Una idea central...

Somos La Iglesia católica


Nuestra familia está compuesta por personas de toda raza. Somos jóvenes y ancianos, ricos y pobres, hombres y mujeres, pecadores y santos.

Nuestra familia ha perseverado a través de los siglos y establecido a lo ancho de todo el mundo.

Con la gracia de Dios hemos fundado hospitales para poder cuidar a los enfermos, hemos abierto orfanatorios para cuidar de los niños, ayudamos a los más pobres y menos favorecidos. Somos la más grande organización caritativa de todo el planeta, llevando consuelo y alivio a los más necesitados.Educamos a más niños que cualquier otra institución escolar o religiosa.

Inventamos el método científico y las leyes de evidencia. Hemos fundado el sistema universitario.

Defendemos la dignidad de la vida humana en todas sus formas mientras promovemos el matrimonio y la familia.

Muchas ciudades llevan el nombre de nuestros venerados santos, que nos han precedido en el camino al cielo.

Guiados por el Espíritu Santo hemos compilado La Biblia. Somos transformados continuamente por Las Sagradas Escrituras y por la sagrada Tradición, que nos han guiado consistentemente por más de dos mil (2’000) años.

Somos… La Iglesia católica.

Contamos con más de un billón (1’000’000’000) de personas en nuestra familia compartiendo los Sacramentos y la plenitud de la fe cristiana. Por siglos hemos rezado por ti y tu familia, por el mundo entero, cada hora, cada día, cada vez que celebramos La Santa Misa.

Jesús de Nazaret ha puesto el fundamento de nuestra fe cuando dijo a Simón-Pedro, el primer Papa: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá contra ella» (Mt. XVI, 18).

Durante XX siglos hemos tenido una línea ininterrumpida de Pastores guiando nuestro rebaño, La Iglesia universal, con amor y con verdad, en medio de un mundo confuso y herido. Y en este mundo lleno de caos, problemas y dolor, es consolador saber que hay algo consistente, verdadero y sólido: nuestra fe católica y el amor eterno que Dios tiene y ha tenido por toda la creación.

Si has permanecido alejado de La Iglesia católica, te invitamos a verla de un modo nuevo hoy, visita www.catolicosregresen.org.

Somos una familia unida en Cristo Jesús, nuestro Señor y Salvador. Somos católicos, bienvenido a Casa...

Contenido del Blog

Quiero seguir viviendo

Mi nombre es Juan José Candela Amo y tengo 32 años, gozo de buena salud, de mis facultades mentales y no soy discapacitado.

Quisiera describirte un poco quién soy, de qué trata mi vida y el por qué te escribo.

Después de cursar mis estudios del instituto decidí estudiar la carrera en Comercio Exterior, era una licenciatura relativamente nueva, con gran demanda debido a la globalización y, en teoría, con grandes expectativas de desarrollo profesional. Después de terminar mi carrera trabajé en varios países como Australia, Canadá, Estados Unidos y Méjico pero no siempre relacionado con mi profesión, nunca me fue fácil conseguir trabajo y he laborado muy poco en relación con mis estudios.

Recientemente (hace dos meses), terminé un Máster en Planificación y Gestión de Procesos Empresariales en la Universidad de Valencia con el objetivo de ser más competitivo, con la esperanza de tener más y mejores oportunidades y mejorar mi calidad de vida. Me hubiera gustado que eso fuera así pero no lo ha sido, llevo meses buscando trabajo con más de 500 currículos entregados, la mayoría enfocados a mis estudios y experiencia profesional y otros tantos en el área de hostelería en donde también tengo experiencia.

Actualmente estoy pasando por momentos muy difíciles en mi vida debido la situación económica que estamos viviendo, mis recursos económicos se agotarán en breve y mis opciones de sobrevivencia son prácticamente nulas. Todo esto ha sido verdaderamente desgastante para mí, mi moral, mis sentimientos y mis ideas están destruidas, mis ilusiones por la vida están congeladas, mis ganas de formar un hogar se han ido…mis ganas de vivir están desapareciendo.


