Una idea central...
Somos La Iglesia católica
Nuestra familia está compuesta por personas de toda raza. Somos jóvenes y ancianos, ricos y pobres, hombres y mujeres, pecadores y santos.
Nuestra familia ha perseverado a través de los siglos y establecido a lo ancho de todo el mundo.
Con la gracia de Dios hemos fundado hospitales para poder cuidar a los enfermos, hemos abierto orfanatorios para cuidar de los niños, ayudamos a los más pobres y menos favorecidos. Somos la más grande organización caritativa de todo el planeta, llevando consuelo y alivio a los más necesitados.Educamos a más niños que cualquier otra institución escolar o religiosa.
Inventamos el método científico y las leyes de evidencia. Hemos fundado el sistema universitario.
Defendemos la dignidad de la vida humana en todas sus formas mientras promovemos el matrimonio y la familia.
Muchas ciudades llevan el nombre de nuestros venerados santos, que nos han precedido en el camino al cielo.
Guiados por el Espíritu Santo hemos compilado La Biblia. Somos transformados continuamente por Las Sagradas Escrituras y por la sagrada Tradición, que nos han guiado consistentemente por más de dos mil (2’000) años.
Somos… La Iglesia católica.
Contamos con más de un billón (1’000’000’000) de personas en nuestra familia compartiendo los Sacramentos y la plenitud de la fe cristiana. Por siglos hemos rezado por ti y tu familia, por el mundo entero, cada hora, cada día, cada vez que celebramos La Santa Misa.
Jesús de Nazaret ha puesto el fundamento de nuestra fe cuando dijo a Simón-Pedro, el primer Papa: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá contra ella» (Mt. XVI, 18).
Durante XX siglos hemos tenido una línea ininterrumpida de Pastores guiando nuestro rebaño, La Iglesia universal, con amor y con verdad, en medio de un mundo confuso y herido. Y en este mundo lleno de caos, problemas y dolor, es consolador saber que hay algo consistente, verdadero y sólido: nuestra fe católica y el amor eterno que Dios tiene y ha tenido por toda la creación.
Si has permanecido alejado de La Iglesia católica, te invitamos a verla de un modo nuevo hoy, visita www.catolicosregresen.org.
Somos una familia unida en Cristo Jesús, nuestro Señor y Salvador. Somos católicos, bienvenido a Casa...
Nuestra familia ha perseverado a través de los siglos y establecido a lo ancho de todo el mundo.
Con la gracia de Dios hemos fundado hospitales para poder cuidar a los enfermos, hemos abierto orfanatorios para cuidar de los niños, ayudamos a los más pobres y menos favorecidos. Somos la más grande organización caritativa de todo el planeta, llevando consuelo y alivio a los más necesitados.Educamos a más niños que cualquier otra institución escolar o religiosa.
Inventamos el método científico y las leyes de evidencia. Hemos fundado el sistema universitario.
Defendemos la dignidad de la vida humana en todas sus formas mientras promovemos el matrimonio y la familia.
Muchas ciudades llevan el nombre de nuestros venerados santos, que nos han precedido en el camino al cielo.
Guiados por el Espíritu Santo hemos compilado La Biblia. Somos transformados continuamente por Las Sagradas Escrituras y por la sagrada Tradición, que nos han guiado consistentemente por más de dos mil (2’000) años.
Somos… La Iglesia católica.
Contamos con más de un billón (1’000’000’000) de personas en nuestra familia compartiendo los Sacramentos y la plenitud de la fe cristiana. Por siglos hemos rezado por ti y tu familia, por el mundo entero, cada hora, cada día, cada vez que celebramos La Santa Misa.
Jesús de Nazaret ha puesto el fundamento de nuestra fe cuando dijo a Simón-Pedro, el primer Papa: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá contra ella» (Mt. XVI, 18).
Durante XX siglos hemos tenido una línea ininterrumpida de Pastores guiando nuestro rebaño, La Iglesia universal, con amor y con verdad, en medio de un mundo confuso y herido. Y en este mundo lleno de caos, problemas y dolor, es consolador saber que hay algo consistente, verdadero y sólido: nuestra fe católica y el amor eterno que Dios tiene y ha tenido por toda la creación.
Si has permanecido alejado de La Iglesia católica, te invitamos a verla de un modo nuevo hoy, visita www.catolicosregresen.org.
Somos una familia unida en Cristo Jesús, nuestro Señor y Salvador. Somos católicos, bienvenido a Casa...
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Carta Pastoral - 27 de Febrero del 2010
DESDE LA PROXIMIDAD A NUESTRA GENTE
Introducción
1. Como todos los años, con ocasión de la fiesta de la Independencia Nacional, cumpliendo nuestra misión de guías espirituales, queremos dirigir un mensaje a nuestros fieles y a todos los dominicanos y dominicanas de buena voluntad sobre la situación nacional.
