Una idea central...

Somos La Iglesia católica


Nuestra familia está compuesta por personas de toda raza. Somos jóvenes y ancianos, ricos y pobres, hombres y mujeres, pecadores y santos.

Nuestra familia ha perseverado a través de los siglos y establecido a lo ancho de todo el mundo.

Con la gracia de Dios hemos fundado hospitales para poder cuidar a los enfermos, hemos abierto orfanatorios para cuidar de los niños, ayudamos a los más pobres y menos favorecidos. Somos la más grande organización caritativa de todo el planeta, llevando consuelo y alivio a los más necesitados.Educamos a más niños que cualquier otra institución escolar o religiosa.

Inventamos el método científico y las leyes de evidencia. Hemos fundado el sistema universitario.

Defendemos la dignidad de la vida humana en todas sus formas mientras promovemos el matrimonio y la familia.

Muchas ciudades llevan el nombre de nuestros venerados santos, que nos han precedido en el camino al cielo.

Guiados por el Espíritu Santo hemos compilado La Biblia. Somos transformados continuamente por Las Sagradas Escrituras y por la sagrada Tradición, que nos han guiado consistentemente por más de dos mil (2’000) años.

Somos… La Iglesia católica.

Contamos con más de un billón (1’000’000’000) de personas en nuestra familia compartiendo los Sacramentos y la plenitud de la fe cristiana. Por siglos hemos rezado por ti y tu familia, por el mundo entero, cada hora, cada día, cada vez que celebramos La Santa Misa.

Jesús de Nazaret ha puesto el fundamento de nuestra fe cuando dijo a Simón-Pedro, el primer Papa: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá contra ella» (Mt. XVI, 18).

Durante XX siglos hemos tenido una línea ininterrumpida de Pastores guiando nuestro rebaño, La Iglesia universal, con amor y con verdad, en medio de un mundo confuso y herido. Y en este mundo lleno de caos, problemas y dolor, es consolador saber que hay algo consistente, verdadero y sólido: nuestra fe católica y el amor eterno que Dios tiene y ha tenido por toda la creación.

Si has permanecido alejado de La Iglesia católica, te invitamos a verla de un modo nuevo hoy, visita www.catolicosregresen.org.

Somos una familia unida en Cristo Jesús, nuestro Señor y Salvador. Somos católicos, bienvenido a Casa...

Contenido del Blog

El anticatolicismo está de moda

El nuevo anti-catolicismo de moda en Estados Unidos

¿Y qué se puede decir de las críticas dentro de los círculos católicos?

El anticatolicismo está gozando de un nuevo impulso en Estados Unidos. Así lo afirma Philip Jenkins en su último libro, «The New Anti-Catholicism: The Last Acceptable Prejudice» (Oxford University Press) («El nuevo anticatolicismo: el último prejuicio aceptable»).

Profesor de historia y estudios religiosos en la Universidad estatal de Pennsylvania, Jenkins comienza explicando que abandonó la Iglesia católica y que, desde finales de los años ochenta, pertenece a la Iglesia episcopaliana. «No tengo interés alguno en defender a la Iglesia católica, ni se me puede considerar como un defensor acrítico de las posturas católicas», escribe.

El libro no se anda por las ramas. «Los católicos y el catolicismo son el objetivo final de una gran parte de las críticas sorprendentes de los Estados Unidos de hoy», arguye. Más que el número de asombrosos ataques, lo que resulta más sorprendente son las corrientes mediáticas que minimizan hasta las más violentas acciones anticatólicas, observa Jenkins. Actos parecidos cometidos contra otros grupos habrían recibido mucha más publicidad y hubieran sido criticados como «crímenes odiosos».

En las últimas décadas una mayor sensibilidad cultural ha llevado al abandono de estereotipos sociales sobre grupos étnicos o religiosos. Actualmente, una calumnia antisemita o misógina puede destruir rápidamente una carrera pública. La «única excepción relevante a esta regla» es denigrar a la Iglesia católica.

Por ejemplo, se busca desalentar en las escuelas y universidades las pequeñas representaciones que implican seudo ataques del Ku Klux Klan contra personas de color o contra musulmanes. Por el contrario, se toleran abiertamente las sátiras que ridiculizan a los sacerdotes, al Papa o a la Eucaristía.

La comparación entre las manifestaciones anticatólicas y otros prejuicios revela una diferencia determinante, observa Jenkins. Los ataques contra judíos o personas de color se dirigen generalmente contra una persona o una comunidad, mientras que con frecuencia en el caso de los católicos el objetivo es la institución de la Iglesia. Ahora bien, suele ser una justificación débil decir que un ataque contra una institución no constituye intolerancia. «La institución de la Iglesia es fundamental para la religión católica», explica Jenkins. Las actitudes contra la Iglesia conducen al desprecio por los católicos, quienes --siguiendo este razonamiento-- deben ser débiles y serviles.

No todas las críticas contra la Iglesia o su doctrina son intolerantes, afirma Jenkins. La Iglesia ha cometido muchos errores en el pasado y no todo lo que la Iglesia hace como institución está fuera de discusión. Pero, hay una gran diferencia entre criticar a un obispo o un tema, y un ataque generalizado contra la religión o la institución en cuestión.

¿Y qué se puede decir de las críticas dentro de los círculos católicos?

Jenkins afirma que es un error pensar que los ex católicos no pueden ser culpables de intolerancia. Cuando Andrés Serrano, por ejemplo, exhibió un crucifijo dentro de un bote lleno de orina, sus defensores afirmaron que, como ex católico, sólo estaba explorando el simbolismo católico. Sin embargo, apunta Jenkins, la obra era claramente blasfema.

El libro también distingue entre el debate en la Iglesia sobre cuestiones de doctrina, y los ataques que pueden ser considerados como anticatólicos. El debate interno es común en la Iglesia. Pero cuando este conflicto interno se vuelve virulento, o niega elementos fundamentales de la fe, ya no puede ser considerado como «oposición leal». Un ejemplo es un libro reciente del ex sacerdote James Carroll, en el que defiende la abolición de la supremacía papal, rechaza la idea de la expiación ofrecida en la muerte de Cristo y, en general, según Jenkins, rechaza virtualmente toda la teología cristiana.

El cambio de los años 60

Los ataques contra la Iglesia católica no son algo nuevo en los Estados Unidos. Jenkins observa que el anticatolicismo del siglo XIX y de principios del XX se basaba principalmente en tensiones entre clases y etnias. El anticatolicismo actual, por el contrario, proviene de los cambios sociales radicales de los años 60. Estos cambios llevaron a que surgieran grupos de interés como las feministas o los activistas homosexuales que se oponen a la Iglesia fundamentalmente por motivos ideológicos.

Esta confrontación entre la Iglesia y la mentalidad liberal es un cambio que puede ser comparado a los años que precedieron a la década de los 60. Jenkins observa que los círculos católicos han sido fieles aliados del Partido Demócrata desde tiempos del New Deal en los años treinta. En muchos temas --sociales, bienestar, derechos civiles, inmigración, intervención gubernamental-- la Iglesia y el liberalismo fueron aliados.

Esta alianza comenzó a resquebrajarse en 1968, con la publicación de la encíclica «Humanae Vitae», que mantuvo la enseñanza de la Iglesia sobre la anticoncepción. Otra división mayor tuvo lugar con la decisión del Tribunal Supremo en 1973 que legalizaba el aborto. Las batallas que siguieron sobre el divorcio y el feminismo confirmaron la ruptura entre el liberalismo y la Iglesia.
Otro cambio, esta vez interno a la Iglesia, ha añadido leña al fuego de los ataques actuales. En el pasado, los católicos presentaban como un frente unido contra los prejuicios. Ahora, la división dentro de la Iglesia permite que muchas acusaciones tengan audiencia entre los católicos. Esto da a la retórica mayor credibilidad, y posteriormente implica a los medios en sus críticas. Además, los disidentes católicos en Estados Unidos, a diferencia de los que les precedieron, tienen más posibilidades de hacer públicas sus quejas.

Una inesperada alianza

La disensión pública de los católicos encuentra un aliado fácil en los medios liberales que, con frecuencia, son hostiles hacia la Iglesia y sus enseñanzas, observa Jenkins. Añadido a esto está el antagonismo surgido tras el Watergate de los medios de Estados Unidos hacia las instituciones en general. Y los medios pueden encontrar rápidamente ex monjas o ex sacerdotes dispuestos a respaldar sus ataques contra la autoridad.