Solía ser alguien feliz, con muchos amigos, muy alegre, lleno de vida, disfrutaba de cada momento y siempre con grandes objetivos que conseguir pero el miedo a quedarme sin que comer, sin nada, en la calle, que ahora se ha transformado en pánico, se ha convertido en mi forma de vida. La desesperación es un sentimiento y un pensamiento que han invadido mi vida que han ido creciendo en mí desde hace más de un año.

Sé que como yo hay mucha más gente (millones), y quizás mi historia es sólo una más de las tantas que hay, también sé que hay gente que ha sufrido más y que están en peores circunstancias que la mía pero también sé que merezco vivir mejor, que tengo el derecho, que merezco una oportunidad; mi voz no es sólo una, es la de millones. Lo más aterrador es que todo esto ya parece formar parte de la vida, que así es, que así será, que así somos, que una vida digna no es para todos…que ironía.

Mi búsqueda de trabajo no ha servido, no ha dado frutos, me ha llegado a parecer inútil, como si mi consejo a alguien que empieza a buscar trabajo fuera “no, no busques, no te servirá de nada”. Sin embargo, no he perdido las esperanzas, no puedo perderlas… lucharé hasta el final.

No busco caridad, no busco dinero, no busco un hombro donde llorar, sólo busco una oportunidad. Si sabes de algo o alguien que me pueda ayudar con trabajo, cualquiera que éste sea, que me permita continuar mi vida o simplemente quieres hacerme un comentario, te lo agradeceré.

Necesito ayuda, necesito una oportunidad… quiero seguir viviendo.

(candelajj@hotmail.com)

Semana Santa, aquel ayer, este hoy...

Por Luis Fernández Cuervo (luchofcuervo@gmail.com)

Ayer, en un ayer de hace veintiún siglos, Jesús de Nazaret entraba por la Puerta Dorada de Jerusalén aclamado por una muchedumbre entusiasta. Gran parte de esa misma muchedumbre el viernes gritaba: ¡crucifícale! ¡crucifícale! Y Jesucristo fue crucificado. Ayer, en un ayer actual, las procesiones del Domingo de Ramos, de muchas ciudades de tradición católica, desfilaron alegres flanqueadas por las palmas y ramos de olivo de los feligreses. Pero después, muchos de esos presuntos devotos, cumplido el rito procesional se irán a las playas a olvidar, a comer, a beber, a asolearse. Es lo importante. Algunos terminarán su vida allí, sorprendidos y ahogados por una ola traicionera. Y no son los peores. Los peores seguirán en estos días, que debieran ser santos, crucificando a Jesús con sus robos, chantajes, violaciones, secuestros y asesinatos. No es cosa sólo del país que lleva su nombre. Jesús sigue crucificado, a lo largo de toda América y Europa por la anticultura imperante. Satanás sigue triunfando… ¿hasta cuándo?

En virtud de la libertad de opinión y de cultura, usted puede organizar en estos días una exposición de arte donde Jesucristo aparezca, por ejemplo, crucificado sobre un avión de combate, con cabeza de burro o ridiculizado de otras muchas maneras. Nadie puede molestarse u oponerse. El arte es libre. Puede organizar un desfile de orgullo ateo o de orgullo gay. Si a lo largo de él, usted decide gritar insultos contra el Papa, contra Jesucristo, hacer mofa del rosario pasándoselo por la entrepierna –como ya ha ocurrido en varios países-, nadie le dirá nada. Está haciendo uso de su libertad. Pero si a usted se le ocurre decir que el acto sexual homosexual es algo inmoral, algo que va contra la Ley Natural Universal, usted es un homófobo, un peligro para la democracia y para la paz. Debe ser multado o encarcelado. Y si reincide puede perder todos sus derechos ciudadanos. No es broma. Ya hay varios padres de familia condenados en juicios legales por oponerse a que a sus hijos, desde pequeños, se les den clases de lo estupendo que es para el desarrollo de su personalidad conocer la teoría y la práctica homosexual.

