Tomado de www.listin.com.do/mobile/article.aspx?id=272203
Nada más sugerir la palabra demonio provoca temor y
transporta imágenes de una bestia descarnada, cornuda y fea, de un aspecto
repugnante y horroroso, un residente del fuego, siempre aferrado a un tridente o
lanza de tres filosas puntas.
Pero no es todo eso. Más que imágenes y símbolos, la Iglesia Católica lo considera una entidad diabólica que odia al mundo y tiene presencia en múltiples formas y actos.
También lo identifica como un “ángel rebelde”, sublevado a Dios y luego expulsado hacia los infiernos, ahora en andanzas a través de todos los linderos del mundo en busca de venganza.
Capaz de invadir las profundidades del alma humana, dominarlo e impartirle instrucciones, usando como arma el engaño, la Iglesia, que tiene el poder para enfrentarlo, insiste en que su existencia es real.
Dicen que su afán es la posesión de un cuerpo para usarlo como herramienta y esparcir el mal y tras este fin está en constante acecho, ataque y provocación al hombre.
Le han dado múltiples nombres: Satanás, Anticristo, Lucifer. Es un maestro del terror, de oscuros secretos y pecados aterradores.
Contra esta provocadora misión de semejante ente malvado, la Iglesia Católica tiene un escudo protector: el exorcismo.
Son oraciones y órdenes dadas para expulsar un demonio del cuerpo de la víctima. Corresponde a un exorcista hacer este rito litúrgico y sólo la Iglesia tiene autoridad para nombrarlo.
En República Dominicana, aunque la práctica del exorcismo no tiene difusión pública en los cultos de la Iglesia, a cada una de sus doce diócesis, y al Obispado Castrense, le es asignado un exorcista oficial.
La última, la diócesis castrense, es una jurisdicción constituida por la Santa Sede en el país el 23 de enero de 1958, para fines de evangelización, atención pastoral y cuidado espiritual de los militares y policías dominicanos.
Como ceremonia litúrgica, el exorcismo ocupa el capitulo XII del Ritual Romano, renovado y aprobado por el Papa Juan Pablo II el 1 de octubre de 1998. Fue publicado por el Vaticano en enero de 1999, en una conferencia de prensa que hizo en Roma el Cardenal Jorge Medina. Era usado desde el año 1614 y no era revisado después del Concilio Vaticano II, convocado por el Papa Juan XXIII en 1962 y clausurado por Juan Pablo VI en 1965.
Aunque estos ritos pasan prácticamente inadvertidos por los feligreses, y se registran con poca frecuencia aquí, la figura del exorcista está nombrada en todas las diócesis dominicanas.
Estos actúan “cuando un demonio ejerce un control interno sobre las acciones y el cuerpo de una persona”, y adquiere la categoría de posesión diabólica.
La Iglesia no acostumbra hablar de posesión diabólica ni de práctica del exorcismo, aun cuando esta figura en su organigrama y su doctrina oficial admite que el diablo puede poseer almas.
El obispo Bretón es exorcista
Sobre esto habla sin reservas el obispo de la diócesis de Baní, Freddy Antonio de Jesús Bretón Martínez, quien es exorcista y testigo de posesiones demoníacas,
Respecto al silencio de la Iglesia sobre la divulgación del rito, Freddy Bretón lo explica, sin pretextos: “No podemos predicar al demonio. No podemos hacerle publicidad al mal. Predicamos a Jesús Cristo”.
Y admite lo del ceremonial litúrgico: “La Iglesia cuenta con un ritual para estos casos; el exorcismo es solo para un tipo de obra de mal, que es cuando el demonio subyuga a una persona, la posee. Por eso se habla de posesión diabólica...”
Por eso, agrega el obispo Bretón, “en cada diócesis se nombra un exorcista. Eso no lo puede hacer cualquier persona”.
Es al obispo a quien corresponde la designación del exorcista en su diócesis y a quien la Iglesia establece la condición de que este tiene que ser, según el prelado, “una persona de fe profunda, de buena conducta, sensata, de buen juicio, equilibrada, de buen testimonio, porque así lo manda la Iglesia a la hora de elegir a un sacerdote”.
Padre Severino, exorcista oficial
En la jurisdicción espiritual banileja, el exorcista oficial designado es Monseñor Juan Severino Germán.
La diócesis de Baní ha tenido casos de exorcismo, cuando se presume posesión diabólica, además de otros rituales y oraciones preventivas cuando se observan ataques de entes malignos.
Monseñor Severino ha asistido varios casos en Ocoa y San Cristóbal.
Bretón expone testimonios de su presencia ante casos de posesión:
“Me ha tocado estar en momentos de exorcismo: vi a una persona poseída por Satanás y esta no mencionaba su nombre, el nombre de Dios, ni que le peguen un tizón prendido. No puede”.
