La posibilidad de un Nuevo Orden Mundial es una idea que entusiasma a las mayorías cuando se habla de paz y seguridad, del fin de las guerras, el hambre y las injusticias, conmoviendo los más íntimos y sinceros deseos del hombre. La propaganda a favor de esta visión ha sido muy efectiva.
Para S.S. Benedicto XVI la filosofía del egoísmo, con todo el peligro que eso sobrelleva, se está instalando en el mundo con esta visión liberal de la vida.
“Ha habido intentos de construir el futuro bebiendo, de manera más o menos profunda, en las fuentes de las tradiciones liberales. Estos intentos están asumiendo una configuración cada vez más definida, que toma el nombre de Nuevo Orden Mundial; encuentran expresión cada vez más evidente en la ONU y en sus conferencias internacionales. Esta filosofía no espera ya que los hombres, habituados a la riqueza y el bienestar, estén dispuestos a hacer los sacrificios necesarios para alcanzar un bienestar general, sino que propone estrategias para reducir el número de los comensales en la mesa de la humanidad, para que no se vea afectada la pretendida felicidad que éstos han alcanzado. Al día de hoy no existe ya una “filosofía del amor”, sino solamente una “filosofía del egoísmo”. Por este motivo, a este punto del desarrollo de la nueva imagen de un mundo nuevo, el cristiano –no sólo él, pero de todos modos él antes que los otros- tiene el deber de protestar.”
[Parte de un artículo publicado por S.S. en ‘Avvenire’, 15.IX’00]