2. Una vez más proclamamos que no nos mueve a ello interés alguno temporal ni partidista sino exclusivamente el amor a la verdad y la voluntad inquebrantable de contribuir a una patria mejor y a una perfección progresiva, de acuerdo al designio divino, de esta tierra que nos vio nacer y a la que Dios nuestro Padre nos llama a servirla y no a servirnos de ella. Lo proclamamos una vez más, no es competencia de la Iglesia presentar soluciones técnicas y científicas a los problemas económicos y sociales que nos agobian, sino, ante todo, recordar los grandes principios morales indispensables en la construcción de una sociedad sana y digna.
3. Nosotros, sin embargo, lo hacemos desde el conocimiento objetivo de la realidad nacional dada nuestra proximidad a nuestra gente. Eclesiásticamente dividido nuestro territorio en 11 Diócesis y un Ordinariato Castrense, nuestra encarnación en la realidad la hacemos, en este momento, a través de 584 parroquias en las cuales nuestros heroicos párrocos son confidentes de los gozos y angustias de sus fieles, de sus esperanzas y trabas, e instrumentos de soluciones precarias pero eficaces para suplir la deficiencia de los poderes públicos. Nuestra gratitud a ellos, que no se contentan con ser testigos de lo Trascendente y proclamadores de la buena noticia de la salvación de Cristo, sino que, desde esta visión, son eficaces agentes sociales con la creación de escuelas parroquiales, consultorios médicos, farmacias populares y diversas iniciativas sociales.
A. Un mensaje que no debemos olvidar
4. El año 2009, que acabamos de concluir, nos ha dejado un provocativo mensaje que ninguna nación debe olvidar. Nos lo ha dado a propósito del terremoto económico-financiero que ha sacudido ferozmente al mundo. El mensaje es que, cuando las cosas no se hacen bien y no se ponen remedios a tiempo, el mal se agrava y llegado un momento revienta causando males insospechados. Respecto a lo sucedido con el mundo económico-financiero, Su Santidad Benedicto XVI, en su última Encíclica Social "Caritas in veritate", ha hecho incisivos pronunciamientos que merecen ser reflexionados por nosotros los dominicanos. El Papa nos ha recordado que la atención a la vida del ser humano debe estar en el centro de todo verdadero progreso, y que para que éste se produzca, no basta el solo progreso económico y técnico; en un verdadero desarrollo integral del ser humano y de todos los seres humanos deben ser resaltados dos importantes aspectos o elementos: el respeto a la vida y el derecho a la libertad religiosa; la correlación entre múltiples elementos del desarrollo exige un esfuerzo de interacción con vistas a la promoción de un auténtico progreso de los pueblos.
5. La globalización no es a priori ni buena ni mala. Será lo que la gente haga de ella. La novedad principal ha sido el estallido de la interdependencia planetaria, comúnmente llamada globalización. Nos indica el Papa, que la solidaridad universal, siendo un beneficio para todos, es un deber; el principio de subsidiaridad debe mantenerse íntimamente unido al principio de solidaridad y viceversa; el desarrollo humano es imposible sin seres humanos rectos, sin operadores económicos y agentes políticos que sientan fuertemente en su conciencia la llamada al bien común; sin justicia distributiva y justicia social nunca será correcta la economía de mercado; el sector económico no puede ni debe ser éticamente neutro ni inhumano ni antisocial. Es una actividad del ser humano y precisamente porque es humana debe ser articulada e institucionalizada éticamente.
6. La iniciativa empresarial tiene y debe asumir cada vez más un significado polivalente. La actividad económica debe estar ordenada a la consecución del bien común que es responsabilidad sobre todo de la comunidad política. Hoy en día, en que tantas voces se alzan a favor de una intervención fuerte del Estado, es necesario tener en cuenta que el binomio exclusivo corroe la sociabilidad, mientras las formas de economía solidaria, que encuentran su mejor terreno en la sociedad civil, aunque no se reducen a ella, crean sociabilidad. Se requiere que las finanzas mismas, las cuales han de renovar necesariamente las estructuras y modos de financiación, tras su mala utilización en la economía real, vuelvan a ser un instrumento encaminado a producir mayor riqueza y desarrollo integral.
7. En otro orden de ideas, el Santo Padre, en su Encíclica "Caritas in veritate", advertía: la caridad en la verdad (el amor fundamentado en la verdad y la verdad alentada por el amor) es la principal fuerza impulsadora del auténtico desarrollo de la persona y de toda la familia humana; el amor es una fuerza extraordinaria que mueve a las personas en el campo de la justicia y de la paz y que su origen está en Dios, amor eterno y verdad absoluta; defender la verdad es proponerla con humildad y convicción y testimoniarla con la vida y estas dos formas son normas exigentes e insustituibles de amor; el amor y la verdad nunca abandonan a los seres humanos porque son la vocación profunda que Dios ha puesto en el corazón y en la mente de cada persona; la caridad es la vía maestra de la Doctrina Social de la Iglesia. Todas las responsabilidades y compromisos, arrojados por esta doctrina provienen de la caridad que, según Jesucristo, es la síntesis de toda la ley; el amor da verdadera consistencia a la relación personal con Dios y con el prójimo y es el principio, no sólo de las microrelaciones (amistad, familia y pequeños grupos), sino también de las macrorelaciones, como son las relaciones sociales, económicas y políticas; el amor es el don más grande de Dios, su promesa y nuestra esperanza; es necesario unir, no sólo la caridad con la verdad, sino también la verdad con la caridad, con el amor; la verdad libera al amor de la estrechez de la emotividad y de una simple creencia que mutila su horizonte humano y universal.