El libro dedica un capítulo a analizar la hostilidad de las feministas hacia la Iglesia. «La idea de que la Iglesia es un enemigo mortal de las mujeres se acepta comúnmente en los medios de noticias y en la cultura popular», afirma Jenkins. De hecho, mientras la Iglesia discrepa del feminismo radical en algunos aspectos, «la postura católica no tiene nada de reaccionario u obscurantista, como la visión caricaturizada podría sugerir».

Sin embargo, el sacerdocio y la jerarquía reservados a los varones hacen de la Iglesia un blanco fácil para las feministas. Mientras la cólera feminista contra la Iglesia se enfoca con frecuencia en temas específicos, escribe Jenkins, «podemos también ver un elemento religioso inconfundible que desafía enérgicamente todo el fundamento de la Iglesia, y que con frecuencia proporciona una plataforma para el anticatolicismo abierto».

No sería completa la imagen del movimiento anticatólico sin analizar la reciente crisis sobre abusos sexuales atribuidos al clero. El escándalo «dio pie para la amplia expresión pública de un grotesco sentimiento anticatólico y anticlerical, así como para el renacimiento de todos los antiguos estereotipos».

A pesar de todos los casos demasiado verdaderos de abuso sexual del clero y de ocultación episcopal, Jenkins defiende que las críticas a la Iglesia fueron desproporcionadas y fueron usadas por los grupos de interés como una oportunidad para atacar aspectos fundamentales de las creencias católicas. «En la historia moderna, ninguna confesión ha sido atacada de manera tan sistemática, tan pública, y con tanto veneno», escribe. La cobertura de los medios, en ocasiones distorsionada e inexacta, dio la impresión de una institución inundada de escándalos, cuando de hecho los abusos implican a cerca del 2% de los sacerdotes.

Jenkins concluye advirtiendo que los sentimientos y el activismo anticatólico tardará en desaparecer. Ahora bien, los católicos son conscientes de las palabras de Jesús, que dijo: «Si me persiguieron a mí, también os perseguirán a vosotros».

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El anticatolicismo es una forma de discriminación, hostilidad o prejuicio contra la Iglesia Católica Romana. El término también se aplica a la persecución de los católicos romanos.

http://es.wikipedia.org/wiki/Anticatolicismo

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El nuevo anticatolicismo. El último prejuicio aceptable.

http://www.vozcatolica.org/63/anticat.htm

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El anticatolicismo de moda

http://www.fluvium.org/textos/cultura/cul286.htm

María, La Madre de Dios - José L. Fierro

Abril 17 del 2008

Sr. Director
EL HERALDO
Chihuahua, Chih.

El 13 de Abril escribe en esta sección el Sr. René Rodríguez Quezada, refiriéndose a la Virgen María, entre otros conceptos, lo siguiente:

“…María ha sido la mujer más favorecida de la historia, sin embargo, creo incorrecto el culto a María, se le rinde adoración y se le dice Madre de Dios, entonces pobres antecesores de María por que no hubo Dios para ellos, hasta que María tuvo uno…”

Las expresiones del Sr. Rodríguez Quezada dan un fuerte testimonio de que sí él alguna vez fue católico, su ignorancia en esta fe lo debe haber hecho pasar a una de las tantas sectas protestantes que son enemigas del culto de veneración que la Iglesia Católica rinde a la Virgen María y si ya nació protestante, con esto manifiesta también su gran desconocimiento de lo que es la doctrina católica acerca de la Virgen María.

No existe documento doctrinal católico alguno en los 20 siglos de existencia del catolicismo donde se exprese que la Virgen María dio origen a Dios, ni tampoco alguno donde se afirme que hay que rendirle culto de adoración. Si estoy equivocado, espero que el Sr. Rodríguez Q. me remita a alguno de ellos si existe.

Lo que sucede, que el Sr. Rodríguez, como muchos opositores a la fe católica, nos arman una doctrina que solamente existe en su mente protestante y luego malamente la atribuyen al catolicismo, logrando que algunos ignorantes en esto como él, crean esos sofismas.

En el siglo IV el hereje Nestorio trató de arrebatarle a la Virgen María el título más hermoso con que los cristianos la veneramos “Madre de Dios “ y fue condenado por el concilio de Efeso, reafirmándose en la sublime oración que todos conocemos: El Ave María que proclama a la Virgen como Madre de Dios. Las expresiones del Sr. Rodríguez, lo denuncian como un arriano del siglo XXI.

Cristo es una Persona Divina que se hizo Hombre en el seno purísimo de la Virgen María, por ello, la Iglesia a la V. María, por ser madre de esa persona Divina la reconoce como la Madre de Dios, por ser madre de una persona que es Dios: Jesucristo. No que Ella origine a Dios que es eterno.

Recuerdo una enseñanza sencilla de mi catequista acerca de este tema, ilustrada con un ejemplo que ella me manifestó:

Llega una persona a un domicilio a buscar al Ingeniero Pedro Pérez, él no estaba en ese momento, más su madre atiende a quien pregunta por él. La persona que lo busca le dice: ¿quién es Ud.? Ella le contesta, soy la madre del Ing. Pérez, la otra persona le replica: Ud. no puede ser la madre del Ing. Pérez por que Ud. “no lo convirtió en Ingeniero, sino la facultad de Ingeniería; Ud. sólo es madre de Pedro Pérez, no del Ingeniero…”. La señora le dice: Aunque yo no lo “hice” Ingeniero, por ser madre de la persona que es el Ing. Pérez, así se me reconoce, como madre del Ing. Pérez…”

Algo semejante sucede con la Virgen María, aunque Ella no “hizo a Dios “, sino que de Ella nació Jesucristo, Persona que es Dios, por ello le reconocemos como la Madre de Dios.

Santa Isabel, cuando recibe de visita a la Virgen María, refiriéndose a Ella le dice “¿De dónde a mi que la Madre de mi Señor, venga a mí… (Lc. 1, 41). En los labios de S. Isabel la palabra Señor se refiere a Dios…, entonces, es fácil entender que S. Isabel proclama a la Virgen María como Madre de Dios, lo que los arrianos que aún existen en el siglo XXI siguen negando.

Los católicos no adoramos a la Virgen María, el mayor testimonio de ello es en la hermosa oración del Ave María, se le invoca “ ruega por nosotros los pecadores…”, si se le pide que ruegue, es evidente que no es Dios o diosa alguna y en cada Ave María se bendice el fruto de su vientre, que es Jesús, por lo que todos los católicos principalmente al rezar el santo rosario, en cada misterio de éste, adoramos a Jesús y veneramos a la V. María.

El Arcángel Gabriel en la anunciación le dice a la Virgen María “Has encontrado gracia ante Dios (Lc. 1, 30), espero que algún día la Virgen María encuentre gracia ante quienes distorsionan su persona para negarle su título más hermoso “Madre de Dios”, que ni el mismo Lutero dejó de aplicarle hasta el día de su muerte.

Mi cuerpo es mío... ¿?

¡Mi cuerpo es mío!

Por Francisco de Borja SANTAMARÍA
Arvo.net, 09.04.2008

http://www.arvo.net/documento.asp?doc=01220417d

A veces tienen lugar reuniones pintorescas. Hace unas semanas, por ejemplo, la prensa daba cuenta de una convención internacional de tatuajes. En declaraciones a la prensa, una invitada especial de la reunión, Isabel Varley, que, a sus setenta años, luce un cuerpo tatuado de pies a cabeza explicaba su visión de la cosa: “Es mi cuerpo y puedo hacer lo que quiera con él”. La verdad es que afirmaciones como éstas se agradecen porque son una perla. Uno se había preguntado muchas veces qué le encontrará la peña a eso del tatuaje y el piercing, y, aunque lo dicho por esta setentona tatuada de pies a cabeza no sea una respuesta definitiva, alguna pista da. ¿Que a la gente no le gusta cómo va una tatuada? ¡Allá ellos! ¡Mi cuerpo es mío!

