05 de Abril #2006
En memoria de San Vicente Ferrer (+ 1419)
Sr.
Ezequiel Méndez
Columnista de “senderos” por el Listín
Vía e-mail: ezek71@gmail.com
Ciudad,
Ref.: “Los temas religiosos y la Nueva Era”
“Jesús dijo a los dominicanos que habían creído en ÉL: -Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, Mi Palabra, serán de verdad discípulos míos; conocerán La Verdad, y La Verdad los hará libres.” [Jn. 8, 31-42]
Estimado hermano Ezequiel:
“Los hijos se comportan como lo hacen los padres.”
Al saludarle cordialmente en este tiempo de gracia que nuestro Señor nos ha regalado a todos para que nos acerquemos a ÉL, deseo primero agradecer su pronta respuesta, sus explicaciones, las cuales comparto en alguna medida, dado el hecho de que como cristiano que ha experimentado un trato personal con el Resucitado, nuestro testimonio es ciertamente distinto.
En los medios de comunicación de masas en nuestro país, se ha desatado –como si por explosión- la exposición de toda clase de ideas referentes a Dios que para nosotros los occidentales presentan una especie de encrucijada: nos atenemos a las enseñanzas que hemos recibido de nuestros primeros padres en la fe, u optamos por las nuevas y variadas propuestas que hoy se nos plantean, incluso de un dios inexistente, como es el caso del budismo, el hinduismo y el confucianismo.
La Nueva Era y el Nuevo Orden Mundial desean cambiar el esquema tradicional de nuestra fe por uno que ni siquiera es uno, sino la complementariedad de muchos otros que, traídos por los pelos, muchas veces no tienen nada en común más que la intención de sus promotores de hacernos creer que posee algún otro sentido, creando una gran confusión que atenta incluso contra la razón hasta del más avispado.
No es extraño tampoco escuchar o leer a alguien hablar como si nada de ocultismo, de hechicería, de brujería, cuando hace apenas unos años todas estas cosas representaban un “bochorno” para el que se enterase, un signo de tremenda incredulidad y fanatismo, ya no por su devoción al verdadero Dios, Creador de todo lo creado, Padre de nuestro Señor Jesucristo, sino un dios hecho a la medida de nuestras necesidades y limitaciones sicológicas, emocionales y espirituales.
Anoche precisamente hablaba yo sobre estos temas con una persona que no sólo merece todo mi respeto y consideración como ser humano, Don Alexis Camilo, sino que es un hombre cuya vida es testimonio de las maravillas del Señor, que lo libró de las garras de Satán, que lo mantenía atado al ocultismo, la brujería y el satanismo. ¡Qué testimonio tiene este hombre de fe!
Yo no deseo contender con nadie, mucho menos sobre temas de nuestra fe, ya que esto es un regalo de Dios al hombre que le busca con sinceridad, y con un corazón contrito y humillado. Lo que sucede Don Ezequiel es que hay un grupo de personas que están utilizando los medios de comunicación, con esto de la libertad de expresión, de cultos y el libre albedrío, para difundir una cantidad de ideas totalmente divorciadas de la realidad del cristianismo, ni hablar que no es católico, y que nosotros tenemos la responsabilidad de alertar a los más pequeños en la fe, para que se defiendan, para que estén alertas, para que no se dejen engañar. De eso se trata.
Dice nuestra Constitución lo siguiente, en su artículo #8, numeral #6, lo siguiente:
“Toda persona podrá, sin sujeción a censura previa, emitir libremente su pensamiento mediante palabras escritas o por cualquier otro medio de expresión, gráfico u oral. Cuando el pensamiento expresado sea atentatorio a la dignidad y a la moral de las personas, al orden público o a las buenas costumbres de la sociedad, se impondrán las sanciones dictadas por las leyes. Se prohíbe toda propagando subversiva, ya sea por anónimos o por cualquier otro medio de expresión que tenga por objeto provocar desobediencia a las leyes, sin que esto último pueda coartar el derecho a análisis o a crítica de los preceptos legales.”
Esto es lo que yo denomina, “curar al enfermo después que se ha infectado de SIDA”. Tire un vaso de agua al suelo, e intente luego de recogerlo a ver que pasa. Tendrá en él mucho menos agua de la que tenía al principio, y estará tan sucia que no podrá beberla. Así de fácil, así de sencillo.
Hay mucha gente ahí afuera diciendo cosas sin ningún sentido, Don Ezequiel. Con un pueblo ignorante, mal educado, mal evangelizado, es demasiado grande el peligro. Jesús dice en una ocasión a los fariseos: “ustedes proceden de abajo… pertenecen a este mundo cuyo príncipe es el Diablo… morirán por sus pecados, porque no creen el Nombre del Hijo de Dios, el único Nombre que nos ha sido dado…”
Señor Jesús, te rogamos, Señor, nos concedas creer firmemente en Ti en medio de tanta incredulidad. Preserva, protege y aumenta nuestra fe. Haz que tu amor y tu verdad habiten en nosotros. Ayúdanos a derribar los ídolos que se han posesionado en nuestro corazón. Deseamos buscar en todas las cosas Tu gloria, mi Dios, nuestro Señor. Amén.
Sin otro particular por el momento, aprovecho para suscribirme a sus órdenes siempre.
Atentamente,
Mario R. Saviñón
mrsavinon@yahoo