Refiere el caso de una joven tirada sobre el piso, retorciéndose como una culebra. “En este caso, usted podría decir: ¥Ah, esos son los nervios, histeria¥, pero el puntito es que usted le pida que diga bendito sea el nombre de Dios, y no lo dice ni matada”.
El obispo Bretón y Monseñor Severino son apenas dos casos de exorcistas al servicio de la Iglesia Católica en el país. Hay más relatos asombrosas sobre estos eventos.
Hasta Domingo de Guzmán, el santo católico fundador de la Orden de Predicadores y de quien la capital de la República lleva su nombre, Santo Domingo, fue un exorcista documentado. Uno de estos actos ocurrió cerca de Carcasona, Francia, donde exorcizó a un hombre poseído por el demonio, en presencia de más de 12 mil personas.
El padre Tardif y los ritos
El fenecido sacerdote canadiense, Emiliano Tardif, de la Congregación Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús, tuvo una intensa labor misionera en el país, con una exitosa práctica de exorcismo, sanación y desafíos contra entes malignos. Su visión y seguimiento a estos eventos están presentes en su libro “Ángeles y demonios”.
Nacido y formado en Canadá, Tardif murió a la edad de 76 años en Córdoba, Argentina, el 8 de junio de en 1999. Fue sepultado en Santiago.
El Papa Francisco, en plena ceremonia de asunción de su Pontificado en el Vaticano, dijo de República Dominicana, en un halago a Tardif mientras saludaba a la primera dama, Cándida Montilla de Medina, que esta es “la tierra del padre Emiliano Tardiff”.
El padre Chelo en La Vega
En la Vega, el padre Rafael Delgado Suriel (Chelo), que desarrolla una intensa labor magisterial en la diócesis, donde cada miércoles celebra una misa de sanación en la Catedral Inmaculada Concepción, también ha enfrentado casos de presencia satánica. Ha sacado a decenas de niños, adolescentes y adultos de vicios atribuidos a fuerzas perversas, como drogadicción, prostitución, infidelidad, huérfanos, abandonados y abusados.
Un ejemplo de estos liberados a través de estos rituales es Salvatore Moreno, ahora cantante y voz principal de Renacer en el Espíritu, quien fue rescatado de las drogas y el satanismo.
El exorcista oficial debe leer el Ritual Romano, un manual de 94 páginas. Contiene varios rituales, entre estos el del capítulo 12 que trata sobre el exorcismo para poseídos por el demonio.
Pero no es todo eso. Más que imágenes y símbolos, la Iglesia Católica lo considera una entidad diabólica que odia al mundo y tiene presencia en múltiples formas y actos.
También lo identifica como un “ángel rebelde”, sublevado a Dios y luego expulsado hacia los infiernos, ahora en andanzas a través de todos los linderos del mundo en busca de venganza.
Capaz de invadir las profundidades del alma humana, dominarlo e impartirle instrucciones, usando como arma el engaño, la Iglesia, que tiene el poder para enfrentarlo, insiste en que su existencia es real.
Dicen que su afán es la posesión de un cuerpo para usarlo como herramienta y esparcir el mal y tras este fin está en constante acecho, ataque y provocación al hombre.
Le han dado múltiples nombres: Satanás, Anticristo, Lucifer. Es un maestro del terror, de oscuros secretos y pecados aterradores.
Contra esta provocadora misión de semejante ente malvado, la Iglesia Católica tiene un escudo protector: el exorcismo.
Son oraciones y órdenes dadas para expulsar un demonio del cuerpo de la víctima. Corresponde a un exorcista hacer este rito litúrgico y sólo la Iglesia tiene autoridad para nombrarlo.
En República Dominicana, aunque la práctica del exorcismo no tiene difusión pública en los cultos de la Iglesia, a cada una de sus doce diócesis, y al Obispado Castrense, le es asignado un exorcista oficial.
La última, la diócesis castrense, es una jurisdicción constituida por la Santa Sede en el país el 23 de enero de 1958, para fines de evangelización, atención pastoral y cuidado espiritual de los militares y policías dominicanos.
Como ceremonia litúrgica, el exorcismo ocupa el capitulo XII del Ritual Romano, renovado y aprobado por el Papa Juan Pablo II el 1 de octubre de 1998. Fue publicado por el Vaticano en enero de 1999, en una conferencia de prensa que hizo en Roma el Cardenal Jorge Medina. Era usado desde el año 1614 y no era revisado después del Concilio Vaticano II, convocado por el Papa Juan XXIII en 1962 y clausurado por Juan Pablo VI en 1965.