El afán de posesión no tiene límites y poseer el propio cuerpo nos produce una satisfacción indescriptible. Para el hombre, el propio cuerpo ha sido siempre un enigma y hay quien piensa que el mejor modo de desentrañar algo enigmático es dominarlo. En el caso que nos ocupa, se trata de demostrarle al propio cuerpo que uno es el que manda, por ejemplo, convirtiéndolo en un objeto de artesanía.

No muy lejos de este empeño por manejar el propio cuerpo está la moda del fitness y la wellness en el contexto de una nueva concepción de la belleza y la salud corporales. En un breve ensayo que publicaba hace unos meses Alejandro Navas, profesor de Sociología de la Universidad de Navarra, el autor sostenía que se ha abierto paso una concepción moderna de la belleza corporal entendida como derecho. La belleza, como todo ahora, es algo que uno, si quiere, puede conseguir y no sólo eso, sino que también puede exigir, desde el momento en que la Organización Mundial de la Salud define la salud como “completo bienestar físico, psíquico y social”. La “modernidad” del nuevo concepto de belleza y de salud estriba en no reconocer límites, es decir, en ponerla a disposición de la propia libertad. El dato quizá más significativo en este sentido sea el recurso a la cirugía estética, a la que, según cifras que aporta el artículo mencionado, cada año acuden en nuestro país 400.000 personas y doce millones en Estados Unidos. A mayor abundamiento, el autor aporta el dato de la existencia en China de más de un millón de clínicas y centros de belleza, la existencia en Alemania de 7.000 establecimientos de fitness al que acuden cinco millones y medio de usuarios o los 20.000 millones de dólares anuales que gastan los adolescentes estadounidenses en productos de belleza y cuidado del cuerpo.

Como explica Navas, tras la emancipación política y social, le ha llegado el turno al cuerpo. La supertatuada Varley, como hemos visto, lo dijo con claridad meridiana, “Es mi cuerpo y puedo hacer lo que quiera con él”. Y ésa es, precisamente, la lógica interna de una relación “moderna” con el propio cuerpo. Ni providencia, ni destino, ni naturaleza: el hombre es el dueño único, no sólo de lo que hace a nivel personal o colectivo, sino del propio cuerpo.

En el manejo desmesurado de la belleza propia y del bienestar físico late, aunque no lo parezca a primera vista, el mismo esquema mental que justifica el recurso al aborto, los anticonceptivos, la fecundación in vitro, la clonación o los cambios de sexo a la carta; subyace en todo ello la idea de que el cuerpo no puede ser un impedimento para nuestras pretensiones. Para el hombre y la mujer actuales resulta incomprensible que lo que se desea tenga que pasar por el aro de las exigencias corporales. Una relación sexual no puede estar condicionada por la posibilidad de un embarazo, y el deseo de paternidad o maternidad no puede dejar de cumplirse por el hecho de que haya un problema de esterilidad. Los avances tecnológicos, por su parte, ayudan a crear la ilusión de que se puede hacer todo lo que se quiera. No sólo de que se puede hacer, sino de que no pasa nada por hacerlo.

Se trata de una contradicción más de nuestra cultura, condenada a moverse con registros antitéticos. A la vez que, tras la irrupción de la mentalidad ecológica, lo natural goza de un gran prestigio, mantenemos una relación con el propio cuerpo en la que prima la tecnología, a la que acudimos, no sólo para mantener la salud, sino para disponer a nuestro antojo de él. Procede aclarar ahora que una cosa es la medicina y otra muy distinta el abuso tecnológico del cuerpo. La medicina, aunque requiera cada vez más de una refinada tecnología, es tal porque ayuda o suple al organismo en su actividad natural o porque aminora el dolor. El abuso tecnológico, por el contrario, prescinde de que algo sea bueno o malo para el cuerpo y obvia los límites corporales. Una cosa es, por ejemplo, hacer una trasplante de corazón, mediante el que el organismo puede cumplir su función natural, y otra muy distinta hacerse una liposucción para sentirse más a gusto con la propia imagen.

La, llamemos, concepción tecnológica del cuerpo reside en plantear la relación con el propio organismo en términos despóticos: “es mi cuerpo y puedo hacer lo que quiera con él”, Varley dixit. En este planteamiento, el cuerpo no merece ningún respeto, ni tiene un ser propio con el que nuestra libertad haya de entrar en diálogo. En definitiva, se trata de una visión cosificante del cuerpo, que queda reducido a algo externo a uno mismo.

Pero ¿qué importancia tiene todo esto? ¿No estaremos adentrándonos en una disquisición academicista? El asunto tiene más miga práctica de lo que pudiera parecer, porque, si el cuerpo es realmente algo más que la carcasa en la que viaja un yo libre y sin ataduras, una cosa de la que podemos disponer a nuestro gusto, el diálogo con él resulta decisivo para nuestra felicidad y para la de los demás, de modo que no es indiferente hacer o no un uso banal del sexo, ni es una bagatela abortar o no (ni para la criatura abortada, por su puesto, ni para su madre); igualmente, no es lo mismo ser concebido en un tubo de ensayo que venir al mundo en una unión amorosa, ni conocer que desconocer la identidad del padre o la madre biológicos; y tampoco es una tontería sufrir anorexia, vigorexia o alguna de las patologías ligadas a la obsesión por la imagen corporal. En fin, mi cuerpo es mío, ma non troppo.

Los mormones, ¿quiénes son?

11 de Abril #2008
En honor a San Estanislao (Siglo XI) Obispo y mártir.

Señor
Director del Listín Diario
Vía correo electrónico
Ciudad,

Ref.: “Los mormones”

Distinguido señor Director:

“Y oí el número de los marcados con el sello: 144.000 sellados, de todas las tribus de los hijos de Israel… Después miré y había una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos.” (Apoc. VII, 4-9)

Luego de saludarle cordialmente, he querido escribirle a fin de suministrarle esta información fidedigna que he obtenido en la Web sobre la agrupación religiosa de referencia, como nuestra humilde contribución a complementar la información dada a conocer recientemente en ese medio, y que ha sido motivo de una comunicación publicada en ese diario ayer, La iglesia de Jesucristo de los últimos días pide corregir información.

La confusa situación seudo-religiosa que impera en el mundo entero, y nuestra nación no es la excepción, apenas comienza a airarse en los medios locales. Nos enteramos de algunos casos aislados aquí y allí, que ya nos alertan del malestar que produce la enorme cantidad de agrupaciones que cohabitan esta tierra nuestra –originalmente tan católica- que hoy es imposible evitar porque nos llega la información de todos lados, una situación que no escapa a la atención del menos avispado.

Mucho le agradeceré poner la presente en manos del más acucioso investigador en esa casa editora, a fin de que se prepare un estudio pormenorizado sobre el fenómeno, y se nos sirva como acostumbra una organización informativa como la que usted se digna en dirigir.

Sin otro particular por el momento, aprovecho para suscribirme a sus órdenes siempre.

Atentamente,

Mario R. Saviñón

Pd. “Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades; apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas. Tú, en cambio, pórtate en todo con prudencia, soporta los sufrimientos, realiza la función de evangelizador, desempeña a la perfección tu ministerio.” ( 2 Tim. IV, 2-5)

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LOS MORMONES, ¿quiénes son?

Los vemos por la calle, de dos en dos (como dice el Evangelio), bien vestidos, con corbata y correctamente peinados, con su mochila negra al hombro y un gáfete en el pecho. Son inconfundibles: son mormones visitando casa por casa difundiendo sus ideas. Algunos son evidentemente norteamericanos aunque no faltan los nacionales ya "convertidos" en mormones.

Sus templos, que vemos por todas partes, también son inconfundibles: igualitos, muy limpios, funcionales y sencillos (excepto los de San Juan de Aragón, y las Lomas en la calle de Sierra Guadarrama, que son monumentales) totalmente distintos de los templos católicos, parte de nuestra cultura.

¿Quién los fundó? ¿Cuál es su historia? ¿En qué creen?

HISTORIA DE LOS MORMONES

Aunque conocida vulgarmente como Iglesia Mormona, su nombre oficial es el de "Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días" y fue fundada por José Smith, natural del Estado de Vermont, en los Estados Unidos de Norteamérica en 1830.

Cuenta él mismo, cómo a la edad de 14 años, tuvo una visión en la que fue advertido de no adherirse a ninguna religión, pues Dios, por medio de él, quería restablecer el Evangelio que ya no era observado por ninguna de las religiones existentes.