B. No nos dejemos tentar por el pesimismo. Hay razones para la esperanza
8. Como nos dice Benedicto XVI, Dios ha puesto en lo hondo del ser humano el amor y la verdad. En este doble impulso está la posibilidad de un mundo y de una humanidad mejor. Leyendo la crónica diaria de nuestras veleidades, desvaríos y delitos, corremos el peligro de creer que todo está perdido. A una minoría insensata y desalmada no hay que confundirla con la totalidad.
9. Al dar paso al pesimismo, olvidamos las grandes virtudes de las mayorías, de tantas madres heroicas que con generosidad y sabiduría inefable han logrado hacer de sus hogares familias ejemplares; de tantos jóvenes que en medio de enormes dificultades, hacen esfuerzos increíbles por prepararse excelentemente en las distintas universidades y sueñan con contribuir a una patria mejor a impulso de nobles ideales; de muchos empresarios que se afanan con alto espíritu social en crear nuevos empleos como el medio más eficaz de combatir la pobreza; de abnegados maestros que sacrifican sus vidas con el deseo de educar a nuestra juventud; de tantas iniciativas a favor de nuestras clases pobres y marginadas; de médicos, olvidados de sí mismos, que atienden gratuitamente a los más menesterosos con la misma solicitud que a los más poderosos, sin buscar beneficios económicos en el ejercicio de su competencia; de tantos dominicanos íntegros e insobornables que no demandan por sus servicios comisiones ni admiten gratificaciones. Nunca olvidemos que tristemente en nuestra cultura de la información la virtud no tiene prensa; morbosamente el delito y la infamia son noticia con alta acogida.
C. Falta de jerarquización
10. No es poco tener visualizados los grandes problemas nacionales. Pero tan importante, como esto, es a la hora de resolverlos, tenerlos jerarquizados por su relevancia, urgencia o repercusión. Esto supuesto, la falta de jerarquización es notable en el Presupuesto Nacional, en la distribución del capital disponible en relación con las necesidades nacionales.
D. La educación
11. Una vez más tenemos que decir que la educación tiene prioridad absoluta. Una nación será siempre lo que sean sus ciudadanos y estos serán siempre lo que sea su sistema educativo: su cobertura, sus objetivos, su programación y sus maestros y educadores. Los maestros y educadores son punto clave. Urge atender a este aspecto. Es función esencial del mundo político resolver los problemas que surjan en la sociedad civil, pero la sociedad civil debe también contribuir con el Estado a esas soluciones. Hoy son bastante las Empresas que cooperan con la educación y a su ejemplo animamos a que todas las imiten. Todo será poco para la meta que nos debemos proponer.
E. La energía eléctrica
12. Es uno de nuestros mayores fracasos. Promesas sucesivas han terminado siempre en total frustración. Es claro que la solución no es fácil, sobre todo hoy que debe tomarse en cuenta las energías alternativas si queremos apuntarnos al futuro. Exhortamos al Gobierno y a los sectores empresariales involucrados en esta área de la economía nacional, a no escatimar esfuerzos en buscarle una solución definitiva a tan grave problema, ya que el desarrollo económico de la Nación y muy en particular de las microempresas (talleres, ebanisterías, salones de belleza, etc.) depende mucho de la energía. También invitamos a todos los consumidores de electricidad a tener sentido del ahorro usando la energía de manera racional según el espacio y el momento en que sea necesaria, y a realizar honradamente el pago que corresponda.
F. La vida
13. La verdad es que la vida ha perdido entre nosotros su grandeza e inviolabilidad. Estremece el número creciente de personas muertas violentamente por ajustes de cuentas, por violencia de género, por problemas internos en el mundo de la droga, por imprudencias en las carreteras o avenidas y por la presencia entre nosotros de sicarios asalariados y hasta por suicidios.
14. Dada su escalada, lo de las muertes en carreteras y accidentes en ciudades hay que detenerlo drásticamente con un estudio e implementación de un tráfico más racional y con castigos más severos y reales a tanta transgresión a las leyes de tránsito. Los accidentes no pueden ser la fuente principal de muertes violentas e inesperadas. Urge una sensibilización más sabia y eficaz y un control mayor de los irresponsables. Además, es sumamente conveniente que se siga invirtiendo en la formación de los agentes reguladores del tránsito, ya que mucho entorpecimiento vehicular en las ciudades se debe a torpezas de agentes mal entrenados o con ausencia del sentido común.
15. En el enfrentamiento de la policía con presuntos o reales delincuentes no es admisible el expeditivo y fácil recurso de su liquidación. Sabemos y alabamos las sucesivas depuraciones de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, pero hay que reflexionar y terminar con este método. No es función de la policía matar al delincuente sino apresarlo y entregarlo al Poder Judicial.
