Católicos y protestantes leemos en La Biblia que Dios prometió un hijo:
A Sara, esposa de Abraham - Gen. 18, 10
A Ana, madre del profeta Samuel - 1 Sam. 1, 20
A la madre de Sansón - Jue. 13, 4
A Sta. Isabel, madre de S. Juan Bautista Lc. 1, 13
y a la Virgen María, Lc. 1, 31
Solamente los católicos, en armonía con La Biblia, creemos que así fue: solamente un hijo prometió Dios a cada una de las mujeres citadas y así sucedió, incluyendo a la Virgen María.
En cambio, la mayoría de los protestantes y sectas, en el caso de la Virgen María, no lo entienden, ni lo creen así. A Ella falsamente le atribuyen ser madre de más de un hijo, para negar su Virginidad después del parto al concebir a N. Sr. Jesucristo.
¿A qué se debe este afán de los sectarios en cambiar el sentido bíblico?
Que saben muy bien, que uno de los principales valores que impiden que un católico sea apóstata de su fe y pase a la fila de las sectas, es el amor y veneración que todos ellos tenemos a la Virgen María. Por ello, los reclutadores de sectas, siempre tratan de devaluar a la Virgen María al nivel de una mujer ordinaria, que al morir, su cuerpo fue pasto de los gusanos en la corrupción del sepulcro y así el católico que los escucha y lo convencen, fácilmente es capturado en su secta y lo que es peor, nace en estos también el clásico rechazo a todas las Gracias que el Altísimo dio a la Virgen María (Lc. 1, 49).
En cambio, muchos de ellos, creen que su pastor o hasta ellos mismos, es ya casi inminente que serán arrebatados en cuerpo y alma al cielo, negando este don a la Virgen María.
El primer Adán Dios lo formó del barro o polvo de la tierra pura del Paraíso suelo absolutamente limpio y no contaminado (Gn. 2,7).
El segundo Adán, N. Sr. Jesucristo (1 Cor. 15, 45), lógico es comprender que también Dios nuestro Padre lo hizo encarnarse en el vientre purísimo de la Virgen María, tomando de Ella cuerpo y sangre jamás contaminada de la baba asquerosa del pecado de Satanás Por ello, los católicos a la Virgen María la consideramos la Inmaculada Concepción.
Si el cuerpo y sangre de N. Sr. Jesucristo se encuentra glorioso en el Cielo, fácilmente los católicos entendemos por que también la Virgen María fue llevada al cielo en cuerpo y alma en estado glorioso como su Hijo. Ahora se cita mucho el ADN, podemos en este sentido comprender que siendo el cuerpo y la sangre de Cristo del mismo ADN de la Virgen María, entonces no tenemos dificultad para comprender que la Virgen María está al igual que su Hijo, en el cielo con su cuerpo y alma en estado glorioso.