Satanás baila contento en estos días. Ya ha conseguido que muchos jóvenes estén desorientados y aburridos de una vida llena de placeres pero carente de ideales, de esfuerzos y sacrificios. Ya ha conseguido que muchos de ellos terminen en la droga o el suicidio. Ya ha conseguido que millones de mujeres sean las asesinas de sus hijos no nacidos. Ya ha conseguido que muchos médicos traicionando su honor y su deber de estar siempre a favor de la salud y de la vida, se conviertan en repugnantes verdugos de niños intrauterinos.

Jesucristo curó a muchos ciegos. Hoy abundan los ciegos incurables que siguen pensando que lo más importante en un país es la buena marcha de la economía. Admiran a Chile y nos traen al Presidente Lagos a que nos de lecciones de buen desarrollo. Y Satanás se ríe porque ya consiguió que países, ayer de cultura católica, tal como Chile o España, a través de sus dóciles servidores socialistas, muestren hoy una fisonomía irreconocible.

Copio el diagnóstico de un periodista chileno al explicar el modelo que siguieron los anteriores gobiernos: “La educación, las artes, el tono moral de la sociedad –que es de las cosas menos tangibles pero más influyentes, en general todo lo que tenga que ver con la cultura fue conducido de tal manera de borrar cualquier vestigio de la tradición cristiana de Chile. Se hizo en nombre del progresismo, por supuesto. El asunto era tener un Chile “moderno”, lo cual suponía un exacerbado individualismo –y así, y es sólo un botón de muestra, llegamos a tener 7 de cada 10 niños nacidos fuera del matrimonio, más que duplicando a los nacidos dentro de él–, la desaparición de todos los “tabúes” morales –antes llamados normas, o barreras morales que evitaban que las sociedades se desbordaran-, el cultivo de la fealdad –incluyendo batidoras moliendo peces, como manifestación artística–, la falsificación de la historia y “desmitificación” de los héroes”… “la ordinariez hecha estilo”… “y así suma y sigue. El asunto fue, como en España, aunque acá no se dijo, que a Chile no lo reconociera ni la madre que lo parió. Madre que, por supuesto, fue católica.”

A Jesucristo, en aquel ayer de hace veintiún siglos lo condenó un Poncio Pilato. Hoy Jesucristo es despreciado y condenado por miles de Poncios Pilatos. Son todos los que cultivan la filosofía del relativismo. Abundan especialmente entre los políticos. Se encogen de hombros y dicen con desprecio: -¿Qué es la verdad?-. Si el interés políticamente correcto lo pide, no dudarán en flagelar a la verdad, en coronar de espinas a los pobres e inocentes y en lavarse las manos. Tienen su misma cobardía moral.

Comulgar sin confesar

Por Miguel Rivilla San Martín

Cualquier observador atento de las celebraciones litúrgicas, habrá constatado un fenómeno generalizado, que se está convirtiendo en algo normal.

A saber:

- Ha disminuido alarmantemente, el número de fieles que acceden al sacramento del perdón.

- Ha aumentado considerablemente, el número de fieles que se acercan a comulgar.

- Bastantes celebraciones sacramentales (bautizos, bodas, funerales…), para muchos asistentes, son meros actos sociales.

- La enseñanza de la Iglesia, basada en la Palabra de Dios, ha sido constante a lo largo de los siglos. Siempre ha enseñado que para comulgar se precisa estar en gracia de Dios -sin pecado grave en la conciencia- y guardar el ayuno pertinente.

- En su preciosa encíclica del Papa Juan Pablo II, sobre la Iglesia y la Eucaristía en su nº 36c, el Papa ha dejado clara la enseñanza oficial de la Iglesia expuesta en el Catecismo, en el Código de Derecho canónico y “la vigencia de la norma del Concilio de Trento concretando la severa exhortación del apóstol Pablo, al afirmar que, para recibir dignamente la Eucaristía, “debe preceder la confesión de los pecados, cuando uno es consciente de pecado mortal”.

- No es exagerado afirmar que muchos de los que se acercan a comulgar no reúnen las condiciones necesarias para ello; sea por ignorancia, por falta de fe, por rutina o mimetismo (¿dónde va Vicente?..) o por estar en pecado grave, incluso años sin confesarse etc...