G. La droga
16. Es un monstruo que con su poderío económico y con sus métodos está invadiendo todo, no excluida la policía, las fuerzas armadas, las autoridades y jueces. La droga corroe, degenera, envilece, destruye, mata y descompone la sociedad. Es un enemigo de la persona y de la sociedad que debe ser enfrentado por todos con severidad y eficacia. No es posible desligar de ella a los adictos sin su voluntad decidida. Hay que ser conscientes de los ingentes caudales de dinero que en ella se mueven. Nuestro agradecimiento a todos los envueltos en el combate contra esta plaga moderna. Es de suma importancia el fortalecimiento de las instituciones que trabajan en el tema de la prevención y la educación a la juventud para que no sea víctima de este mal, así como también el apoyo a aquellas instituciones dedicadas al tratamiento y a la cura de la adicción.
H. Una extendida sensación
17. Son muchos los que perciben una cierta dejadez y parsimonia en el Poder Público y que echan de menos más dinamismo y acciones rápidas y eficaces ante los problemas que nos acosan. Estos, creados por nosotros, no se resuelven por sí mismos. Exigen para su remedio de la acción de todos.
I. La pobreza
18. Es un reto que arrastramos. La pobreza tiene dos expresiones: sus condiciones de vida y el estado de pobreza y sus causas. Es obligación del Poder Público y de la sociedad civil mejorar sus condiciones de vida. Los servicios básicos deben llegar a sus barrios y regiones apartadas al igual que a otras circunscripciones. Lo principal, sin embargo, es sacarlos de su estado y el medio más eficaz es el empleo. Dado el alto índice de desempleo y subempleo, a una, el Gobierno y la sociedad civil deben hacer un sabio y concertado esfuerzo para crear empleos en todos los sectores productivos.
J. El campo
19. Hemos sido tenaces en defender una y otra vez el futuro económico del campo para bien de nuestros campesinos y de la Nación. En tiempo de precariedad alimentaria, el campo y la agricultura adquieren una importancia especial. El desarrollo del campo, sin embargo, exige modernización, tecnificación, nuevos modos gerenciales y la ayuda estatal y social con miras al consumo nacional y a la exportación. Se requiere una mejor planificación y una mayor inversión por parte del Gobierno, no sólo en la producción agrícola, sino también en el mejoramiento de la calidad de vida del hombre que trabaja la tierra. Además, es demandable una mayor participación empresarial en este sector de la economía.
K. Recuperación de la dignidad de la democracia
20. A nivel mundial y entre nosotros los partidos políticos y los políticos han sufrido una notable disminución de estima y confianza. Esto amenaza nuestra democracia y asoman intentos de retornar a tristes sistemas del pasado. Es necesario que los Partidos y los políticos recuperen y vivan la dignidad de su quehacer. Para bien de ellos y de los pueblos.
L. La nueva Constitución
21. Saludamos el hecho de que el País cuenta ahora con una nueva Constitución, fruto de varios años de reflexión y de la participación de los principales agentes sociales y políticos. De igual modo, albergamos la esperanza de que el texto constitucional sea ampliamente difundido y estudiado, para que cada dominicano y dominicana adquiera clara conciencia de sus derechos y deberes y actúe conforme a éstos. De nada vale contar con nuevas y modernas leyes, si éstas no se respetan ni se aplican.
M. Nuestras próximas elecciones
22. Es el momento de enderezar nuestras campañas electorales. En medio de la crisis económica, que envuelve a la humanidad, es una insensatez hacer una campaña costosa, dispendiosa. Debe ser austera. Hacerla gravosa y a expensas de los candidatos es un incentivo a un futuro actuar corrupto para resarcir pérdidas absurdas. Una de las funciones de los Partidos debiera ser purificar la lista de los candidatos cerrando el paso a los incompetentes, ambiciosos y corruptos. Y no olvidar que a los ciudadanos les repugnan las promesas y las descalificaciones de unos con respecto a otros. La sociedad reclama una campaña serena, respetuosa, digna y breve. Sería reconfortante y promisorio constatar en las próximas elecciones el inicio de esa deseada recuperación de la dignidad de los Partidos y de los políticos.
23. A los electores, al momento de emitir el voto, les recordamos actuar conforme a la conciencia recta, escogiendo a los candidatos más idóneos y a los que consideren que puedan servir mejor al bien común y a la Patria, y sobre todo, valorar a aquellos que en el transcurso de su vida pública hayan demostrado una mayor coherencia con los principios éticos y los valores morales.
N. Que el tiempo no nos haga olvidar la solidaridad con el pueblo haitiano
24. Es reconocido por todos el espíritu de solidaridad con que nuestra gente se ha manifestado frente a la catástrofe sufrida por el vecino país de Haïtí, como consecuencia del terremoto acontecido el pasado 12 de enero de este año. Nos sentimos contentos y agradecidos por los múltiples aportes materiales (alimentos, medicinas, asistencia de salud, agua, ropa, aportes en dinero, etc.) y por las misas y oraciones ofrecidas en todas nuestras Iglesias en sufragios por los miles de hermanos fallecidos. Felicitamos a nuestras autoridades y a todas las organizaciones involucradas en estas acciones de apoyo y acompañamiento a nuestros vecinos damnificados de Haïtí.