Al cabo de siete años, hacia 1827, se le apareció el ángel Moroni, hijo de Mormón, último profeta de los americanos que en un tiempo habían sido cristianos. Moroni le encargó que buscara un libro escrito por su padre en planchas de oro y que se encontraba en el Cerro Cumora, en el Estado de New York. Sin dilación Smith fue al lugar indicado, y efectivamente, en una caja de piedra, encontró el maravilloso libro de Mormón.

Pero hubo una seria dificultad: el libro estaba escrito en un idioma ininteligible, mezcla de hebreo, griego y egipcio antiguos. José Smith, pobre labriego que con dificultad leía y escribía el inglés y en aquel entonces de tan solo 21 años, no supo qué hacer.

Pero el problema fue resuelto de una manera prodigiosa, pues junto al libro encontró un peto, una espada y dos talismanes que los mormones llaman Urim y Tumim, aunque no saben bien en qué consistían, pero que por lo visto eran una especie de anteojos milagrosos con los cuales Smith pudo leer y traducir sin dificultad el libro de Mormón a la lengua de Shakespeare.

No pudo, sin embargo, traducirlo todo porque de pronto el ángel Moroni se llevó en una caja de oro macizo, el peto, la espada, los talismanes y de paso el libro de Mormón, dejándonos así sin ninguna evidencia capaz de comprobar y hacer creíble esta fantástica historia.

Lo que tuvo tiempo de traducir, sin embargo, es todo un tomo de 631 páginas de letra menuda, dividido como la Biblia en capítulos y versículos, cosa bien extraña pues ni los profetas del Antiguo Testamento ni los Evangelistas se preocuparon jamás en hacer semejante cosa.

Seguramente José Smith fue una persona muy original y con mucho atractivo, porque tuvo muchos seguidores seguramente atraídos por la poligamia y con ellos estableció su primera iglesia en Lafayette, Estado de Nueva York, declarando que el primitivo Evangelio quedaba restablecido "con todos sus carismas y poderes". Procuró luego enviar misioneros a varias partes, considerando a todos los que no querían admitir sus doctrinas como "gentiles", nombre con el que todavía llaman los mormones a los que no profesan su credo.

En 1831 se trasladaron de Lafayette, primero a Kirtland, Ohio y luego a Jackson County, de donde fueron echados violentamente por los lugareños, escandalizados por sus doctrinas y costumbres. Se establecieron entonces con algún éxito en Navuoo, Illinois y fue ahí en 1843 donde Smith declaró haberle sido revelado que la poligamia debía ser una de las doctrinas fundamentales de la nueva iglesia; esto y otros desmanes alborotaron a los habitantes de los pueblos cercanos a tal grado que en un motín fueron linchados Smith y su hermano Hiram, que se encontraban ya presos en la cárcel de Cartago III. Esto sucedió el 27 de junio de 1844.

Ciertamente no fueron linchados por predicar el Evangelio.

A la muerte de José Smith, el presidente del consejo de los 12 apóstoles, Brigham Young, fue escogido como jefe de profeta; los que no quisieron reconocerlo se adhirieron a un hijo de Smith, formando la "Reorganizaed Church of Jesus Christ of Latter Days Saints" que aún existe pero sin haber logrado gran desarrollo.

El mismo año de 1844, Brigham Young, para huir de la enemistad de los "gentiles", organizó una emigración general de casi todos los mormones, desde Illinois, hasta Salt Lake City, Utah, región entonces muy poco poblada; allí durante más de 30 años, ejerció un poder casi absoluto y con una energía indómita, organizó la iglesia; pobló aquellas desiertas regiones y envió misioneros por todos los Estados Unidos y aún fuera de ellos. Murió en 1877 dejando nada menos que 27 viudas y 56 hijos.

Para terminar la historia de los mormones, diremos que cuando en el año de 1872, el territorio de Utah entró a formar parte de la Unión Norteamericana, donde la poligamia es ilegal, muchos mormones tuvieron que abandonar, al menos oficialmente o en apariencia las doctrinas y la práctica de la poligamia y los que no quisieron renunciar a sus esposas, emigraron a otros países, entre ellos México, dividiéndose en otras tantas ramas del mormonismo.

Los emigrantes consideran apóstatas a los que, obedeciendo las leyes americanas renunciaron a la poligamia, y a su vez éstos últimos consideran apóstatas a los emigrantes por conservar a sus mujeres.

EL LIBRO DE MORMON

Por supuesto afirman los mormones que el Libro de Mormón, compuesto por 15 libros, es divinamente inspirado por la sencilla razón de que no contiene nada que esté en contradicción con la Biblia y lo que es más, ayuda a su debida interpretación y aclara muchas doctrinas de la Biblia que se encuentran oscurecidas y cambiadas en las versiones que circulan en las iglesias, tanto por traducciones deficientes como por "la necedad de los hombres".

Creen que este libro fué escrito por el misterioso personaje llamado Mormón, porque él mismo lo dice y creen que fue un profeta inspirado por Dios. Pero en realidad es totalmente falso que el libro de Mormón aclare o explique nada de la Biblia.

DE QUE TRATA EL LIBRO DE MORMON

El libro pretende darnos la historia de América desde los más remotos tiempos. Cuando Dios confundió las lenguas en la torre de Babel, suceso que José Smith sitúa en el año 2200 antes de Cristo, nos informa que vinieron a América los primeros habitantes que él llama jareditas. A estos dedica un libro entero de los 15 que componen la obra, porque los restantes, en realidad la parte más sustancial del libro, se ocupan de los israelitas que hacia el año 600 emigraron de Jerusalén en tiempo del rey Sedecías, el último rey que ahí gobernó antes de la destrucción de la ciudad por los ejércitos de Nabucodonosor.

Estos judíos emigrados oprimieron a los jareditas y pronto se dividieron en dos ramas: una la buena, la de los nefitas y otra revolucionaria y turbulenta, de los lamanitas. Estos fueron castigados por Dios que hizo que su piel se volviese cobriza y oscura: son los indios americanos, los pieles rojas del norte y posiblemente los indios de todo el continente. El relato abarca desde el año 600 antes de Cristo hasta el 421 después de El, es decir, un amplio espacio de diez siglos de historia y revelación.

Los nefitas, hombres temerosos de Dios, que por esta razón permanecieron blancos, fueron más tarde destruídos por los lamanitas, no sin que antes uno de sus últimos reyes, Mormón, escribiera en sus célebres planchas de oro los libros, crónicas y revelaciones de su pueblo.

Moroni, hijo de Mormón y último historiador nefita, selló los anales sagrados y los escondió par los fines del Señor en 421 d.C. y fue hasta 1827 cuando el mismo Moroni los entregó a José Smith.

CRISTO Y LA IGLESIA

Es curiosísimo lo que el libro de Mormón dice acerca de Jesucristo y de la Iglesia que fundó.

Debido a las profecías de Samuel el lamanita, muchos se convirtieron a Cristo antes de que éste naciera. Se describen también las señales que se vieron en América cuando nació y las terribles cosas que sucedieron cuando su muerte: huracanes. Terremotos, fuegos y destrucciones.

Jesús vino a América en los días que transcurrieron entre su Resurrección y su Ascención, para enseñarles a bautizar, aunque ya muchos eran cristianos antes de Cristo, Jesucristo llamó a doce discípulos americanos y los constituyó apóstoles. Les predicó el Sermón de la Montaña e instituyó el sacramento del pan y del vino ante una gran multitud, distribuyéndolo hasta que se sintieron satisfechos.

Dio el nombre a su iglesia y concedió a cada uno de los doce el deseo de su corazón, pidiéndole a tres de ellos permanecer en este mundo hasta que el Señor venga en su gloria, donde continúan ejerciendo su ministerio en la actualidad mediante cambios en sus personas.

Según algunos críticos, el libro de Mormón sería un fraude o un plagio de la obra de otro autor. Podría ser la ampliación libre de una obra novelesca y de mucha imaginación compuesta por Salomón Spaulding, un ministro retirado que se dedicó a escribir novelas con fondo bíblico, semejantes al libro de Mormón. ¿Robó José Smith de algún modo un manuscrito de Spauldin y lo hizo suyo como libro de Mormón?. Al menos así lo afirma John Spaulding, hermano de Salomón y Martha, su esposa.

