santo Domingo una imagen de la virgen de la Altagracia. Su padre no conocía dicha virgen, pero de todos modos le prometió traérsela. El hombre fue a Santo Domingo y realizó todas sus diligencias comerciales. Entonces procedió a buscar el cuadro que le había pedido su hija. Pero resultó que nadie conocía dicha Virgen. Donde quiera que preguntaba, no le sabían dar noticias de la imagen que buscaba.

El hombre se entristeció y, con cierto sentimiento de frustración, emprendió el regreso hacia Higüey. En el camino le alcanzó la noche. Entró a una casa de unos amigos, que estaba ubicada en medio del monte, donde cenaría y dormiría. Una tormenta empezó a azotar con truenos, lluvia y fuertes vientos. El comerciante les comentó a los habitantes de aquella casa sobre la imagen de la Virgen que no había podido encontrar. Momentos después tocaron a la puerta. Al abrir, apareció un anciano de aspecto venerable, que venía empapado y con un rollo envuelto debajo del brazo. Cuando entró a la casa, el extraño e inesperado visitante abrió el rollo y los presentes pudieron ver la imagen de una hermosa Virgen morena. “Esta es la Virgen de la Altagracia que usted anda buscando”, dijo el anciano al comerciante. Mientras todos estaban embelezados ante la imagen, el anciano, tan inesperadamente como había llegado, desapareció en medio del monte.

Mons. Ramón Benito de la Rosa y Carpio en su libro “Nuestra Señora de la Altagracia", recoge la anécdota con importantes puntualizaciones simbólicas: «Se cuenta que un anciano misterioso, que nadie supo de donde vino y que se hizo invisible luego de su acción (es decir, Dios), Regaló a un padre de familia (es decir al pueblo Dominicano) la Virgen de la Altagracia, este padre, a su vez, lo entregó a su hija (es decir, a sus descendientes). El regalo (la Virgen Madre de Dios) es milagroso: desapareció y apareció en un naranjo (es decir Dios hace maravilla a través de él).

Llevado de nuevo a la casa de la familia, no se queda allí, repite su presencia en el naranjo: es decir, la Altagracia no es de una sola familia sino de todas. Es la madre espiritual de los Dominicanos, es la madre común que los acompaña los unifica, los ama y les concede bienes, "milagros"».

El vínculo con esta historia se mantiene presente especialmente en la memoria histórica de los higüeyanos, entre otras cosas a través del símbolo del naranjo.

Esta clase de historia, con todos sus componentes, es muy característica de la edad media y el Renacimiento, incluso en las tierras de América. En la vida de Fray Junípero Serra encontraremos episodios donde un anciano de señas semejantes aparece para realizar una hazaña virtuosa de orden espiritual. Según se desprende de esta anécdota, la Virgen de la Altagracia proviene directamente de nuestra isla, lo que le da un origen netamente criollo.

Sin embargo, aparte esta bella anécdota, se sabe que a principios del siglo XVI los hermanos Alfonso y Antonio Trejo trajeron a la isla un óleo de Nuestra Señora de la Altagracia. Era muy común que los viajeros españoles, al momento de abandonar su tierra para internarse en los territorios allende el mar, llevaran consigo una imagen de la patrona del pueblo del que eran originarios. Estos hermanos Trejo, que fueron de los primeros europeos en poblar nuestra isla, provenían de la región española de Extremadura y probablemente trajeron el óleo hacia 1514. En la zona extremeña se venera a la Virgen de Altagracia, quien actualmente es patrona de Garrovilla de Alconéctar, en Cáceres, y de Siruela, en Badajoz. En el primer poblado, recibe el nombre de Virgen de Altagracia Garrovillas; allí existe una ermita, en la que se realiza una romería en honor a esta advocación de María.

Partiendo de este dato histórico, resulta que nuestra Virgen, patrona del pueblo dominicano, es inmigrante. Sin dudas, la más grandiosa inmigrante que ha pisado jamás esta isla.

Se conoce, por documentaciones históricas, que el culto a la Virgen María bajo su advocación de Nuestra Señora de la Altagracia, se remonta a los inicios del siglo XVI. Nuestros padres, nuestros abuelos, nuestros tatarabuelos, y nuestros antecesores más antiguos, participaron de esta veneración.