25. No obstante, dada la magnitud del desastre y habiéndose avanzado en la etapa de la emergencia, queda por delante la reconstrucción de la hermana Nación, por lo que seguimos haciendo un llamado a mantener el sentido de colaboración y de solidaridad con nuestros vecinos. Ahora es cuando se requiere de grandes aportes y una mayor inversión por parte de la comunidad internacional.
Conclusión
26. Con nuestros mejores deseos de paz, bienestar y felicidad y de dones y gracias de Dios Nuestro Señor para todos los dominicanos y dominicanas en este año que vamos cursando, les impartimos nuestra bendición.
En Santo Domingo, a los 27 días de febrero del año 2010.
Les bendicen,
+ Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez,
Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, Primado de América, Presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano
+ Ramón Benito De La Rosa y Carpio,
Arzobispo Metropolitano de Santiago de los Caballeros
+ Juan Antonio Flores Santana,
Arzobispo Emérito
+ Fabio Mamerto Rivas, SDB,
Obispo Emérito
+ Jesús María de Jesús Moya,
Obispo de San Francisco de Macorís
+ Jerónimo Tomás Abreu Herrera,
Obispo Emérito
+ Francisco José Arnaiz, S.J.,
Obispo Auxiliar Emérito
+ José Dolores Grullón Estrella,
Obispo de San Juan de la Maguana
+ Antonio Camilo González,
Obispo de La Vega
+ Amancio Escapa Aparicio, OCD,
Obispo Auxiliar del Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo
+ Pablo Cedano Cedano,
Obispo Auxiliar del Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo
+ Gregorio Nicanor Peña Rodríguez,
Obispo de la Altagracia, Higüey
+ Francisco Ozoria Acosta,
Obispo de San Pedro de Macorís
+ Freddy Antonio Bretón Martínez,
Obispo de Baní
+ Rafael Leonidas Felipe Núñez,
Obispo de Barahona
+ Diómedes Espinal de León,
Obispo de Mao-Montecristi
+ Julio César Corniel Amaro,
Obispo de Puerto Plata
+ Valentín Reynoso Hidalgo, MSC,
Obispo Auxiliar del Arzobispo Metropolitano de Santiago de los Caballeros
Introducción
1. Como todos los años, con ocasión de la fiesta de la Independencia Nacional, cumpliendo nuestra misión de guías espirituales, queremos dirigir un mensaje a nuestros fieles y a todos los dominicanos y dominicanas de buena voluntad sobre la situación nacional.
2. Una vez más proclamamos que no nos mueve a ello interés alguno temporal ni partidista sino exclusivamente el amor a la verdad y la voluntad inquebrantable de contribuir a una patria mejor y a una perfección progresiva, de acuerdo al designio divino, de esta tierra que nos vio nacer y a la que Dios nuestro Padre nos llama a servirla y no a servirnos de ella. Lo proclamamos una vez más, no es competencia de la Iglesia presentar soluciones técnicas y científicas a los problemas económicos y sociales que nos agobian, sino, ante todo, recordar los grandes principios morales indispensables en la construcción de una sociedad sana y digna.
3. Nosotros, sin embargo, lo hacemos desde el conocimiento objetivo de la realidad nacional dada nuestra proximidad a nuestra gente. Eclesiásticamente dividido nuestro territorio en 11 Diócesis y un Ordinariato Castrense, nuestra encarnación en la realidad la hacemos, en este momento, a través de 584 parroquias en las cuales nuestros heroicos párrocos son confidentes de los gozos y angustias de sus fieles, de sus esperanzas y trabas, e instrumentos de soluciones precarias pero eficaces para suplir la deficiencia de los poderes públicos. Nuestra gratitud a ellos, que no se contentan con ser testigos de lo Trascendente y proclamadores de la buena noticia de la salvación de Cristo, sino que, desde esta visión, son eficaces agentes sociales con la creación de escuelas parroquiales, consultorios médicos, farmacias populares y diversas iniciativas sociales.
A. Un mensaje que no debemos olvidar
4. El año 2009, que acabamos de concluir, nos ha dejado un provocativo mensaje que ninguna nación debe olvidar. Nos lo ha dado a propósito del terremoto económico-financiero que ha sacudido ferozmente al mundo. El mensaje es que, cuando las cosas no se hacen bien y no se ponen remedios a tiempo, el mal se agrava y llegado un momento revienta causando males insospechados. Respecto a lo sucedido con el mundo económico-financiero, Su Santidad Benedicto XVI, en su última Encíclica Social "Caritas in veritate", ha hecho incisivos pronunciamientos que merecen ser reflexionados por nosotros los dominicanos. El Papa nos ha recordado que la atención a la vida del ser humano debe estar en el centro de todo verdadero progreso, y que para que éste se produzca, no basta el solo progreso económico y técnico; en un verdadero desarrollo integral del ser humano y de todos los seres humanos deben ser resaltados dos importantes aspectos o elementos: el respeto a la vida y el derecho a la libertad religiosa; la correlación entre múltiples elementos del desarrollo exige un esfuerzo de interacción con vistas a la promoción de un auténtico progreso de los pueblos.