- Esta praxis está llevando a una trivialización del sacramento principal de la Iglesia y a un falseamiento de la conciencia de muchos bautizados. Los responsables directos de cada celebración eucarística (abusos, sacrilegios, etc...) son los ministros ordenados obispos y sacerdotes, que presiden las mismas.

- A falta de una catequesis adecuada y previa, ¿no cabría una advertencia -hecha con todo respeto a los presentes, antes de dar la comunión? Verbi gratia, no hay obligación de acercarse a comulgar… Los que vayan a hacerlo, examinen su conciencia ante Dios y vean si están en su santa gracia. El tomar conciencia de este fenómeno es urgente, muy grave y de la máxima responsabilidad. Actúese en consecuencia.

La Iglesia en la prensa

Ya se sabe que a las cifras y a las estadísticas se les puede hacer decir lo que uno quiera.

Para comprobarlo, basta con leer cómo los diarios presentan sus propios datos de difusión con motivo de la publicación de los informes periódicos de la OJD o similares.

Algo parecido ha ocurrido con la presentación del último informe de la conferencia episcopal de Estados Unidos sobre denuncias a sacerdotes por abusos sexuales. Según publicó, “Los casos de abusos sexuales en iglesias de EEUU subieron en 2010”. Otros medios como Reuters van en la misma línea.

La realidad, sin embargo, es un poco distinta.

El informe (http://www.bishop-accountability.org/usccb/implementation/report_on_2010.pdf) indica que durante el año 2010 hubo un incremento de denuncias con respecto al año precedente: concretamente, se pasó de 398 denuncias en 2009 a 428 en 2010.

El dato significativo, sin embargo, es que la inmensa mayoría de esas denuncias se referían a años anteriores, a veces incluso decenios. Las denuncias de crímenes supuestamente cometidos en 2010 fueron siete (7). Así pues, lo que se incrementaron durante el año 2010 fueron las denuncias de casos pasados, pero no que se cometieran más abusos durante ese año (de hecho, en 2009 el número de denuncias correspondientes a ese año fueron ocho).

Teniendo en cuenta que los sacerdotes en Estados Unidos son 38.118 y los diáconos 14.779, pienso las siete denuncias de 2010 indica que se va en la buena dirección. Hace tiempo oí las cifras de Gran Bretaña (no encuentro la referencia): de 29 mil denuncias en el año 2008, 4 casos se referían a sacerdotes.

Sin duda queda todavía mucho por andar, sobre todo en casos de hace años, pero me parece que la “cura Ratzinger” está funcionando.

Servir a La Iglesia

11 de Abril #2011
En honor a San Estanislao, Obispo y mártir (+ 1079)

Sr.
Gustavo Olivo Peña

www.acento.com.do
Vía correo electrónico
Ciudad,

Ref.: su artículo del día 06

(http://www.acento.com.do/index.php/blog/393/98/Servir-al-partido-servir-a-la-iglesia.html)

Distinguido sr. Olivo Peña:

Luego de saludarle cordialmente, le escribo en relación al artículo de referencia publicado en ese medio digital, lo concerniente a La Iglesia católica, que me permito con todo respeto aclarar para bien propio y de todos los que me lean.

Sobre el tema de la “quema de brujas”, le remito a este interesante artículo publicado en la Web , www.mercaba.org/DOSSIERES/brujas.htm, del cual transcribo lo siguiente:

“De un cálculo aproximado de 1’000 causas, el 63% fue juzgado por las autoridades civiles; el 17% corresponde a tribunales episcopales, mientras que el 20% corresponde a la Inquisición. La mitad de las 200 causas de que se trata, se debieron al inquisidor Heinrich Institoris, cuya persecución de brujas en el año 1484 había sido autorizada por una bula del papa Inocencio VIII.”

Sobre este asunto se ha exagerado lastimosamente demasiado, y sería oportuno que medios de comunicación como el que usted representa hiciesen un estudio serio sobre el tema y lo publicaran para beneficio de todos, muchos de ellos protestantes que no conocen la verdad sobre lo sucedido históricamente.