Sus teorías acerca de las tribus de América pudo haberlas tomado de tradiciones que circulaban entonces respecto a la llegada de hombres blancos a este Continente antes que Colón. Spaulding por ejemplo, habla de que los romanos vinieron al Continente, aunque sin ningún fin religioso.

LOS IDIOMAS DEL LIBRO

Expertos en idiomas antiguos han examinado con detenimiento los caracteres que se publican en la historia escrita por José Smith y han declarado que no tiene que ver con el egipcio, el caldeo, asirio, árabe o alguna otra lengua oriental.

ANACRONISMOS

Es bien sabido que el nombre de Jehová fue inventado por los masoretas 1000 años después de Cristo, debido a que en el destierro en Babilonia los hebreos habían perdido la pronunciación exacta de los caracteres "YHWH". El nombre correcto de Dios es Yahvé puesto que así lo pronunciaron siempre los samaritanos que nunca estuvieron en Babilonia.

Así pues, el uso de la palabra Jehová en el libro de Mormón, supuestamente compuesto en 421, es una prueba más de que se trata de un invento de Smith y no de un libro entregado por un ángel.

DOCTRINAS DE LOS MORMONES

Lo primero que hay que notar es que los Mormones, a diferencia de las demás denominaciones protestantes, que siguiendo el dogma luterano de tomar como base de la fe tan solo la Biblia, admiten también como libro inspirado (lo cual ya es una herejía) el libro de Mormón, y también otros redactados con posterioridad por sus presidentes. Estos son "El libro la Doctrina y las Alianzas" publicado en 1835, que contiene supuestamente revelaciones hechas a José Smith; y también "La perla preciosa", "El símbolo Segundo de la Fe" escritos por Brigham Young, etc.

De todos estos libros han sacado doctrinas y prácticas esotéricas (secretas) que como lo hace notar muy atinadamente el pastor protestante E. Laird Mills, tienen mucho cuidado en ocultar a los "gentiles", que solo tienen acceso a ciertos artículos de su religión.

El primer Símbolo de Fe de los Mormones fue redactado por el fundador José Smith en 1830. Constaba de10 artículos a los cuales Young no tuvo empacho en añadir otros 3.

Vamos a reproducir a continuación lo que los mormones presentan como "artículos de fe" y en donde para empezar notaremos cómo no saben distinguir entre Dogma y Moral e ignoran lo que son los Sacramentos, ya que mezclan todo sin ninguna lógica y están plagados de errores que iremos mencionando

DOGMAS:

1er. Artículo. "Nosotros creemos en Dios, en el Eterno Padre y en su Hijo Jesucristo y en el Espíritu Santo".

Afirman creer en la Santísima Trinidad, pero su creencia es de lo más peregrina ya que dicen que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son uno porque tienen un "mismo propósito", usando conceptos por demás extraños. También afirman que tanto el Padre como el Hijo tienen un cuerpo como el nuestro, de carne y hueso y Brigham Young afirmaba que "Adán es nuestro Dios, el único Dios con el cual los hombres nos hemos de entender".

Acerca de Nuestro Señor Jesucristo, tienen enseñanzas de lo más absurdas. Afirman que Jesucristo, después de su Resurrección, vino a América y que es nada menos que el legendario personaje conocido con el nombre de Quetzalcóatl. Para probar la "verdad" de este aserbo, les basta con lo siguiente: "las obras y vida de este hombre barbado y blanco, corresponden de tal manera a las de Jesucristo, que solo podemos llegar a la conclusión de que se trata de la misma persona". ("El Mormonismo" por Antonio W. Ivins.)

2º. Artículo. "Creemos que los hombres serán castigados por sus propios pecados y no por la transgresión de Adán".

Evidentemente los mormones están negando la realidad del pecado original, de tantas maneras tratado en las cartas de San Pablo.

3er. Artículo. "Creemos que por la expiación de Cristo, todo el género humano puede salvarse, mediante la obediencia a las leyes y ordenanzas del Evangelio".

Nótese como los mormones no creen, como la inmensa mayoría de los protestantes, que el hombre se salva por la Fe sola, sino por las obras.

4º Artículo. "Creemos que dichas ordenanzas son: 1-Fe en nuestro Señor Jesucristo. 2-Arrepentimiento. 3-Bautismo por inmersión para la remisión de los pecados. 4-Imposición de las manos para comunicar el don del Espíritu Santo".

También aquí los mormones se apartan de las demás iglesias protestantes al afirmar que por la imposición de las manos se comunica al Espíritu Santo, cosa que los protestantes no aceptan. La Iglesia Católica, de acuerdo con la Sagrada Escritura, lo realiza en el Sacramento de la Confirmación.

5º Artículo. "Creemos que cualquier hombre debe ser llamado por Dios por profecía y por la imposición de las manos, por aquellos que tienen autoridad para predicar el Evangelio y administrar sus ordenanzas".

Los mormones creen, pues, que para predicar el Evangelio se requiere recibir autorización de los que ya la tienen.

6º Artículo. "Creemos en la misma organización que existía en la primitiva Iglesia, esto es: Apóstoles, profetas, pastores, maestros, evangelistas, etc…"

¿Cómo es posible que alguien llame a esto "Artículo de Fe"?.

7º. Artículo. "Creemos en el don de lenguas, profecías, revelaciones, visiones, sanidad, interpretación de lenguas, etc…"

Estas creencias se dan en otras denominaciones cristianas y aún en algunos sectores de la Iglesia Católica, pero ciertamente son asuntos secundarios y no ameritan ser parte de un "Credo".

8º. Artículo. "Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios en tanto que está traducida correctamente, pero también creemos que el libro de Mormón es Palabra de Dios".

Esto está en flagrante contradicción con la misma Biblia que nos advierte que nadie debe añadir nada a lo ya escrito. Con el Libro del Apocalipsis se cierra la revelación. San Juan afirma en 22,18: "Yo por mi parte declaro a todo el que escuche las palabras proféticas de este libro: a quien se atreva a añadirle algo, Dios añadirá sobre él todas las plagas descritas en este libro" y por lo tanto la Iglesia Católica como los protestantes han rechazado los libros llamados "Apócritos" que son documentos posteriores ciertamente interesantes y piadosos pero no inspirados por Dios como lo es la Biblia.

Por supuesto que la Biblia debe ser traducida correctamente, pero ¿quién determina la calidad de dicha traducción? Abundan las traducciones "piratas" como la de los Testigos de Jehová, que descaradamente alteran los términos a su conveniencia. La Iglesia Católica, que tiene veinte siglos de experiencia traduciendo, imprimiendo y difundiendo la Palabra de Dios, exige a cualquier edición lo que llamamos el "Imprimátur" que es la autorización oficial para su impresión. Es como el control de calidad, que tratándose de la Palabra de Dios, debe ser mucho muy estricto.

Para más abundancia, el libro de Mormón contiene cosas totalmente falsas, como por ejemplo que en sus tiempos había caballos en América y conocían el cemento para sus construcciones, cosa que no se ha encontrado en ninguna ruina arqueológica de América.

Cuando se presentan a los mormones estas objeciones, afirman que han encontrado fósiles de caballos en América y restos de carreteras de cemento, pero ¿en qué museo se encuentran dichos fósiles? ¿dónde están los restos de aquellas carreteras de cemento.

9º. Artículo. "Creemos todo lo que Dios ha revelado, todo lo que ahora está revelando y todas las demás cosas que revelará en lo sucesivo y cuyos grandes e importantes asuntos pertenecen al reino de Dios".

En otras palabras, no habrá límite a la imaginación y a la ficción. Todo esto está en flagrante contradicción, como ya hemos dicho, de que la revelación terminó con el Apocalipsis de San Juan, último de los Apóstoles.

10º. Artículo. "Creemos en el sentido literal de la congregación del pueblo de Israel y en la restauración de las diez tribus. Que Sión será edificada sobre este Continente. Que Cristo reinará personalmente sobre la tierra, la cual será renovada y transformada en un paraíso de gloria".

Es nada menos que "el sueño Americano", la teoría del "Destino Manifiesto" sublimada y llevada al terreno religioso: Jesucristo gobernando al mundo entero, por supuesto desde los Estados Unidos de Norteamérica, probablemente desde Salt Lake City o al menos desde Washington.

