Sobre Dan Brown

11 de Junio #2006
Fiesta de la Santísima Trinidad

Lic.
Elías Samuel Rosario Mata
Ciudad de Panamá, Panamá

Vía: Sr. Radhamés Gómez Pepín
Director El Nacional
Vía correo electrónico
Ciudad,

Ref.: “Dan Brown, el código Da Vinci, el Nuevo Orden Mundial y la Nueva Era”

“En esa parte del mundo que conocemos como "los medios de comunicación", se siembra tanto para un futuro venturoso de comunión como para un futuro trágico de desencuentros y rupturas. La suerte ya está hechada.”

Distinguido Lic. Rosario Mata:

“Quien ama La Verdad no permite nunca se convierta en mercancía, tampoco que sea tergiversada u ocultada.”

Al saludarle cordialmente en esta hermosa tarde festiva, he querido dirigirle la presente en relación a su “carta al Director”, publicada este viernes pasado en ese prestigioso medio de comunicación dominicano. Es interesante ver como se han globalizado los medios, como para que un panameño se dirija a nosotros en estos términos. Ya vere como me las arreglo para colocar algo por allá.

“¿Por qué la abrumadora obsesión de leer un libro y ver una película en los que se promueva la teoría de que Jesús tuvo hijos con María Magdalena, y muestren al Opus Dei como una organización siniestra?”

Contestar la cuestión pudiera tomar a un “iluminado” muchas horas, días, semanas y meses de discernimiento, análisis y ponderación. Dado que solo deseo regalarle una humilde opinión al respecto, me concentro en lo esencial, lo más evidente y sencillo.

Actualmente, La Iglesia católica cuenta con unos 1’500 millones de bautizados (+/-), de los cuales apenas un resto, de acuerdo a Isaías, se ha interasado en evangelizarse adecuadamente, estudiar historia y religión, Catecismo y Patrística, formarse como requiere el oficio de cristianos a tiempo completo, auténticos discípulos de Uno que decimos seguir. A mi humilde entender, una inmensa mayoría no ha perseverado en la fe, luego de su experiencia personal con el Resucitado.

¿Cuántos son verdaderos cristianos católicos? Solo Dios sabe. Lo que sí sabemos es que Dan Brown nos ha quitado la toalla, nos ha puesto al descubierto, y sólo uno que no ame a Jesucristo y a su Iglesia puede sentirse cómodo con todo lo que Dan Brown y sus secuaces han hecho para perjudicarnos; así como otros tantos lo perpetuarán a raíz de ello, como efecto de este nuevo estilo de rebeldía que ha enseñado.

Los demás 4,5 billones de habitantes en el planeta, o bien se oponen por alguna razón a La Iglesia, o sencillamente les importa un bledo. Algo sí es cierto, el misterio de la iniquidad y el imperio de la muerte ejecutan su proyecto con maestría combatiendo La Iglesia en todos los flancos posibles. La batalla que comenzó en el jardín del Edén, concluirá con la segunda venida de Jesús de Nazaret, cuando Dios así lo disponga.

Estoy seguro de poder afirmar, luego de leer con detenimiento su carta, que usted no es católico, aún algunas expresiones suyas resulten ambiguas y ciertamente confusas. Es normal en estos días observar por doquier este tipo de comunicaciones publicadas en los medios, como una forma de seguir en el ejercicio de confundir a los que como yo se resisten ante el dilema, aquellos que no han sido todavía alcanzados por cualquier otra vía, en palabras de San Pablo, “los elegidos”.

“El cúmulo de escándalos que ha vivido La Iglesia católica” en veinte siglos, no es otra cosa que un reflejo preclaro de: 1. el estado actual en que vive la humanidad, en un mundo dominado por el imperio de la muerte, que combate aguerridamente contra la fe del pueblo de Dios por todos los medios a su alcance con el propósito de que se pierdan; y 2. la postura firme de tantos sectores adversos a La Iglesia por dar a conocer, publicitar por todos los medios a su alcance, las aflicciones y miserias que afectan a sus miembros, que no es más que cuanto vive el mundo día a día, sin remedio.

