Mahoma y el Islam

19 de Septiembre #2006
En honor a San Miguel Arcángel

Sr.
Julio Martínez Pozo
El gobierno de la mañana
Vía Don Willie Rodríguez
Ciudad,

Ref.: “S.S. Benedicto XVI y el Islam”

“Tu has concebido (Agar) y darás a luz un hijo, al que llamarás Ismael, porque el Señor ha escuchado tu aflicción. Más que un hombre, será como un asno salvaje: alzará su mano contra todos y todos la alzarán contra él; y vivirá enfrentado a todos sus hermanos.” [Gn. 16, 11-12]

Distinguido Sr. Martínez Pozo:

“… En lo que respecta a Ismael: lo bendeciré, lo haré fecundo y le daré una descendencia muy numerosa; será padre de doce príncipes y haré de él una gran nación.” [Gn. 17, 20]

Al escuchar de nuevo sus opiniones vertidas a nosotros a través de ese programa en la radio nacional, he querido escribirle una vez más para compartir un par de ideas que me surgen al respecto.

Para su mejor ilustración, anexo le remito dos archivos: uno en el que se compara la religión del Islam con la iglesia de los santos de los últimos días (mejor conocidos como los mormones); y el otro conteniendo algunas pinceladas sobre su fundador. Información adicional exquisita puede obtener visitando www.conocereisdeverdad.org, sección “Islam”.

He colocado arriba dos versículos muy interesantes respecto a Ismael, que aunque sea usted del equipo de los “libre pensadores”, algún crédito dará a las Sagradas Escrituras, específicamente a la Toráh judía, el Pentateuco que hemos heredado nosotros los cristianos como parte del Viejo Testamento.

A decir por lo que expresa la Palabra de Dios, y cito: “Más que un hombre, será como un asno salvaje: alzará su mano contra todos y todos la alzarán contra él; y vivirá enfrentado a todos sus hermanos”.

Digo yo que ahora que he expuesto yo esto, habría que quemar todas las Biblias que hay en el mundo, católicas y protestantes, incluso los textos sagrados judíos. No se si hasta de refilón haya que acabar con los textos árabes, en el sentido de que muchas de las enseñanzas de Mahona derivan de escritos del Viejo Testamento.

Mahoma tiene como tronco de su descendencia, y por él todos los musulmanes, a un hombre que desde antaño ha sido considerado “un asno salvaje”, capaz de revelarse contra sus hermanos, hacerles la guerra continuamente. Hay otras traducciones bíblicas que aluden a Ismael como “un hombre fiero e indómito”.

Y ahora, Don Julio Martínez Pozo, ¿que le parece el esquema que le han montado al Santo Padre algunos periodistas de prensa internacional y local?

Conocedor del tema de las adicciones, esta situación con los musulmanes la comparo a un joven enfrentando a su padre alcohólico en su cerrazón y confusión; que nada puede decirse “al pobre hombre” por temor a que se incomode e irrumpa en ira y violencia contra todos en casa. Mucho de los que vemos a diario en tantos hogares dominicanos y en el mundo entero.

Muy lamentablemente, pero la teoría de Mahoma y su religión no es más que un invento, y tengo el deber de decirlo con toda la responsabilidad que me caracteriza, asumiendo incluso el riesgo que una afirmación como la anterior implica.

El Dios de Israel, el único Dios que vive y reina por los siglos y los siglos, ha querido hacerse presente entre nosotros permitiendo que su Hijo, Jesús de Nazaret, se encarnarse en el seno de La Virgen María por obra del Espíritu Santo, viviendo en un lugar específico, en un pueblo específico, obrando milagros y portentos nunca vistos, muriendo tal y como había sido profetizado quinientos años antes, siendo enterrado en una tumba para resucitar al tercer día, según lo contemplan las Sagradas Escrituras, vuelto a caminar junto a su pueblo por más de cuarenta días hasta subir al cielo para reinar en compañía del Padre por toda la eternidad.

Jesús de Nazaret es una realidad que nadie puede ocultar, inclusive usted y sus amigos con tantas comparaciones que hacen de ÉL y Mahoma. Cuéntenos la obra de Mahoma, excepto reunir a un grupo de adeptos con el mismo fin, que nosotros los cristianos católicos dominicanos le contaremos las obras que ha hecho Jesús en estos 2’000 años como en nuestras propias vidas, a ver en qué se parecen estas las unas a las otras.

“Conozco tus aspiraciones y he oído tus continuos gemidos. Ya quisiera estar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios; te deleitas recordando la morada eterna y la patria celestial desbordante de felicidad, pero esa hora todavía queda un tiempo distinto, un tiempo de guerra, de trabajo y de prueba.” [LIDC, L.III, c. 49, #15]

Sin otro particular por el momento, aprovecho la ocasión para suscribirme a sus órdenes siempre.

Atentamente,

Mario R. Saviñón

Pd. “San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla; sé nuestro amparo contra las perversidades y acechanzas del Demonio. Que Dios manifieste sobre él Su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan por el mundo buscando la perdición de las almas. Amén.”