Lo evidente no se discute. Se acepta, si realmente interesa lo que es verdadero. Con un humor un poco pintoresco, el gran filósofo Aristóteles decía –creo que en su “Ética a Nicómaco”- que al que pida razones de por qué tiene que amar a su madre, no hay que darle razones, sino unos cuantos palos.
Aquí, en este
país, durante semanas, algunos siguen
pidiendo efectuar un aborto a una mujer enferma con unas veinte semanas de
embarazo tratando de oscurecer y enredar el caso con falsas razones y grupos de
presión del gobierno. En realidad no cabe el debate porque es un caso de ética
médica clarísimo, evidente, como ya lo expliqué en mi artículo anterior.
¿Por qué siguen enredando? ¿Por qué no
quieren aceptar lo evidente?
Porque no les
interesa la verdad ni tampoco la salud de la enferma. Responden a intereses
foráneos. Estamos ante un caso típico, igual o semejante al que presenta en
otros países, la internacional antinatalista, el imperialismo
demográfico-económico, cada vez más conocido como la Cultura de la Muerte. Las
mismas maniobras y los mismos casos ya
los conocí en España. Tratan de abrir una primera rendija. Si lo logran viene el “piccolo
aborto”, como dicen en Italia (aborto por violación, por deformidades del
feto o porque peligra la salud física de la madre). El socialismo español
añadió el “peligro para la salud psíquica”, lo que permitió enseguida el gran coladero ya que
dos psiquiatras sinvergüenzas y bien pagados extienden falsos certificados de
que existía ese peligro psíquico, cuando en realidad el único cuadro
psiquiátrico grave que existe no es el de pre-aborto sino el del post- aborto.
A favor del aborto legal y tratando de ridiculizar a los grupos pro-vida, Obama
ha hecho recientes declaraciones sobre las que prefiero escribir en mi blog alicantoymaradentro.wordpress.com
El otro caso típico es
el de los mal llamados “matrimonios” de homosexuales. ¿Por qué ese interés por
legalizar la unión sentimental de dos homosexuales llamándolo matrimonio?¿Por
qué no llamar a esas uniones, como proponía Eduardo Verástegui, con cierta
sorna, gaymonios y lesbimonios?...
Recién en la Francia liberal donde los homosexuales ya
tenían su cauce jurídico cuando querían estabilizar una relación sentimental,
lo sorprendente es que a las repetidas manifestaciones multitudinarias contra
la ley del matrimonio homosexual, no solo fueron católicos,
evangélicos, judíos y musulmanes, sino que también tuvieron un papel muy
destacado líderes importantes de los
gays y lesbianas. Con claridad Philippe Ariño dijo que las
parejas de gays o lesbianas no son matrimonio. Hay que
escuchar a otros:
Nathalie de Villiencourt: “Soy francesa, soy homosexual,
la mayoría de los homosexuales no queremos ni el matrimonio ni la adopción de
los niños, sobre todo porque no queremos ser tratados del mismo modo que los
heterosexuales porque somos diferentes, no queremos igualdad, pero sí justicia"
(…) «los niños tienen derecho a tener un padre y una
madre, posiblemente biológicos, que posiblemente se amen. Un niño que nace del fruto
del amor de su padre y de su madre tiene el derecho a saberlo. Si las parejas
homosexuales adoptan niños que ya están privados de sus padres biológicos,
entonces (los niños) estarían sin un padre y sin una madre por segunda vez». Xavier
Bongibault: “En Francia, el matrimonio no está diseñado
para proteger el amor entre dos personas. El matrimonio francés está
específicamente diseñado para proporcionar familias a los niños (…) El estudio más serio realizado hasta ahora,
demuestra de forma muy clara que un niño tiene problemas cuando es criado por
padres homosexuales”.
¿Cuál es, entonces, la finalidad de esas
leyes? La periodista lesbiana Masha Gessen, ha sido
franca al señalar a Radio National de la Australian Broadcasting Corporation
que la finalidad última es acabar con los verdaderos matrimonios, porque el
matrimonio no debería existir. “Luchar por el matrimonio gay generalmente implica mentir sobre lo que
vamos a hacer con el matrimonio cuando lo
consigamos.”