5. La globalización no es a priori ni buena ni mala. Será lo que la gente haga de ella. La novedad principal ha sido el estallido de la interdependencia planetaria, comúnmente llamada globalización. Nos indica el Papa, que la solidaridad universal, siendo un beneficio para todos, es un deber; el principio de subsidiaridad debe mantenerse íntimamente unido al principio de solidaridad y viceversa; el desarrollo humano es imposible sin seres humanos rectos, sin operadores económicos y agentes políticos que sientan fuertemente en su conciencia la llamada al bien común; sin justicia distributiva y justicia social nunca será correcta la economía de mercado; el sector económico no puede ni debe ser éticamente neutro ni inhumano ni antisocial. Es una actividad del ser humano y precisamente porque es humana debe ser articulada e institucionalizada éticamente.
6. La iniciativa empresarial tiene y debe asumir cada vez más un significado polivalente. La actividad económica debe estar ordenada a la consecución del bien común que es responsabilidad sobre todo de la comunidad política. Hoy en día, en que tantas voces se alzan a favor de una intervención fuerte del Estado, es necesario tener en cuenta que el binomio exclusivo corroe la sociabilidad, mientras las formas de economía solidaria, que encuentran su mejor terreno en la sociedad civil, aunque no se reducen a ella, crean sociabilidad. Se requiere que las finanzas mismas, las cuales han de renovar necesariamente las estructuras y modos de financiación, tras su mala utilización en la economía real, vuelvan a ser un instrumento encaminado a producir mayor riqueza y desarrollo integral.
7. En otro orden de ideas, el Santo Padre, en su Encíclica "Caritas in veritate", advertía: la caridad en la verdad (el amor fundamentado en la verdad y la verdad alentada por el amor) es la principal fuerza impulsadora del auténtico desarrollo de la persona y de toda la familia humana; el amor es una fuerza extraordinaria que mueve a las personas en el campo de la justicia y de la paz y que su origen está en Dios, amor eterno y verdad absoluta; defender la verdad es proponerla con humildad y convicción y testimoniarla con la vida y estas dos formas son normas exigentes e insustituibles de amor; el amor y la verdad nunca abandonan a los seres humanos porque son la vocación profunda que Dios ha puesto en el corazón y en la mente de cada persona; la caridad es la vía maestra de la Doctrina Social de la Iglesia. Todas las responsabilidades y compromisos, arrojados por esta doctrina provienen de la caridad que, según Jesucristo, es la síntesis de toda la ley; el amor da verdadera consistencia a la relación personal con Dios y con el prójimo y es el principio, no sólo de las microrelaciones (amistad, familia y pequeños grupos), sino también de las macrorelaciones, como son las relaciones sociales, económicas y políticas; el amor es el don más grande de Dios, su promesa y nuestra esperanza; es necesario unir, no sólo la caridad con la verdad, sino también la verdad con la caridad, con el amor; la verdad libera al amor de la estrechez de la emotividad y de una simple creencia que mutila su horizonte humano y universal.
B. No nos dejemos tentar por el pesimismo. Hay razones para la esperanza
8. Como nos dice Benedicto XVI, Dios ha puesto en lo hondo del ser humano el amor y la verdad. En este doble impulso está la posibilidad de un mundo y de una humanidad mejor. Leyendo la crónica diaria de nuestras veleidades, desvaríos y delitos, corremos el peligro de creer que todo está perdido. A una minoría insensata y desalmada no hay que confundirla con la totalidad.
9. Al dar paso al pesimismo, olvidamos las grandes virtudes de las mayorías, de tantas madres heroicas que con generosidad y sabiduría inefable han logrado hacer de sus hogares familias ejemplares; de tantos jóvenes que en medio de enormes dificultades, hacen esfuerzos increíbles por prepararse excelentemente en las distintas universidades y sueñan con contribuir a una patria mejor a impulso de nobles ideales; de muchos empresarios que se afanan con alto espíritu social en crear nuevos empleos como el medio más eficaz de combatir la pobreza; de abnegados maestros que sacrifican sus vidas con el deseo de educar a nuestra juventud; de tantas iniciativas a favor de nuestras clases pobres y marginadas; de médicos, olvidados de sí mismos, que atienden gratuitamente a los más menesterosos con la misma solicitud que a los más poderosos, sin buscar beneficios económicos en el ejercicio de su competencia; de tantos dominicanos íntegros e insobornables que no demandan por sus servicios comisiones ni admiten gratificaciones. Nunca olvidemos que tristemente en nuestra cultura de la información la virtud no tiene prensa; morbosamente el delito y la infamia son noticia con alta acogida.
C. Falta de jerarquización
10. No es poco tener visualizados los grandes problemas nacionales. Pero tan importante, como esto, es a la hora de resolverlos, tenerlos jerarquizados por su relevancia, urgencia o repercusión. Esto supuesto, la falta de jerarquización es notable en el Presupuesto Nacional, en la distribución del capital disponible en relación con las necesidades nacionales.