Por favor, no crea que con esto excuso a nadie, yo el primer vagabundo, pero es que parecería como si estuviesen algunos de un lado, y el resto del otro a la hora de observar el panorama tan desolador en que vivimos todos. Cristo vino a buscar las ovejas descarriadas de Israel, como todo buen médico en emergencias atiende a quienquiera que sea llega averiado en medio de la noche, incluso aunque no tenga seguro.

La Iglesia católica, santa en su origen y naturalez, no es otra cosa que el resultado de la sumatoria de todas las acciones y reacciones de sus miembros, aún ELLA misma no tenga que nada ver con cuanto sucede. La ley existe desde hace mucho tiempo, somos nosotros los hombres los que no deseamos por ningún medio cumplirla, ponerla en práctica, y por eso delinquimos, especialmente cuando ocupamos alguna posición de autoridad. Imagínese usted lo que ha sido el bombardeo del fundamentalismo norteaméricano desde 1776 para acá; ni hablar del proyecto de La Nueva Era, gestado y desarrollado en California y New York, USA, a mediados del siglo XIX y en lo adelante.

Lo del “cilicio” y “las cadenas de púas” es una falacia. No es verdad que esto se pratique como tampoco sufrir para poder vivir felizmente la virginidad. Investigue un poco más al respecto y verá que son muchos, cientos de miles los que viven los votos de castidad, pobreza y obediencia con gran gozo y alegría, por dos razones básicas: 1. han querido hacerlo voluntariamente; y 2. porque el Espíritu Santo les ha dado la gracia. De lo contrario, no hay forma de llevarlo a cabo, y es por eso que vemos tantas fechorías y desórdenes en algunos miembros de La Iglesia que han creído haber sido llamados, cuando en realidad era todo producto de una imaginación enfermiza y defectuosa.

He pasado parte del fin de semana escuchando con todos los sentidos un “Cd” prestado, en el que Josémaría Escrivá de Balaguer habla a sus discípulos sobre La Obra, como se le conoce, dando testimonio franco del favor recibido de Dios para poder llevar a cabo cuanto ha hecho, la estructura que dejó montada que llega hasta nosotros hoy, y de la cual –por lo menos en Santo Domingo- soy yo testigo.

Jesús de Nazaret fue ultra-conservador, radical y muy estricto en sus predicaciones, bastante preciso en su estilo de vida: Nada de “términos medios con papas fritas”, como suelo referirme a “los tibios” y “frívolos”, esos que menciona Juan el Evangelista en el Apocalipsis. Caliente todo el tiempo, preferiblemente por encima de los 38°C.

Sobre la “Teología de la Liberación” no me referiré, pero si le advierto que ha sido desmantelada por completo, con todo y que tanta gente buena estuviera involucrada de su buena fe en un proyecto que más que religioso tenía vicios de “politicoide”. La liberación que usted y yo (y todos) necesitamos es la de un encuentro personal con Jesucristo, conocer a fondo su doctrina, su Palabra, y haciéndola carne de nuestra carne podamos ser verdaderos discípulos suyos, conocer La Verdad que nos hace libres, para algún día –con su favor- alcanzar la vida eterna.

“¡Oh, cuán breves, cuán falsos, cuán desordenados y torpes son todos los placeres! Los hombres, por estar borachos y ciegos, no lo entienden así y a manera de estúpidos animales, por unos placeres de esta vida mortal, corren hacia la muerte del alma.” [La Imitación de Cristo]

Derrama sobre nosotros, Jesús de Nazaret, el fuego de tu Espíritu, y así podamos llevar a todos el verdadero mensaje de salvación. Amén.

Que Dios Padre todopoderos bendiga su familia, y les guarde de todo mal, hoy, mañana y siempre.

Atentamente,

Mario R. Saviñón