Se puede decir que la Virgen de la Altagracia es el hilo conductor que une el presente y el pasado de nuestra isla, y si une estos dos bloques temporales, es obvio que también los une al futuro.

En el tiempo y el espacio, no contamos con un punto de referencia más preciso que la Virgen de la Altagracia. Los dominicanos y dominicanas hablamos con acentos diferentes dependiendo de la zona en que hayamos nacido y crecido. La gente de esta isla tiene un concepto visual distinto del entorno, según se hayan desarrollado observando los paisajes resecos del Sur profundo o los verdes y coquetos montes del Cibao Central o los inagotables prados esmeraldas del Este. Igualmente, dependiendo de su realidad económica, tendrán una visión distinta de los diversos países que componen nuestra nacionalidad. Sin embargo, todos y todas tenemos un venturoso punto único en común: el nombre sagrado y la adoración de la Virgen de la Altagracia, advocación de María, Madre de Dios, protectora de la República que emigró a nuestras tierras para convertirse en la primera de la dominicanidad.

Carta abierta a Alberto Cutié

Por Gastón A. González
Miami, 07 de Mayo del 2009

Estimado Padre Alberto:

Decidí escribirle estas líneas después de ver el bochornoso espectáculo que protagonizaron algunos de sus ingenuos, como sinónimo de inocentes, seguidores durante la manifestación de apoyo hacia usted en lo que fuera su parroquia en Miami Beach. Y digo bochornoso espectáculo por cuanto no había razones válidas, canónicas, doctrinales ni morales que justificaran semejante demostración. Allí se mezclaron católicos sinceros y devotos, aunque ignorantes y tal vez confundidos, con los enemigos consuetudinarios del catolicismo y personalidades vulgares de las decadentes ondas radiales de nuestra ciudad. Y digo bochornoso por cuanto hubo hasta golpes y empujones hacia un feligrés que sencillamente manifestó su desacuerdo con dicho acto de apoyo hacia usted.

El clamor básico de la manifestación fue que usted como hombre tenía derecho a satisfacer sus naturales deseos carnales; secundariamente, se manifestó el desacuerdo de los allí presentes hacia el celibato sacerdotal. Hubo clamores de cambio en la Iglesia. Vivimos en una sociedad libre, la nuestra es la democracia por excelencia en el mundo, hay derecho a la libre expresión y a la manifestación de nuestros apoyos e ideas. Sin embargo, usted mejor que nadie sabe que como sacerdote usted está sometido, por libre voluntad y escogencia, a las normas y leyes de una entidad que dista mucho de ser una democracia y que sin embargo se ha mantenido por casi dos milenios: La Iglesia Católica, Apostólica y Romana.

Vamos ahora por partes.

A raíz de las fotografías que le fueron tomadas en Miami Beach, donde se le ve en poses impropias, dada su condición de sacerdote, con una mujer, se ha desatado todo este circo sobre la sexualidad y el celibato. Aunque usted reconoció la veracidad de las gráficas y emitió un comunicado donde reconoce que ha causado “…dolor y tristeza”, tengo la certeza de que hay algo más allá, que solo usted y Dios saben, referentes al hecho; algo que usted haría bien en aclarar por el bien de la Iglesia, los fieles que aún creen en ella y hasta para aplacar a los enemigos de la Institución; ni siquiera por su propio bien, ya que usted ahora tiene todo el derecho a protegerse con el manto del silencio y la reflexión; un derecho profesional del cual puede disfrutar un sacerdote, más no un seglar. El único manto que cubre al seglar cuando transgrede es el de la vergüenza y hasta el de la aplicación de las más severas leyes.

Reclaman quienes le muestran apoyo que usted, como hombre, tiene perfecto derecho a una mujer; reclaman además que el celibato es una aberración, una práctica contranatural. Y basan su pobre razonamiento en el hecho de su caída en tentación. Pero la ignorancia es un muro de piedras que puede ser derribado con el auxilio del Catecismo de la Iglesia Católica, con modificaciones basadas en la Editio Typica; texto sencillo, asequible y que probablemente usted conoce con mayor profundidad que yo y que muchos.