D. La educación
11. Una vez más tenemos que decir que la educación tiene prioridad absoluta. Una nación será siempre lo que sean sus ciudadanos y estos serán siempre lo que sea su sistema educativo: su cobertura, sus objetivos, su programación y sus maestros y educadores. Los maestros y educadores son punto clave. Urge atender a este aspecto. Es función esencial del mundo político resolver los problemas que surjan en la sociedad civil, pero la sociedad civil debe también contribuir con el Estado a esas soluciones. Hoy son bastante las Empresas que cooperan con la educación y a su ejemplo animamos a que todas las imiten. Todo será poco para la meta que nos debemos proponer.
E. La energía eléctrica
12. Es uno de nuestros mayores fracasos. Promesas sucesivas han terminado siempre en total frustración. Es claro que la solución no es fácil, sobre todo hoy que debe tomarse en cuenta las energías alternativas si queremos apuntarnos al futuro. Exhortamos al Gobierno y a los sectores empresariales involucrados en esta área de la economía nacional, a no escatimar esfuerzos en buscarle una solución definitiva a tan grave problema, ya que el desarrollo económico de la Nación y muy en particular de las microempresas (talleres, ebanisterías, salones de belleza, etc.) depende mucho de la energía. También invitamos a todos los consumidores de electricidad a tener sentido del ahorro usando la energía de manera racional según el espacio y el momento en que sea necesaria, y a realizar honradamente el pago que corresponda.
F. La vida
13. La verdad es que la vida ha perdido entre nosotros su grandeza e inviolabilidad. Estremece el número creciente de personas muertas violentamente por ajustes de cuentas, por violencia de género, por problemas internos en el mundo de la droga, por imprudencias en las carreteras o avenidas y por la presencia entre nosotros de sicarios asalariados y hasta por suicidios.
14. Dada su escalada, lo de las muertes en carreteras y accidentes en ciudades hay que detenerlo drásticamente con un estudio e implementación de un tráfico más racional y con castigos más severos y reales a tanta transgresión a las leyes de tránsito. Los accidentes no pueden ser la fuente principal de muertes violentas e inesperadas. Urge una sensibilización más sabia y eficaz y un control mayor de los irresponsables. Además, es sumamente conveniente que se siga invirtiendo en la formación de los agentes reguladores del tránsito, ya que mucho entorpecimiento vehicular en las ciudades se debe a torpezas de agentes mal entrenados o con ausencia del sentido común.
15. En el enfrentamiento de la policía con presuntos o reales delincuentes no es admisible el expeditivo y fácil recurso de su liquidación. Sabemos y alabamos las sucesivas depuraciones de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, pero hay que reflexionar y terminar con este método. No es función de la policía matar al delincuente sino apresarlo y entregarlo al Poder Judicial.
G. La droga
16. Es un monstruo que con su poderío económico y con sus métodos está invadiendo todo, no excluida la policía, las fuerzas armadas, las autoridades y jueces. La droga corroe, degenera, envilece, destruye, mata y descompone la sociedad. Es un enemigo de la persona y de la sociedad que debe ser enfrentado por todos con severidad y eficacia. No es posible desligar de ella a los adictos sin su voluntad decidida. Hay que ser conscientes de los ingentes caudales de dinero que en ella se mueven. Nuestro agradecimiento a todos los envueltos en el combate contra esta plaga moderna. Es de suma importancia el fortalecimiento de las instituciones que trabajan en el tema de la prevención y la educación a la juventud para que no sea víctima de este mal, así como también el apoyo a aquellas instituciones dedicadas al tratamiento y a la cura de la adicción.
H. Una extendida sensación
17. Son muchos los que perciben una cierta dejadez y parsimonia en el Poder Público y que echan de menos más dinamismo y acciones rápidas y eficaces ante los problemas que nos acosan. Estos, creados por nosotros, no se resuelven por sí mismos. Exigen para su remedio de la acción de todos.
I. La pobreza
18. Es un reto que arrastramos. La pobreza tiene dos expresiones: sus condiciones de vida y el estado de pobreza y sus causas. Es obligación del Poder Público y de la sociedad civil mejorar sus condiciones de vida. Los servicios básicos deben llegar a sus barrios y regiones apartadas al igual que a otras circunscripciones. Lo principal, sin embargo, es sacarlos de su estado y el medio más eficaz es el empleo. Dado el alto índice de desempleo y subempleo, a una, el Gobierno y la sociedad civil deben hacer un sabio y concertado esfuerzo para crear empleos en todos los sectores productivos.
J. El campo
19. Hemos sido tenaces en defender una y otra vez el futuro económico del campo para bien de nuestros campesinos y de la Nación. En tiempo de precariedad alimentaria, el campo y la agricultura adquieren una importancia especial. El desarrollo del campo, sin embargo, exige modernización, tecnificación, nuevos modos gerenciales y la ayuda estatal y social con miras al consumo nacional y a la exportación. Se requiere una mejor planificación y una mayor inversión por parte del Gobierno, no sólo en la producción agrícola, sino también en el mejoramiento de la calidad de vida del hombre que trabaja la tierra. Además, es demandable una mayor participación empresarial en este sector de la economía.
