Tomada de www.materunitatis.org
Lo conforma, en primer, lugar las enseñanzas de las Sagradas Escrituras, el Magisterio y la Tradición de nuestra Iglesia. El Cardenal Van Thuan acoge, sintetiza, plasma y contemporiza con iluminada sencillez, el bagaje espiritual de una herencia de dos mil años.
De ahí que sus textos constituyen un sólido fundamento del carisma que nos ha sido confiado. Este camino de esperanza sólo es posible transitarlo con la gracia del Espíritu Santo.
- ¿Quiere realizar una revolución, renovar el mundo? Prepara diariamente, en torno a ti, un nuevo Pentecostés.
- Comprométete con una sola campaña: hacer feliz a todos los hombres. Sacrifícate a cada segundo con Jesús, para dar paz a las almas, desarrollo a los pueblos. Esta es tu ascesis.
- Una línea de conducta, la del apóstol: dar la vida por el hermano. Da una parte de ti cada minuto y esta listo para dar todo por la conversión de tus hermanos.
- Esta será tu divisa: Todos unidos como el padre y el Hijo son uno.
- Cree en una sola fuerza: La Eucaristía, el cuerpo y la sangre se Cristo que te darán la vida y alimentará en el Camino de la Esperanza.
- Viste un solo uniforme, habla una sola lengua: la caridad. Testimonio de ser discípulo de Cristo. Es la insignia menos cara, pero la más difícil de obtener.
- La oración. Nadie tiene mas poder que el hombre que ora.
- Una sola regla: El Evangelio. Es una constitución a observar por encima de todas.
- Fieles a un único líder: Cristo.
- Un solo amor: el de María tu madre. Si la escuchas, no te desviaras.
- La única sabiduría: La Cruz. Que ésta sea tu criterio de elección, y tendrás paz en el alma.
- Un solo ideal: estar vueltos hacia Dios Padre. Lo que agrada al Padre, hazlo siempre.
- Temer una sola cosa: el pecado.
- Manteen una aspiración, “Hágase Tu voluntad en la tierra como en el cielo”. Que en la tierra como en el cielo las naciones conozcan a Dios. Que en la tierra los hombres comiencen a amarse, como en el cielo. Que sobre la tierra venga la felicidad, como en el cielo .
- Sólo te falta una cosa. “vende todo lo que tengas, distribúyelo a los pobres y sígueme”. Esto significa que debes realizar un acto decisivo. El Señor necesita voluntarios, liberados de todo apego.
- Para tu apostolado utiliza el único medio eficaz, el contacto humano, para fundirte en medio de los hombres, encarnarte en ellos, comprenderlos y amarlos. Esto vale más que toda predicación y que todo libro. Es el secreto de la duración de tu obra, el éxito.
- Una sola cosa es importante: María eligió la mejor parte, sentarse junto al Señor. Si no tienes vida interior, y si Jesús no es la inspiración profunda… eso ya lo sabes.
- Un solo alimento: “la voluntad del Padre”. Por él actúas. Es un alimento que da fuerza y gozo a tu existencia. Sin él, sólo puedes morir.
- Un solo instante es bueno: el momento presente; en él vives el amor de Dios totalmente.
- Un solo manifiesto: las bienaventuranzas de Cristo.
- Una sola tarea es importante: el cumplimiento de tu deber. Poco importa que sea eminente o modesto, es la obra de tu Padre la que realizas, es la tarea que, en el cielo, Él ha determinado para ti.
- Una sola manera de hacerse santo. Lo serás por la gracia de Dios y por tu voluntad.
- Una sola recompensa: el Señor.