19 de Marzo del 2004
Fiesta de San José de Nazaret
Sra. Bélgica Suarez
Vía e-mail: suarezb@hotmail.com
Santiago, R.D.
Distinguida Sra. Suarez:
Al saludarle cordialmente en este cuarto viernes de Cuaresma he querido dirigirle la presente con el propósito de comentar sobre su programa de televisión anoche, en particular la participación de Fátima la astróloga.
Hace ya algunos años que vengo luchando por erradicar de nuestros medios de comunicación social el tema de la adivinación y la astrología, al punto que tengo hoy en mis archivos más de cincuenta escritos sobre el asunto.
Uno de los problemas más graves que confronta nuestra nación es eso que se conoce por el nombre de “religiosidad popular”, el sincretismo entre ocultismo, santería, cultos satánicos y brujería. Como usted podrá comprender, de bueno esto no tiene nada, en lo absoluto.
Como para muestra basta un botón, con sólo mirar a Haití y las condiciones de deterioro alcanzadas por esa pobre nación podemos nosotros apreciar lo que significa para un pueblo apartarse de Dios y asociarse con el Diablo, desde sus principales dirigentes hasta el común de los mortales.
Eso mismo está sucediendo aquí en Dominicana, cuando cada día es más frecuente ver por todas partes a personas como Fátima, con una desfachatez espantosa, sugerirnos que si en tal mes o en tal año a nosotros nos va suceder tal o cual cosa. Quizá esto sea divertido, podría hasta acertar en una que otra cosa, pero luego de haber escuchado el testimonio de conversión de Edgar, un ex astrólogo, en el programa de Mariasela Álvarez hace unos meses, el daño que este había ocasionado a tantos y tantos de sus clientes, induciéndolos al error de pensar que nada de eso era cierto.
Una de dos: o Fátima posee poderes extraordinarios que solo pueden provenir del mal o ella miente. Que por favor nos conteste.
Es bueno que usted sepa todo esto para que luego no pueda alegar ignorancia cuando le presenten sus televidentes los resultados de las predicciones, sean estas las que fueren.
Satán le mintió a Eva en el jardín del Edén, nos ha mentido a todos desde entonces, lo mismo creo yo hace Fátima al sugerir que si hago esto, aquello o lo otro, si creo en tal planeta o en tal estrella, en el sol o la luna, algo sucederá. No es más que otra forma irresponsable de poner nuestra esperanza fuera de nosotros mismos y lejos de Dios.
Es mucho lo que resta por decir todavía, espero no haberla importunado con mis necedades.
Siempre a sus órdenes,
Mario R. Saviñón
mrsavinon@yahoo.com