K. Recuperación de la dignidad de la democracia
20. A nivel mundial y entre nosotros los partidos políticos y los políticos han sufrido una notable disminución de estima y confianza. Esto amenaza nuestra democracia y asoman intentos de retornar a tristes sistemas del pasado. Es necesario que los Partidos y los políticos recuperen y vivan la dignidad de su quehacer. Para bien de ellos y de los pueblos.
L. La nueva Constitución
21. Saludamos el hecho de que el País cuenta ahora con una nueva Constitución, fruto de varios años de reflexión y de la participación de los principales agentes sociales y políticos. De igual modo, albergamos la esperanza de que el texto constitucional sea ampliamente difundido y estudiado, para que cada dominicano y dominicana adquiera clara conciencia de sus derechos y deberes y actúe conforme a éstos. De nada vale contar con nuevas y modernas leyes, si éstas no se respetan ni se aplican.
M. Nuestras próximas elecciones
22. Es el momento de enderezar nuestras campañas electorales. En medio de la crisis económica, que envuelve a la humanidad, es una insensatez hacer una campaña costosa, dispendiosa. Debe ser austera. Hacerla gravosa y a expensas de los candidatos es un incentivo a un futuro actuar corrupto para resarcir pérdidas absurdas. Una de las funciones de los Partidos debiera ser purificar la lista de los candidatos cerrando el paso a los incompetentes, ambiciosos y corruptos. Y no olvidar que a los ciudadanos les repugnan las promesas y las descalificaciones de unos con respecto a otros. La sociedad reclama una campaña serena, respetuosa, digna y breve. Sería reconfortante y promisorio constatar en las próximas elecciones el inicio de esa deseada recuperación de la dignidad de los Partidos y de los políticos.
23. A los electores, al momento de emitir el voto, les recordamos actuar conforme a la conciencia recta, escogiendo a los candidatos más idóneos y a los que consideren que puedan servir mejor al bien común y a la Patria, y sobre todo, valorar a aquellos que en el transcurso de su vida pública hayan demostrado una mayor coherencia con los principios éticos y los valores morales.
N. Que el tiempo no nos haga olvidar la solidaridad con el pueblo haitiano
24. Es reconocido por todos el espíritu de solidaridad con que nuestra gente se ha manifestado frente a la catástrofe sufrida por el vecino país de Haïtí, como consecuencia del terremoto acontecido el pasado 12 de enero de este año. Nos sentimos contentos y agradecidos por los múltiples aportes materiales (alimentos, medicinas, asistencia de salud, agua, ropa, aportes en dinero, etc.) y por las misas y oraciones ofrecidas en todas nuestras Iglesias en sufragios por los miles de hermanos fallecidos. Felicitamos a nuestras autoridades y a todas las organizaciones involucradas en estas acciones de apoyo y acompañamiento a nuestros vecinos damnificados de Haïtí.
25. No obstante, dada la magnitud del desastre y habiéndose avanzado en la etapa de la emergencia, queda por delante la reconstrucción de la hermana Nación, por lo que seguimos haciendo un llamado a mantener el sentido de colaboración y de solidaridad con nuestros vecinos. Ahora es cuando se requiere de grandes aportes y una mayor inversión por parte de la comunidad internacional.
Conclusión
26. Con nuestros mejores deseos de paz, bienestar y felicidad y de dones y gracias de Dios Nuestro Señor para todos los dominicanos y dominicanas en este año que vamos cursando, les impartimos nuestra bendición.
En Santo Domingo, a los 27 días de febrero del año 2010.
Les bendicen,
+ Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez,
Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, Primado de América, Presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano
+ Ramón Benito De La Rosa y Carpio,
Arzobispo Metropolitano de Santiago de los Caballeros
+ Juan Antonio Flores Santana,
Arzobispo Emérito
+ Fabio Mamerto Rivas, SDB,
Obispo Emérito
+ Jesús María de Jesús Moya,
Obispo de San Francisco de Macorís
+ Jerónimo Tomás Abreu Herrera,
Obispo Emérito
+ Francisco José Arnaiz, S.J.,
Obispo Auxiliar Emérito
+ José Dolores Grullón Estrella,
Obispo de San Juan de la Maguana
+ Antonio Camilo González,
Obispo de La Vega
+ Amancio Escapa Aparicio, OCD,
Obispo Auxiliar del Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo
+ Pablo Cedano Cedano,
Obispo Auxiliar del Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo
+ Gregorio Nicanor Peña Rodríguez,
Obispo de la Altagracia, Higüey
+ Francisco Ozoria Acosta,
Obispo de San Pedro de Macorís
+ Freddy Antonio Bretón Martínez,
Obispo de Baní
+ Rafael Leonidas Felipe Núñez,
Obispo de Barahona
+ Diómedes Espinal de León,
Obispo de Mao-Montecristi
+ Julio César Corniel Amaro,
Obispo de Puerto Plata
+ Valentín Reynoso Hidalgo, MSC,
Obispo Auxiliar del Arzobispo Metropolitano de Santiago de los Caballeros