Los tres Artículos añadidos por Brigham Young:

11º. Artículo. "Nosotros declaramos el derecho de adoración al Ser Supremo según los dictámenes de nuestra conciencia y permitimos a todos los hombres el mismo derecho, dejando que lo adoren donde quieran y como puedan".

Si así creen, ¿por qué entonces se esfuerzan tanto en arrastrar a sus filas a los católicos?

12º. Artículo. "Creemos que debemos estar sujetos a los reyes, presidentes, legisladores y magistrados del país a donde Dios nos llama a ramificar su Santa Iglesia, obedeciendo, honrando y sosteniendo la ley".

Este artículo no puede ni debe aplicarse a la letra, a pesar de que San Pablo dice que "toda potestad viene de Dios" (Rom.13,1). San Pedro, más prudente (1 Pe.2,13), pide sumisión "a los gobernadores como puestos por Dios para castigo de malhechores y alabanza de los buenos" ya que muy a menudo los gobiernos no cumplen con estas funciones, sino que de hecho han sido en muchísimas ocasiones, enemigos de Dios y de cualquier Religión, no solamente dictando leyes completamente equivocadas e injustas, sino persiguiendo a muerte a los creyentes como sucedió en México en la época Cristera y en los países dominados por el comunismo.¿Cómo obedecer, honrar y sostener tales regímenes?

13o.Artículo. "Creemos en ser honrados, verídicos, castos, benevolentes, virtuosos y en hacer el bien a todos los hombres".

Realmente esto no puede ser llamado artículo de Fe, sino un conato de reglas morales. Los Mormones por lo visto no saben distinguir entre Dogma y Moral.

LA MORAL DE LOS MORMONES

Hablar de la moral de los mormones no es cosa fácil, pues como ya hemos visto, sus trece artículos de Fe, de los que tan orgullosos se muestran, son todo un barullo de Dogmas, Moral y prácticas religiosas. Para complicar más las cosas, han cambiado sus ordenanzas según los tiempos, lugares y circunstancias. Cuándo en el año de 1844 se establecieron en Salt Lake City, formaron una especie de sociedad mutualista en la que se ayudaban realmente de una manera extraordinaria, pero muy pronto dieron comienzo las desavenencias y la causa, ¡quién lo creyera!, fueron las mujeres.

Siendo al principio abiertamente polígamos, cualquiera pensaría que aquel que tenía 8 o 10 mujeres, ya no codiciaría más pero fue todo lo contrario: les pasaba lo mismo que a aquellos que tienen grandes riquezas, que mientras más tienen, desean más y más. Por algo dice la Biblia: "La ambición del hombre no tiene límite".

Apenas una niña se desarrollaba como mujer, era objeto del deseo de varios mormones entre los cuales tenía forzosamente que elegir uno y de no ser así, daba lugar a que se pelearán por ella y si ella se resistía, llegaban a agredirla a ella y a su familia cometiendo crímenes que por lo general quedaban sin castigo. Todo esto fue el tema de un artículo del Selecciones del Readers Digest de abril de 1959, pero que por no tener mayor constancia, nos abstenemos de reproducir.

Las cosas cambiaron en el año de 1872, cuando Utah ingresó a la federación Norteamericana, que en sus leyes prohibe la poligamia dando nacimiento a la "Iglesia del Primogénito de la Plenitud de los Ultimos Tiempos" que siguió siendo polígama y tuvo que emigrar, estableciéndose en los estados méxicanos de Sonora y Chihuahua.

Aquello que según José Smith había sido una revelación divina y un dogma, fue dejado a un lado, al menos en apariencia, para no perder privilegios temporales en la Unión Americana.

LOS MORMONES Y LOS SACRAMENTOS.

Realmente los mormones no tienen Sacramentos ya que no tienen el Sacerdocio instituido por Jesucristo en sus Apóstoles.

El relato de cómo José Smith se creyó sacerdote, es sensacional: él y su amigo Oliverio Cowdery fueron a bautizarse mutuamente y dice: "yo le bauticé primero y luego él me bautizó a mí. Después de lo cual puse mis manos sobre su cabeza y le conferí el Sacerdocio de Aarón y luego él puso sus manos sobre mí y me confirió el mismo sacerdocio".

La candidez del relato nos hace pensar en dos niños jugando "a ser padrecitos". ¿Cómo puede nadie conferir un sacerdocio que no tiene?

Pero la cosa no termina ahí. Distinguen los mormones dos clases de sacerdocio: el de Aarón y el de Melquisedec. He aquí la forma como dice Smith que recibieron él y Cowdery el de Melquisedec: "en el año de 1830 volvieron a la tierra tres Apóstoles de Cristo: Pedro, Santiago y Juan, les impusieron las manos y los ordenaron sacerdotes según el orden de Melquisedec". Así de simple.

Partiendo, pues, de la base de que los mormones al no tener sacerdocio válido no pueden tener reales sacramentos, describiremos los ritos que acostumbran. Llaman "sacramento" al bautismo y "ordenanzas" al resto.

EL BAUTISMO MORMON.

Afirman los mormones que el Bautismo es necesario para la salvación y sin embargo caen en el error de no admitir sean bautizados los niños. Además el Bautismo debe ser realizado por inmersión y por lo tanto es inválido el conferido por la Iglesia Católica, olvidando que en el día de Pentecostés fueron bautizadas 3000 personas y que en Jerusalén no hay río para hacerlo por inmersión. San Pablo bautizó a familias enteras en sus propias casas, evidentemente por simple aspersión.

Pretenden los mormones que desde la muerte de los Apóstoles, o poco después, se perdió el verdadero sacerdocio, hasta que fue restablecido por Smith como hemos relatado y que por lo tanto todos los bautismos efectuados en ese tiempo fueron inválidos. Sin embargo, los amigos y descendientes de los difuntos que recibieron ese bautismo inválido pueden ser bautizados en su lugar y aseguran que ese bautismo por poder, es aceptado y ratificado en el cielo.

Realizan pues, los mormones, muchísimos bautismos por los difuntos cada año, pagando una suma muy elevada por ello (lo que explica, entre otras cosas, el porqué tiene tanto dinero la iglesia mormona) y llevan un impresionante registro computarizado de millones de difuntos "bautizados" de esa manera.

Pretenden autorizar esta clase de bautismos en una cita de San Pablo, que en realidad lo que afirma no es la validez de ese rito sino la verdad de la resurrección: "Si no fuera así, ¿qué ganarían los que se hacen bautizar por los muertos? Si los muertos no resucitan en absoluto, ¿por qué entonces se hacen bautizar por ello?" (1 Cor. 15,29)

LA CENA DEL SEÑOR

Los mormones no tienen ni idea de lo que significa la Presencia Real de Nuestro Señor Jesucristo en las especies eucarísticas y para colmo de males, como tienen prohibido absolutamente el consumo de bebidas alcohólicas, realizan lo que llaman Cena del Señor compartiendo galletas y agua "porque así les fue ordenado de lo alto".

EL MATRIMONIO "CELESTIAL"

Llaman los mormones "Matrimonio Celestial" al que según ellos debe durar en la otra vida por toda la eternidad. Todo matrimonio realizado sin la debida autoridad, queda disuelto con la muerte por lo que es preciso contraerlo con "autoridad divina", esta ceremonia sella la unión en la tierra y en el cielo, de manera que seguirán siendo marido y mujer, para siempre. Y sí, como sucede, tuvieron varias mujeres, no hay problema así será por toda la eternidad.

Siendo el matrimonio una "ordenanza", es esencial para ir a la gloria celestial. No reconocen, por tanto el celibato, ni consagrado a Dios en la vida religiosa, ni como una opción vital.

En su catecismo estudian los mormones la siguiente pregunta: "¿Son muchos los dioses?" y se responden: "Sí, son muchos y estos dioses continúan multiplicándose en el otro mundo por medio de sus esposas celestes, mujeres que fueron selladas a ellos en este mundo".

Esta ceremonia de "sellar" el matrimonio solo puede realizarse en el templo de Salt Lake City, acompañada de ritos secretos en los cuales no puede participar ningún "gentil". Olvidan, evidentemente, las palabras de Jesucristo que declaró a los judíos que "Después de la resurrección ni los hombres tomarán mujeres ni las mujeres tomarán maridos, sino que serán como ángeles de Dios en el Cielo". (Mt.22,29-30).

