20 de Octubre #2006
En honor a Pedro de Alcántara (+ 1562)
Dra.
Lilliam Fondeur
“Ginecología actualizada” por El Nacional
Vía correo electrónico
Ciudad,
Ref.: “La píldora abortiva del día después”
Distinguida Dra. Fondeur:
“La "Píldora del día después" es abortiva”, ¿qué cree usted?
Al saludarle cordialmente, he querido dirigirle la presente a fin de suministrarle alguna información sobre el asunto de referencia, bajada del Net de forma sencilla, al alcance de todos, pues tal parece le han informado mal.
Intimidad sin fecundidad. En síntesis, se trata de cegar las fuentes vitales, de privar al acto conyugal por medios artificiales de su valencia procreadora, de su capacidad para poner en marcha la "obra de la naturaleza humana". Por razón del fin perseguido, alguien califica esta trasgresión de "homicidio anticipado". El bloqueo de la fecundidad se logra consiguiendo artificialmente la infertilidad, y a esta infertilidad se llega por dos vías: privando al hombre o a la mujer, con carácter permanente, de toda posibilidad fertilizante, con lo cual el "acto sexual humano" resulta infecundo, o bien suprimiendo tan sólo de su posibilidad fertilizante al acto concreto. En el primer caso se produce la esterilización. En el segundo, la anticoncepción.
Esterilización. La esterilización puede lograrse por medios químicos, radiactivos o quirúrgicos (castración y vasectomía en el hombre o extracción de ovarios y ligadura de las trompas en la mujer), y puede surgir: a) como consecuencia de la agresión de un tercero; b) como pena coactiva o alternativa para castigar ciertos delitos; c) como medida para conservar la voz o combatir el instinto sexual; d) como medida eugenésica, impuesta por el poder público, para evitar la descendencia de los tarados o reducir la natalidad; e) como medida, sin más, de no concebir.
La píldora, denominada por sus promotores "anticonceptivo de emergencia" (Evital, Glanique, Postinor-2, etc.), se consume poco tiempo después de haber tenido relaciones sexuales para así evitar el embarazo. Los científicos han respondido con un documento público, asegurando nos encontramos más bien ante un «abortivo».
Para aclarar el carácter del producto se explica, en primer lugar, que la «píldora del día después» es un producto basado en hormonas, que se consume entre las 24 y las 72 horas (no después) siguientes a una relación sexual, impide la anidación del óvulo fecundado (que ya es un embrión humano) en la pared del útero. El embarazo queda truncado. «El resultado consiste en la expulsión y pérdida del embrión». Esto no es más que un aborto.
El producto no sería abortivo en el caso de que la píldora precediera en unos días la ovulación, bloqueándola. Pero esto es exactamente lo que hace la famosa píldora “anticonceptiva”. Por tal motivo, los académicos piden a las autoridades sanitarias responsables que sean rigurosas y llamen a la «píldora del día después» por su nombre: no como anticonceptivo, sino como una sustancia «abortiva».
La declaración concluye haciendo un llamamiento a médicos y farmacéuticos para que «apliquen con firmeza la objeción de conciencia moral», que testimonien «con valentía y con hechos el valor inalienable de la vida humana, especialmente frente a nuevas formas subrepticias de agresión a los individuos más débiles e indefensos, como es el caso del embrión humano».
El llamamiento cobra fuerza si tenemos en cuenta el hecho de la Secretaría de Salud Pública aprueba la sustancia como un producto farmacéutico (como un instrumento terapéutico), cuando no lo es. Las farmaceutas son inducidas por los farmacéuticos comercialmente a suministrarlo a la ciudadanía.
¿Cómo funciona la píldora abortiva del día después? Se han descrito tres mecanismos:
1. Impide la ovulación, la maduración y salida del óvulo del ovario (efecto anovulatorio). 2. Dificulta el transporte de los espermatozoides (efecto anticonceptivo). 3. Impide la implantación del embrión en el útero (efecto anti-implantatorio).
Este último mecanismo anti-implantatorio está ampliamente fundamentado, no sólo por el mismo fabricante, sino por una extensa bibliografía. El que conoce algo sobre fisiología del aparato reproductor femenino se da inmediatamente cuenta de ello. Tan sólo hay que recordar que los espermatozoides, depositados en la vagina, tardan de 2 a 3 horas, y hasta 4 días, en ascender hasta el tercio externo de la trompa de Falopio y fecundar al óvulo.
Imaginemos a una mujer que sostiene una relación sexual promiscua de una noche, pocas horas antes había ovulado. Al día siguiente va a la farmacia para que le proporcionen las tabletas de la píldora del día después. ¿Cómo actúa la píldora en este caso? Está claro que los espermatozoides, habiendo pasado ya varias horas habrán podido fecundar al óvulo. Una nueva vida humana ha tenido lugar. La píldora en este caso no impide la ovulación, pues ya se ha producido. Tampoco ha podido impedir que los espermatozoides asciendan a la trompa y fecunden al óvulo. ¿Cuál es la finalidad de tomarla entonces? Destruir o exterminar el ser humano recién concebido, impidiendo que el embrión se implante en el útero. Si muere el embrión, se acaba el embarazo.
¿Cómo lo hace? Las dos píldoras en total contienen una dosis masiva de una hormona llamada levonorgestrel, a una dosis 50 veces mayor que una mini-píldora anticonceptiva normal. Tal carga de hormonas es una auténtica agresión contra la maduración de la capa interna del útero, el endometrio.