Establece el Catecismo en su capítulo tercero, referente al sacramento del Orden (sacerdotal), número 1579 lo siguiente:

“Todos los ministros ordenados de la Iglesia latina, exceptuados los diáconos permanentes, son ordinariamente elegidos entre hombres creyentes que viven como célibes y que tienen la voluntad de guardar el celibato “por el Reino de los Cielos” (Mt. XIX, 12). Llamados a consagrarse totalmente al Señor y “a sus cosas”…”

En el número 1580 leemos:

“En las Iglesias orientales, desde hace siglos está en vigor una disciplina distinta… los hombres casados pueden ser ordenados diáconos y presbíteros. Esta práctica es considerada legítima desde tiempos remotos…”

Seguidamente en el número 1599, y para despecho de quienes están en contra del celibato sin fundamentar sus razones leemos:

“En la Iglesia latina, el sacramento del Orden… solo es conferido a candidatos que están dispuestos a abrazar libremente el celibato y que manifiesten públicamente su voluntad de guardarlo…”

En pocas palabras, el celibato ha sido establecido y aceptado por el rito latino y es, o debería ser, libremente aceptado como un voto fruto de la vocación. Quien asume el sacerdocio, asume libremente y a voluntad el celibato. ¿Y a que viene todo esto? Quienes consideran que el celibato es una aberración se olvidan que el hombre, en su amplia acepción como humanidad, no es meramente un animal movido o dominado por los instintos básicos; el hombre es un ente social y espiritual capaz de asumir compromisos, normas, leyes (seculares o religiosas), votos y juramentos cuyo cumplimiento fortalece el carácter y le hace por tanto elevarse y colmar la medida más amplia de su ser. Es por ello que un hombre, en su caso un sacerdote, incapaz de cumplir obligaciones asumidas libremente y por voluntad propia no merece la dignidad propia de su hombría y mucho menos de su sacerdocio. Esa diferencia debería ser suficiente para acallar a los que critican el celibato y piden a gritos que la Iglesia se adapte, más por unos gritos de anarquía, ignorancia y hasta mala fe, que por verdadera devoción y entendimiento de las cosas del espíritu y el servicio a Dios.

De hecho, no es necesaria la abolición del celibato por causas infundadas, dado que el mismo Catecismo aclara en el número 1583 que “Un sujeto válidamente ordenado, puede ciertamente, por justos motivos, ser liberado de las obligaciones y las funciones vinculadas a la ordenación…”.

Nadie está pues es obligado a sobrellevar una obligación más allá de su fuerza de espíritu o su carácter. Y he aquí su falta Padre Alberto: aún conociendo estas verdades y muchas más, usted decidió demostrar una grave falta de carácter al exponerse, con intenciones o sin ellas, de la forma escandalosa como lo hizo, en vez de demostrar mayor hombría y carácter al enfrentar sus limitaciones y conducirse por los canales debidamente establecidos por la Iglesia para ser liberado de sus votos y obligaciones. Ello hubiera sido lo más varonil, lo más sensato, lo más maduro, lo más inteligente. Y si su preocupación hubiera sido el cómo compaginar el ser liberado del sacerdocio, por causa de su amor natural hacia una mujer, el mismo Catecismo, de nuevo en el número 1583 establece que aunque liberado “… el carácter impreso por la ordenación es para siempre. La vocación y la misión recibidas el día de la ordenación, lo marcan de manera permanente”.

Sabias líneas que le ofrecen la promesa de gozar de una vida plena y con la bendición de que en un hogar usted sería un hombre con un “…carácter impreso por la ordenación…” que le permitiría seguir sirviendo a su familia, su comunidad, su Iglesia y a Dios.

Finalmente, y basado en lo anterior, le reitero que más aberrado y antinatural es el hombre que no es capaz de asumir y cumplir compromisos; que el que los asume, los honra y llegado el momento pide el relevo por motivos que pueden ser perfectamente personales e inobjetables. La diferencia entre uno y otro es el caos o el orden. A esto se le agrega que una institución como la Iglesia, de hecho ninguna iglesia o confesión, no puede ser sujeto de modificaciones basadas en las veleidades de moda.
Puede que estas líneas parezcan duras, puede que de alguna forma alguien (haciendo un uso demagógico de las Escrituras) me rete a lanzar “…la primera piedra” en su contra o considere que efectivamente esta carta es una “…primera piedra”; pero el hecho es que lo cortés no quita lo valiente y si, como le dejé entrever en el tercer párrafo de estar carta, usted tiene de alguna forma una intención oculta con este escándalo (como podría ser el llamar la atención sobre la cuestión del celibato) la Iglesia en sus dos milenios de vida tiene los mecanismos necesarios para un entendimiento racional y humano. Mecanismos dignificantes que podrían haberle ahorrado a usted “…el dolor y tristeza”, a sus feligreses el escándalo y a la Iglesia Católica un motivo más de odios por parte de quienes en su ignorancia no pueden ser calificados ni tan siquiera de anarquistas espirituales.