Aunque estos ritos pasan prácticamente inadvertidos por los feligreses, y se registran con poca frecuencia aquí, la figura del exorcista está nombrada en todas las diócesis dominicanas.
Estos actúan “cuando un demonio ejerce un control interno sobre las acciones y el cuerpo de una persona”, y adquiere la categoría de posesión diabólica.
La Iglesia no acostumbra hablar de posesión diabólica ni de práctica del exorcismo, aun cuando esta figura en su organigrama y su doctrina oficial admite que el diablo puede poseer almas.
El obispo Bretón es exorcista
Sobre esto habla sin reservas el obispo de la diócesis de Baní, Freddy Antonio de Jesús Bretón Martínez, quien es exorcista y testigo de posesiones demoníacas,
Respecto al silencio de la Iglesia sobre la divulgación del rito, Freddy Bretón lo explica, sin pretextos: “No podemos predicar al demonio. No podemos hacerle publicidad al mal. Predicamos a Jesús Cristo”.
Y admite lo del ceremonial litúrgico: “La Iglesia cuenta con un ritual para estos casos; el exorcismo es solo para un tipo de obra de mal, que es cuando el demonio subyuga a una persona, la posee. Por eso se habla de posesión diabólica...”
Por eso, agrega el obispo Bretón, “en cada diócesis se nombra un exorcista. Eso no lo puede hacer cualquier persona”.
Es al obispo a quien corresponde la designación del exorcista en su diócesis y a quien la Iglesia establece la condición de que este tiene que ser, según el prelado, “una persona de fe profunda, de buena conducta, sensata, de buen juicio, equilibrada, de buen testimonio, porque así lo manda la Iglesia a la hora de elegir a un sacerdote”.
Padre Severino, exorcista oficial
En la jurisdicción espiritual banileja, el exorcista oficial designado es Monseñor Juan Severino Germán.
La diócesis de Baní ha tenido casos de exorcismo, cuando se presume posesión diabólica, además de otros rituales y oraciones preventivas cuando se observan ataques de entes malignos.
Monseñor Severino ha asistido varios casos en Ocoa y San Cristóbal.
Bretón expone testimonios de su presencia ante casos de posesión:
“Me ha tocado estar en momentos de exorcismo: vi a una persona poseída por Satanás y esta no mencionaba su nombre, el nombre de Dios, ni que le peguen un tizón prendido. No puede”.
Refiere el caso de una joven tirada sobre el piso, retorciéndose como una culebra. “En este caso, usted podría decir: ¥Ah, esos son los nervios, histeria¥, pero el puntito es que usted le pida que diga bendito sea el nombre de Dios, y no lo dice ni matada”.
El obispo Bretón y Monseñor Severino son apenas dos casos de exorcistas al servicio de la Iglesia Católica en el país. Hay más relatos asombrosas sobre estos eventos.
Hasta Domingo de Guzmán, el santo católico fundador de la Orden de Predicadores y de quien la capital de la República lleva su nombre, Santo Domingo, fue un exorcista documentado. Uno de estos actos ocurrió cerca de Carcasona, Francia, donde exorcizó a un hombre poseído por el demonio, en presencia de más de 12 mil personas.
El padre Tardif y los ritos
El fenecido sacerdote canadiense, Emiliano Tardif, de la Congregación Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús, tuvo una intensa labor misionera en el país, con una exitosa práctica de exorcismo, sanación y desafíos contra entes malignos. Su visión y seguimiento a estos eventos están presentes en su libro “Ángeles y demonios”.
Nacido y formado en Canadá, Tardif murió a la edad de 76 años en Córdoba, Argentina, el 8 de junio de en 1999. Fue sepultado en Santiago.
El Papa Francisco, en plena ceremonia de asunción de su Pontificado en el Vaticano, dijo de República Dominicana, en un halago a Tardif mientras saludaba a la primera dama, Cándida Montilla de Medina, que esta es “la tierra del padre Emiliano Tardiff”.
El padre Chelo en La Vega
En la Vega, el padre Rafael Delgado Suriel (Chelo), que desarrolla una intensa labor magisterial en la diócesis, donde cada miércoles celebra una misa de sanación en la Catedral Inmaculada Concepción, también ha enfrentado casos de presencia satánica. Ha sacado a decenas de niños, adolescentes y adultos de vicios atribuidos a fuerzas perversas, como drogadicción, prostitución, infidelidad, huérfanos, abandonados y abusados.
Un ejemplo de estos liberados a través de estos rituales es Salvatore Moreno, ahora cantante y voz principal de Renacer en el Espíritu, quien fue rescatado de las drogas y el satanismo.
El exorcista oficial debe leer el Ritual Romano, un manual de 94 páginas. Contiene varios rituales, entre estos el del capítulo 12 que trata sobre el exorcismo para poseídos por el demonio.