CONCLUSIÓN. El consumo de la píldora abortiva del día después, dentro de las 24 a 72 horas siguientes a una relación sexual, pretende que, si ha habido fecundación, el nuevo ser humano concebido no llegue nunca a anidar en el útero y muera, siendo expulsado del cuerpo de la madre. Lo afirman los mismos fabricantes. Ver un prospecto de Postinor-2:
www.grunenthal.com/wwwgrt/template/spa/indication/cl/products_gynaecology.jhtml
La píldora del día siguiente contiene 0,750 mgr; en dos tabletas para consumir en días sucesivos. La dosis de hormonas administrada será de 0,750 x 2 = 1500 mgr, es decir, cincuenta (50) veces mayor que los 0,030 mgr que contiene la mini-píldora anticonceptiva Microlut. Pensemos –por un momento- ¿que ocurriría a una persona si le administrásemos una dosis 50 veces mayor de hormona tiroidea o de insulina de la que requiere? Los efectos serían catastróficos.
LA PILDORA ABORTIVA DEL DIA DESPUÉS: UN PESTICIDA HUMANO
Sobre un tema tan delicado hay dos preguntas claves que hacernos:
¿Cuándo comienza la vida humana?
¿Es la píldora abortiva?
Sobre ambas respuestas hay mucha información disponible en la Web. Por razones de espacio, nos limitamos a citar lo escrito por el Dr. Marín: “Es un medicamento que, a base de estrógenos y / o progestínicos sintéticos, acaba siempre con el ser humano concebido”. La píldora abortiva del día después ha cambiado la dosis y los niveles de tolerancia, pero no los principios de su funcionamiento. Lo dice también la Dra. Navarini: “Consiste en la ingesta de un alto contenido de hormonas con dos misiones: detener la ovulación e impedir la implantación del embrión en la pared del útero (efecto abortivo)”.
Una publicación en 1998, del Fondo de Población de las Naciones Unidas – escribe el Dr. Marín –contiene un informe de dos doctores de la Facultad británica de Planificación Familiar y Salud Reproductiva del Royal College of Obstetricians and Gynecologists, en el cual los doctores Kubba y Wilkinson describen cómo actúa la píldora y cuánto afecta al útero: “La píldora produce cambios en el endometrio, haciéndolo inhabitable para el óvulo fertilizado a implantarse. Cuando los efectos de la píldora impiden que el embrión se implante, se está provocando un auténtico aborto”.
A los laboratorios farmacéuticos que comercializan la sustancia no les conviene presentar honestamente la famosa píldora como abortiva, porque muchas mujeres, entonces, nunca la tomarían.
Y yo me pregunto: ¿Cómo puede un médico (profesional de la salud) promover estas cosas sabiendo verdaderamente cuanto hay detrás? ¿Habrá algún interés económico?
Los laboratorios camuflan el efecto abortivo (impedir la implantación el embrión, causando daños al endometrio), el posible efecto anovulatorio (impedir la ovulación), y anticonceptivo (impedir la fecundación, la unión de células germinales), logrando así ahorrar a muchas mujeres consumidores de la sustancia “poder resolver su problema” de embarazo, con la consiguiente carga moral y emocional de haber eliminado a su propio hijo.
Más aún, resulta verdaderamente detestable el grade de cinismo y la capacidad de mentira que exhiben en la forma cómo conducen sus asuntos, presentando la sustancia como “anti-abortiva”, utilizando el “método de razonamiento circular” para confundir al pueblo aún más, afirmando categóricamente que con ella se evita y se evitarán millones de abortos, cuando en realidad, “el pez muere por la boca”, provocando tempranamente millones y millones de abortos.
Decir descaradamente que con esta sustancia se está evitando abortos es un disparate enciclopédico, como quien dijese que ha evitado el asesinato miles y miles de ancianos enfermos todo porque los ha eliminado antes de nacer, en el vientre de la madre.
No cabe ninguna duda, la píldora abortiva del día después difundida masivamente, se transforma rápidamente en un auténtico pesticida humano. “Un mundo Nacional-socialista queda chiquito respecto al mundo actual”. Decía Juan Pablo II (qepd): Bastaría la sola probabilidad de encontrarse ante una persona para justificar la más rotunda prohibición de cualquier intervención destinada a eliminar un embrión humano (EV 59).
Ninguno de nosotros enterraría a una persona mientras exista la posibilidad que esté viva. Nadie ordenaría meter la retroexcavadora en los escombros de un edificio derrumbado por un terremoto, mientras sospecha que hay debajo una cantidad indeterminada de seres humanos aprisionados. Pero los abortistas sí.
Para poder apreciar cómo funciona la píldora abortiva del día después, le urjo visitar este sitio en el Web:
www.aciprensa.com/vida/pildorads.swf
Otros dos sitios que pueden ser de su interés:
http://www.webdehogar.com/noticias/0506/08134536.htm
http://www.trdd.org/DEP-ECS.HTM
“La vida del hombre es sagrada, y nadie tiene derecho en base a ningún libro o idea o doctrina, ni aún en base al mismo Evangelio y al cristianismo, a destruir la vida, imagen de Dios, una sola vida perdida por la incoherencia del hombre clama al cielo como la sangre de Abel.”
Sin otro particular por el momento, aprovecho para suscribirme a sus órdenes siempre.
Atentamente,
Mario R. Saviñón
Pd. “Cuidado con la levadura de los fariseos, o sea, con su hipocresía. Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse. Por eso, lo que digas de noche se repetirá a pleno día, y lo que digas al oído en el sótano se pregonará desde la azotea.” [Lc. 12, 1-7]