EL SACERDOCIO MORMON

Los mormones no hacen distinción entre la Confirmación y el Sacerdocio. Pero sí distinguen dos clases de él: el menor, de Aarón, que trata de las cosas temporales y el mayor o de Melquisedec, para las espirituales.

Por lo visto el sacerdocio de Aarón les ha funcionado muy bien. El 4 de agosto de 1997 la revista TIME publicó algunas cifras que nos hablan de la riqueza de la Iglesia de los Santos de los Ultimos Días.

Es suyo el Rancho ganadero más grande del mundo ubicado cerca de Orlando, Fla. y lleva el nombre de Desert Cattle and Citrus Ranch. Tiene nada menos que 126,000 hectáreas, valuado en $850 millones de dólares.

Gracias a su política de exigir a sus adeptos el 10 por ciento de sus entradas brutas, percibieron en 1996 la asombrosa cantidad de 5,200 millones de dólares. Esto los coloca un poco debajo de Unión Carbide en el escalafón de empresas financieras a nivel mundial, muy por encima de otras transnacionales famosas.

Sus ganancias son invertidas principalmente en agricultura, medios de comunicación, compañías de seguros, turismo y propiedades inmuebles como hoteles, centros culturales, etc.

LA "GLORIA" SEGÚN LOS MORMONES

Muy interesante es su doctrina acerca de la Gloria, ya que distinguen tres clases de ella: la celestial, la terrestre y la ¡telestial!

La mejor es la celestial, a la que solo acceden aquellos que han cumplido con todos sus deberes y ordenanzas. Se entra a ella por el matrimonio que es ordenanza esencial como hemos visto. Ahí no tienen cabida los solteros.

El segundo grado es la terrestre, que es un gloria inferior, reservada a los que no cumplieron bien todas sus leyes y mandamientos.

La telestial (buen invento) es aún inferir a la terrestre y ahí van los malvados pero no los "hijos de la perdición" que son los que habiendo conocido el Evangelio y recibido la manifestación de Dios, lo han negado. Estos últimos van al infierno, pero son muy pocos, pues según los mormones, pueden contarse con los dedos de las manos.

Respecto de los Católicos, enseñan los mormones que sí podemos salvarnos, lo que hace incomprensible su afán de convertirnos en mormones.

La Doctrina Católica comparada con las enseñanzas mormonas.

LA BIBLIA.
Catolicismo: Es la única Palabra Revelada.
Mormones: No es la única; hay otras y seguirá habiéndolas.

DIOS
Catolicismo: Dios es la Santísima Trinidad: un solo Dios en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Adán fue el primer hombre creado por Dios.
Mormones: Dios era antes hombre, y los hombres pueden llegar a ser dioses. Adán es Dios.

CRISTO
Catolicismo: Jesucristo es la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, el Verbo, hecho hombre por obra del Espíritu Santo en el vientre purísimo de la siempre Virgen María. Jesús nunca se casó.
Mormones: Cristo es un hombre como José Smith, concebido de la unión del Padre Adán con María y tuvo varias mujeres como Martha y María Magdalena.

LA IGLESIA
Catolicismo: Jesucristo fundó una sola Iglesia para siempre a partir de los Apóstoles, teniendo a San Pedro como cabeza. La sucesión Apostólica en los Papas y Obispos, ha sido ininterrumpida como lo demuestra la Historia. La Iglesia es Una, Santa, Católica(Universal) y Apostólica y permanecerá hasta el fin de los tiempos.
Mormones: Como los Apóstoles le fallaron a Cristo, la Iglesia desapareció y la refundó definitivamente en los Estados unidos en 1870 con José Smith a la cabeza. La pero Iglesia es "por supuesto", la Católica.

EL HOMBRE
Catolicismo: Creado por Dios a su imagen y semejanza, cayó en el pecado original que heredamos todos. El Bautismo borra dicho pecado y nos restituye a la Vida de la Gracia, participando de la Vida Divina, haciéndonos hijos de Dios por adopción.
La poligamia es absolutamente antievangélica y contraria a los derechos humanos de la mujer.
Mormones: No existe el pecado original. Las almas antes de entrar en un cuerpo, andan vagando y se les salva dándoles el cuerpo. La poligamia es de derecho divino. El "matrimonio sellado" es para toda la eternidad, aunque sea con muchas mujeres. Los negros proceden de Caín (racismo puro) y no pueden tener puestos de dirigencia en la iglesia mormona. Los indios de raza cobriza se volverán blancos y rubios. (racismo puro).

BAUTISMO.
Catolicismo: Conviene bautizar a los niños cuanto antes para que gocen de la Vida Divina y sean ya hijos de Dios. No es necesario que sea por inmersión. Los muertos ya han sido juzgados por Dios y no podemos bautizarnos por ellos.
Mormones: No hay que bautizar a los infantes. El bautismo debe ser por inmersión y ya que los bautismos hechos por la Iglesia Católica y demás iglesias protestantes, han sido inválidos, hay que bautizarse por los difuntos para salvarlos.

EUCARISTIA.
Catolicismo: Jesucristo está real, verdadera y sustancialmente presente en las especies consagradas, con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.
Mormones: Jesucristo no está presente ni en el pan ni en el agua con que celebran la "Cena del Señor".

EL INFIERNO.
Catolicismo: Existe y es eterno.
Mormones: No es eterno, o sea, no es infierno.

Otros sitios con valiosa información sobre este grupo:

Los mormones según www.conoze.com

Los mormones fundamentalistas según www.wikipedia.org

Lor mormones según www.corazones.org

Los mormones según www.churchforum.org

Los mormones según www.antesdelfin.com

Criando vagos

Artículo del Psiquiatra César Mella

Hay que llamarlos varias veces en la mañana para llevarlos a la escuela.

Se levantan irritados pues se acuestan muy tarde hablando por teléfono o conectados a la Internet.

No se ocupan de que su ropa esté limpia y mucho menos ponen un dedo en nada que tenga que ver con 'arreglar algo en el hogar'.

Idolatran a sus amigos y viven poniéndoles 'defectos' a sus padres a los cuales acusan a diario de que 'están pasaos'.

No hay quien les hable de ideologías, de moral y de buenas costumbres, pues consideran que ya lo saben todo.

Hay que darles su 'semanal' o mesada de la que se quejan a diario porque 'eso no me alcanza'.

Si son universitarios siempre inventan unos paseos de fin de semana que lo menos que uno sospecha es que regresarán con un embarazo o habiendo fumado un pito de marihuana.

Definitivamente estamos rendidos y la tasa de retorno se aleja cada vez más, pues aún el día que consiguen un trabajo hay que seguir manteniéndoles.

Me refiero a un segmento cada vez mayor de los chicos de capas medias urbanas que bien pudieran estar entre los 14 y los 24 años y que para aquellos padres que tienen de dos a cuatro hijos constituyen un verdadero dolor de cabeza.

¿En que estamos fallando?

Para los nacidos en los cuarenta y cincuenta el orgullo reiterado es que se levantaban de madrugada a ordeñar las vacas con el abuelo; que tení­an que limpiar la casa; que lustraban sus zapatos; algunos fueron limpiabotas y repartidores de diarios; otros llevábamos al taller de costura la ropa que elaboraba nuestra madre o tení­amos un pequeño salario en la Iglesia en donde ayudábamos a oficiar la Misa cada madrugada.

Lo que le pasó a nuestra generación es que elaboramos un discurso que no dio resultado:

'¡Yo no quiero que mi hijo pase los trabajos que yo pasé!'.

Nunca conocieron la escasez, se criaron desperdiciando, a los 10 años ya habí­an ido a Disney World dos veces cuando nosotros a los 20 no sabí­amos lo que era tener un pasaporte.

El 'dame' y el 'cómprame' siempre fue generosamente complacido y ellos se convirtieron en habitantes de una pensión con todo incluido que luego querí­amos que fuera un hogar.

Al final se marchan al exterior a la conquista de una pareja y vuelven al hogar divorciados o porque la cosa 'se les aprieta' en su nueva vida.

Los que tienen hijos pequeños pónganlos los domingos a lavar los carros y a limpiar sus zapatos. Un pago simbólico por eso puede generar una relación en sus mentes entre trabajo y bienestar.