Con intención o sin ella usted ha causado un daño hasta ahora inconmensurable.

Tómese su tiempo, reflexione, fortalezca su carácter de hombre y sacerdote… Pero regrese, ya sea de la mano de una mujer o sosteniendo el cayado del pastor para seguir edificando un mundo mejor.

P.D.: No soy católico.

Tres prostituciones

Por Mons. Ramón Benito de la Rosa y Carpio

Recordemos que el término prostitución, de manera normal y espontánea, se aplica casi únicamente a la prostitución sexual, y cuando se habla de la prostitución sexual hay que hablar tanto del hombre como de la mujer que se daña, que se pervierte, que da una orientación al sexo que no es ni la humana, ni tampoco la divina.

La prostitución sexual muchas veces va unida a la prostitución económica; a la prostitución económica normalmente le llamamos corrupción. Un hombre o una mujer corrupta económicamente es un prostituto o es una prostituta, porque también se ha dañado, porque también ha pervertido el uso del dinero, y mucha gente busca dinero para prostituirse sexualmente, y también está la prostitución del poder, aquel que usa el poder para hacer daño.

Detrás de una prostitución hay, de una o de otra manera, una podredumbre.

Se habla de que una persona está podrida en dinero, y está podrida, porque se ha corrompido; se habla de una persona podrida sexualmente y una persona a la cual el poder también ha podrido.

Por eso podemos volver la mirada a estas tres prostituciones y hasta nos podríamos preguntar en la sociedad dominicana: ¿Hasta dónde ha penetrado cada una de estas prostituciones o corrupciones? ¿Hasta qué punto ha penetrado en los hombres o en las mujeres?

La verdad al desnudo

Por Juan Francisco Puello Herrera

La verdad que nos libera es aquella que preferiríamos no oír. La verdad es dulce y amarga; cuando es dulce consuela y perdona; cuando es amarga cura, decía San Agustín. Pascal expresaba que la verdad es útil y desventajosa; útil para quien la escucha, desventajosa para quien la dice porque lo hace odioso. El temor a decir la verdad equivale a hacerse cómplice de las inconductas.

El precio a pagar por decir la verdad es el rencor y la enemistad. Es un error afirmar que no toda verdad se dice, que depende de las circunstancias decirla. En la verdad y falsedad descubiertas, hay que inclinarse siempre por la verdad, ya que de no hacerlo convertiría a la mentira en dueña absoluta de nuestros actos. La verdad no se relativiza porque pierde su esencia, de ser siempre la misma en cualquiera de sus partes.

El mayor enemigo de la verdad es lo verdadero. Hay verdades que duelen. ¿Cómo puede alguien ser moralista sin poseer los valores morales? ¿Se puede ser cristiano cerrándose al perdón? ¿Un cristiano que ama a su prójimo puede odiar y despreciar? ¿Un creyente que proclama la vivencia de Dios, puede vivir sumergido en el chisme y la intriga?

Por esto, pocos cristianos llegan a experimentar el gran acontecimiento de la conversión. La conversión verdadera a Dios se ha de considerar el gran acontecimiento, el gran suceso en la vida de una persona. La verdadera conversión se manifiesta en la conducta. Los deseos de mejorar se han de expresar en todo lo que hagamos.

El proceso de conversión se inicia cuando nuestro corazón siente la absoluta necesidad de Dios, para encontrar el verdadero bien, y los valores que den un sentido pleno a nuestra vida. La conversión no solo es un sentimiento moral de culpabilidad. Convertirse significa despojar el corazón: de todo apego, de todo prejuicio, de toda riqueza, de toda voluntad de dominio. Lo decisivo para traer la paz al mundo es nuestra conducta diaria. Estar en paz consigo mismo es el medio más seguro de comenzar a estarlo con los demás.