01 de Noviembre #2004
Fiesta de todos los Santos
Sres.
Myrna Pichardo y César Medina
“La vida misma” y “Fuera de cámara”
Vía correo electrónico
Ciudad,
Ref.: “La Iglesia de Dios”
Estimados Sres. Pichardo y Medina:
“Hasta en el campo del pensamiento y de la vida eclesial, algunas tendencias favorecen inevitablemente el deterioro del sentido del pecado. Algunas, por ejemplo, tienden a sustituir posturas exageradas del pasado con otras exageraciones; así, de la actitud de ver el pecado en todas partes se pasa a no advertirlo en forma alguna; de la demasiada insistencia en el temor de las penas eternas, a la predicación de un amor de Dios que excluiría toda y cualquier pena merecida por el pecado; de la severidad en el esfuerzo para corregir conciencias erróneas, a un pretendido respeto por la conciencia, hasta suprimir el deber de decir la verdad... Frente al problema del embate de una voluntad rebelde con un Dios infinitamente justo, no podemos dejar de cultivar sentimientos de saludable temor y temblor, como sugiere San Pablo.” [S.S. Juan Pablo II]
Al saludarles cordialmente en esta hermosa mañana que Dios nos ha regalado hoy, he querido dirigirles la presente para felicitarlos por el exhaustivo trabajo que han realizado, al exponer públicamente el escándalo en un hogar de niños abandonados en San Rafael del Yuma, bajo la supervisión de la Iglesia católica.
Desearía yo tener hoy la capacidad que tienen ustedes para realizar el duro oficio del periodismo, para poder denunciar todas y cada una de las situaciones que acontecen a diario en nuestra nación, de igual o parecida aberración y maldad.
Anoche, por ejemplo, se celebraron, en ocasión de la fiesta pagana de “halloween”, sendos rituales satánicos en los que de seguro se sacrificaron algunos niños y adultos por igual, al estilo del joven Llenas Aybar. De igual manera ocurre con el cine, cuando vemos anunciada una película exhibida en las principales salas, cuya introducción en los diarios dice lo siguiente: “Hellboy- nacido de las llamas del infierno durante la II guerra mundial, enviado a la tierra por el loco diabólico, Grigori Rasputín, para hacer el mal, destinado a ser presagio del Apocalipsis”.
Las cosas que vemos hoy en nuestra sociedad, la falta e irrespeto, el destape de las mujeres, incluidas las más “serias”; la pornografía rampante en todos los medios de comunicación; el rápido crecimiento de la prostitución como medio de satisfacción física; el problema del alcohol y las drogas, la infidelidad, la desinformación, la ignorancia, unidas a un adoctrinamiento permanente hacia el libertinaje y el desenfreno, Doña Myrna y Don César, llevan a nuestra sociedad de camino al mismo infierno, de nosotros no hacer algo rápido y consistente, eficaz y seguro.
Dice San Pablo en su segunda carta a los Tesalonicenses, capítulo II, que la maldad en el mundo con el tiempo se incrementará a niveles insospechables, al punto de someternos a todos a pruebas terribles, ahí tenemos el caso de los amigos Tejera- Messina. Afirma el Santo que hasta la fe de los mismos elegidos será puesta a prueba con esto de “la gran tribulación”. Pero hay algo que detiene el mal, una fuerza más poderosa, que no le permite actuar con toda su maldad y poder.
¿Qué es esto? ¿A qué se refiere San Pablo?
Hay que observar hoy con cuidado, por todos lados, a ver si podemos discernir con certeza quien y quienes están realmente haciendo “algo” consistentemente para evitar y frenar que la maldad, la corrupción y el crimen se propaguen con toda su fuerza y su poder, cuando menos denunciándola a viva voz y a todo pulmón.
Concluyo con esta idea de un Sacerdote católico, la cual me ha parecido oportuna y luminosa:
“La más fatal preparación del demonio para la venida del anticristo es el debilitamiento de la creencia de los hombres en el castigo eterno. Si fueran éstas las últimas palabras que pudiera dirigirles, recuerden que nada querría imprimir yo tan hondamente en sus corazones, ningún pensamiento de fe -luego de la preciosísima Sangre de Cristo- les sería más útil y provechoso que sobre el castigo eterno y el lago del azufre ardiente.” [F. W. Faber]
Yo, que paso a diario un montón de pruebas en mi lucha por ser un mejor cristiano, un mejor hombre y un mejor dominicano, les digo que no es nada fácil el asunto. Ruego a Dios les conceda a ustedes, y a mi primero, la perseverancia necesaria para luchar hasta el final contra tanta maldad que acampa entre nosotros hoy. Nosotros que tenemos hijos que cuidar, que sea la Virgen de las Mercedes la que nos consiga de Jesús las gracias y los dones que necesitamos para educarlos correcta y rectamente por el camino de Dios.
Tengan ustedes muy buenas tardes y será hasta la próxima. Sin otro particular por el momento, les saluda.
Atentamente,
Mario R. Saviñón