También desde temprano deben aprender a lavar, planchar, cocinar para que entiendan la economí­a doméstica en tiempos que podrí­an ser más difí­ciles.

La música metálica, los conciertos, la tele, la moda y toda la electrónica de la comunicación han creado un marco de referencia muy diferente al que nos tocó.

Estamos compelidos a revisar por los resultados si fuimos muy permisivos o si sencillamente hemos trabajado tanto que el cuido de nuestros hijos queda en manos de las domésticas y en un medio ambiente cada vez más deformante.

Ojala que este mensaje llegue a los que tienen 'muchachos chiquitos' pues ya los abuelos pagaron la transición.

A imagen de la Madre Patria

Abortando a gogó

A continuación reproducimos una colaboración del escritor Juan Manuel de Prada aparecida en el diario ABC (135), en la que se muestra la desgracia y el cinismo de una sociedad que se acostumbra a la eliminación impune de los más débiles mediante la práctica del aborto.

Un programa emitido recientemente por la televisión pública danesa demuestra que en un matadero infantil barcelonés se están perpetrando abortos a mansalva. El abortero que regenta este pingüe negocio declaraba sin empacho a la periodista danesa utilizada como cebo en el reportaje, encinta de siete meses: «Lo primero que haremos será provocar un ataque al corazón del feto, que así nacerá muerto. No hay problema».

Dos años atrás, ya el dominical británico «The Sunday Telegraph» publicaba un reportaje donde se denunciaba que en el citado matadero se estaban perpetrando abortos a granel, so pretexto de «evitar un grave peligro para la vida o la salud física o psíquica de la embarazada».

Tanto el programa danés como el reportaje del semanario británico demostraban que las clientes del matadero no están expuestas a ningún grave peligro; son, simplemente, mujeres que abortan por irreflexión, por pura inhumanidad, algunas veces incitadas por motivos irracionales, por una enajenación de la voluntad que los aborteros barceloneses incitan y estimulan.

Como María, una valenciana de cuarenta años que en el año 2000 acudió a este matadero, solicitando que le fuese practicado un aborto, porque el hijo que esperaba era varón, y ella deseaba tener una niña. No importó que tanto ella como el niño gestante estuviesen completamente sanos; en lugar de disuadirla de tan aberrante capricho, el abortero consumó el crimen, aprovechándose de la ofuscación de María, quien tras despertar de la anestesia cobró conciencia de la bestialidad que acababa de perpetrarse.

Por supuesto, tan aberrantes crímenes poseen siempre un móvil crematístico. A la postre, se está demostrando que el aborto, amén de un repugnante delito contra la vida de los más indefensos (a quienes el Derecho debería ofrecer una protección reforzada), es también un muy lucrativo negocio en el que se arriesga la salud de las mujeres del modo más inescrupuloso.

La plataforma ciudadana HazteOir.org acaba de presentar una denuncia ante la Fiscalía general del Estado, denunciando las prácticas del citado matadero, pero ya podemos imaginarnos que su destino será el sobreseimiento; y el matadero seguirá lucrándose sin impedimento, incluso es posible que se organicen manifestaciones de apoyo a los aborteros, como se han organizado para apoyar a quienes tan caritativamente mandaban al otro barrio a los enfermos del hospital de Leganés. España seguirá siendo la «reserva abortista de Europa», según feroz y sarcástica acuñación de Ignacio Ruiz Quintano.

Pero si la comisión a mansalva de abortos es un crimen abyecto, mucho más abyecta aún resulta la anuencia sorda de una sociedad capaz de convivir con ese oprobio. Llegará el día en que las generaciones venideras, al asomarse a las fosas comunes del aborto, se estremezcan de horror, como hoy nos estremecemos de horror ante las matanzas de los campos de exterminio. Sólo que las cifras del aborto serán, para entonces, mucho más abultadas y estremecedoras.

Aquellas hecatombes del pasado fueron, además, perpetradas a espaldas de la sociedad; la hecatombe del aborto se perpetra con la complicidad tácita de la sociedad, que prefiere volver el rostro a otro lado cuando se trata de defender la vida más inerme, que incluso acepta el aborto como un remedio benéfico.

Denunciar esta barbarie, genocida en el más puro sentido de la palabra, se ha convertido en motivo de proscripción y desprecio; lo progresista es acatar la barbarie, bendecirla o al menos transigir cínicamente con ella, como si la barbarie fuese algo que no nos atañe, como si el aire que respiramos no estuviese infectado con sus efluvios malignos. Pero aquí los únicos efluvios que los progresistas persiguen son los del tabaco.

Algún día nuestros hijos escupirán sobre nuestras tumbas, asqueados del tamaño de nuestra abyección. Mientras tanto, en los mataderos infantiles se sigue trabajando a destajo.

El mito sobre el sexo seguro

Por Lourdes Casares de Félix

León ha sido sede del X Congreso Nacional sobre VIH / SIDA . El objetivo del mismo es ampliar el conocimiento sobre este padecimiento a través de trabajos de investigación e intervención que se han realizado a nivel nacional. Esto incluye la labor preventiva y de educación. En lo que respecta a estas áreas, cabe mencionar que se hace una gran promoción a los jóvenes sobre la efectividad del uso del condón para que “vivan su sexualidad” con “seguridad”. Esta palabrita infiere que no podrá haber embarazo, ni Sida, ni enfermedades de transmisión sexual. Pero ¿qué tan ciertas son todas esas garantías que se prometen?

En el 2002 El Population Action International elaboró un estudio sobre la resistencia de los preservativos y declaró como conclusión que: “la mala calidad rara vez es causa del fallo de un preservativo. La garantía es de “casi” un cien por ciento, “siempre” que su utilización sea la correcta.”

Este “casi” cien por ciento de efectividad se reduce además cuando se considera que el material de los condones es artificial. El látex con el que están fabricados tiene que mantenerse en temperatura media entre 10 y 25 grados para no perder sus propiedades. Después de su elaboración en la fábrica, es común que se transporte a temperaturas arriba de 35 grados en verano y en invierno debajo de 10. Posteriormente se almacena en lugares donde la temperatura no está controlada hasta llegar a la bolsa de un pantalón o cartera en espera de uso.

La prueba de control de calidad del condón se lleva a cabo en el laboratorio donde los grados de temperatura están controlados. Obviamente el resultado de pruebas de error es mínimo y la calidad garantizada. Si las pruebas se hicieran después del recorrido que tiene un condón y afuera del laboratorio, los resultados quizás serían otros.

Otro problema es la necesidad de saber utilizarlo bien y otro más es que existe la posibilidad de que el virus pueda filtrarse a través de los poros del látex. El preservativo disminuye la transmisión de los virus de algunas enfermedades pero no así en las de origen bacteriano ya que con el solo roce de genitales se contagian.

Entonces ¿por qué el engaño del sexo seguro? La OMS (Organización Mundial de la Salud) ha realizado campañas de prevención con el condón pero la conclusión de 1999 es que no han sido de gran utilidad. Los estudiosos del tema no conocen los resultados de 2004 y sospechan que no se han publicado porque han aumentado las tasas. Un médico brasileño hizo un estudio con 250 parejas, en las que uno de ellos estaba infectado y debían usar preservativo para evitar la transmisión. El 23% se contagió a pesar de haber empleado el condón.

Entre las campañas de hoy se encuentra una con el futbolista Ronaldo que dice: “Juega sin riesgo, con el Sida no te la juegues. Protégete”(con condón). Aparte de trivializar la relación sexual convirtiéndola en juego, engaña a los jóvenes haciéndoles pensar que no se contagiarán. El condón reduce pero no elimina el riesgo. Una mejor alternativa se aprecia en uno de los anuncios que utilizó Uganda para bajar las tasas de Sida exitosamente: Se ve la cara de un chico que dice “¡Es mi futuro! Yo quiero ser ingeniero. El sexo puede esperar.”

Desgraciadamente, al parecer, los intereses políticos y económicos pueden más ya que a nivel nacional no se ve un esfuerzo por imitar el exitoso método de Uganda promoviendo el “saber esperar” y la fidelidad, en vez de esto se perpetúa el terrible engaño del sexo seguro en vez de hacer una campaña de sexo inteligente donde la inteligencia orienta y encauza las tendencias sexuales.

Nota: el único sexo seguro, es el realizado dentro del matrimonio fiel de por vida. Lo demás es mentira.