07 de Mayo •2010
En honor a San Gregorio Ostiense, Obispo, (+ 1048)
Sr.
Manolo Pichardo
Vía correo electrónico
Ciudad,
Ref.: “Persecución a los galileos constituyentes”
www.listindiario.com.do/app/article.aspx?id=141043
Distinguido Sr. Pichardo, muy buenos días.
Luego de saludarle cordialmente, he querido escribirle la presente a fin de compartir con usted algunas inquietudes sobre su artículo publicado en esta fecha en un diario de circulación nacional.
“Como a la larga, la verdad de Galileo se impuso quitándole a la tierra el privilegio ‘católico’ de ser el centro del universo, la Iglesia fue ajustando sus métodos de intolerancia a nuevas prácticas…”
http://es.catholic.net/sectasapologeticayconversos/574/2440/articulo.php?id=1823
Tengo la impresión de que antes de escribir su artículo no se ha documentado bien, y por el contrario difumina una serie de mitos y supuestos históricos fácilmente comprobables. La furia anticatólica que despide su escrito luce estar fundamentaba en tradicionales fábulas protestantes, que a lo largo de los siglos han sido completamente desmontadas.
“Los galileos de la Asamblea Nacional que redactó la nueva constitución de la República, se enfrentan a un inquisidor con nuevo rostro…”
http://es.catholic.net/secciones/articulo.phtml?ts=29&ca=574&te=2440&id=3151
Habiendo participado activamente en muchos de los debates llevados a cabo en el Congreso Nacional con motivo de las modificaciones legislativas a la Carta Magna, la experiencia vivida no me deja mentir: un evento totalmente democrático en el cual todos participaron activamente para defender y mantener sus posturas hasta el final.
Lo que sucede es que usted parece haber olvidado que nuestro país es eminentemente católico, respetuoso de sus autoridades religiosas, como líderes de opinión y conducta sabia para el mejor ejemplo de su pueblo. En tal sentido, los legisladores que apoyaron nuestras ideas como católicos comprometidos con nuestra fe, se han definido como las mejores opciones para el voto en las próximas elecciones congresuales y municipales. Los demás, simplemente, no merecen nuestro apoyo, como es natural.
“… sólo los ritos dieciochescos con todo y los santos pederastas con licencia para perdonar…”
http://es.catholic.net/escritoresactuales/825/2862/articulo.php?id=45492
Sobre el tema de los abusos sexuales por parte de algunos Sacerdotes y religiosos católicos, creo que también debe documentarse adecuadamente antes de escribir. Los números no nos dejan mentir.
La sociedad como tal sufre un deterioro moral y social tremendo, el cual ciertamente permea algunos ámbitos religiosos, y La Iglesia católica no es una excepción. Ahora bien, de ahí a decir que toda La Iglesia está corrompida hay un trecho demasiado largo, y es injusto dadas las evidencias que existen de la pulcritud y la entereza con que se manejan la mayoría de los Obispos, Sacerdotes y religiosos de La Iglesia.
Que se quiera aprovechar la coyuntura para torpedear la sólida imagen que muchos tienen de La Iglesia, y debilitar la potencia de muchos de sus planteamientos en contra de lo más malo que existe en nuestra sociedad, eso es harina de otro costal.
“…Vivimos en la Era del Conocimiento a siglos de distancia del movimiento renacentista…”
La Nueva Era y el Nuevo Orden Mundial ciertamente quieren hacernos creer que algo hay de nuevo en planteamientos tales de cómo obtener la paz y la felicidad viviendo en un mundo cada vez más convulso y complicado.
El profeta Oseas, hace mucho años, ya lo dijo claro, “mi pueblo perece por falta de conocimiento” (IV, 6). Lo único que se me ocurriría agregar a este comentario sería: que no es precisamente por falta de conocimiento universitario, ya que la mayoría de aquellos que proponen las mayores barbaridades a la humanidad hoy son supuestamente los más sabios y entendidos entre todos.
Para concluir, le anexo este audio, un comentario bastante actual sobre el dilema existente entre los medios y la verdad sobre La Iglesia.
www.aciprensa.com/podcast/puntodevista/La_prensa_y_la_Iglesia-puntodevista07may10.mp3
Con atentos saludos,
Mario R. Saviñón