Respecto a los dictadores, es un asunto estratégico. Me explico. Jesús de Nazaret pasó su vida pública de apenas tres años y medio rodeado de bandoleros, ladrones, prostitutas, enfermos y pecadores, los peores en la región. Por tal razón los judíos lo odiaban con mayores fuerzas.

De ninguna forma se justifican acciones incorrectas por parte de algún miembro del Clero en cuanto a colaborar con un régimen de fuerza, pero de que se intentó hacerlos cambiar de forma de pensar y de sentir, se lo aseguro. Esa es la misión principal de todo verdadero Sacerdote, a menos que fuesen unos farsantes.

En cuanto a la muerte de S.S. Juan Pablo I, qepd, mucho se ha escrito para corroborar que no hubo “foul play” en su muerte, como dicen los primos del norte, manos sucias inmiscuidas en su deceso. Murió en paz como todo buen hombre de Dios.

No se lleve usted de Dan Brown y sus secuaces, vuelven loco a cualquiera con sus historias.

“Riquezas en el Vaticano”, “Corrupción en el Vaticano”, volvemos de nuevo a las fantasías que emanan de Hollywood cada vez que alguno quiere ganar dinero con una cinta de ciencia ficción.

Han habido algunos miembros de La Iglesia que no han correspondido correctamente ni al compromiso asumido el día de su ordenación ni a los mandamientos de Dios como todo buen cristiano, pero de ahí a decir que allí todo es corrupción no habría forma de probarlo. Basta observar con detenimiento todo cuanto sucede allí durante un día normal para uno percatarse de que algo extraordinario y muy poderoso opera para que aquello funcione como lo ha hecho hasta ahora, con sus luces y sus sombras, guiando al pueblo de Dios hasta la Jerusalén celestial.

Sobre pederastas y pedofilos, anexo este vinculo a mi blog, http://mrsavinon.blogspot.com/2011/04/encuentro-en-un-aeropuerto.html, una experiencia reciente de Mons. Timothy Dolan, Arzobispo de Nueva York. No tiene desperdicio como tampoco amerita comentarios adicionales.

Mons. Víctor Masalles podría narrarle una historia parecida, lo sucedido a un hermano sacerdote amigo que fue sometido a la justicia y encontrado culpable de un hecho que jamás sucedió. Su vida arruinada por el afán de una familia y un abogado en hacer dinero, como dice el anuncio del fracatán, “sin dar un golpe”. Dándole a un inocente con el mismo mazo por la cabeza.

Respecto al tema de Marcial Maciel y los legionarios de Cristo tengo que aceptar que el hombre no obró nada bien. Sin embargo, miremos su obra, su legado, los miles y miles de cristianos que viven una experiencia de fe honesta y sincera a causa de su ministerio.

Digo yo, y esto es personal, que el Diablo no perdió tiempo ni esfuerzos en acabar con un buen miembro de La Iglesia, y quizás con su obra. Maciel no se opuso a toda la maldad que se le presentaba, de la misma forma en que trabajo por hacer crecer el reino de Dios entre nosotros.

La verdadera historia de esta situación solo la sabe Dios. Los legionarios de Cristo siguen adelante tan campantes como “Johnny Walker”.

Cuanto bien ha hecho esa congregación a La Iglesia de México y del mundo.

Escándalos de gran magnitud han sucedido en el seno de La Iglesia, eso es cierto. Ahora bien, en dos mil años de existencia, ni los curas, ni los fieles, nadie ha podido ni podrá acabar con ELLA; porque es La Mujer que mencionan los hagiógrafos en todo el Libro Sagrado, desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Esa que tanto detesta el imperio de la muerte y el misterio de la iniquidad.

Concluyo exhortándole, en estos últimos días de Cuaresma, ya próximos a la Semana Santa, que reflexione en todo el bien que ha hecho La Iglesia a nuestro pueblo. Son quinientos años de historia continua para estudiar y evaluar.

No se deje llevar por las pasiones del momento político en que vivimos. Miremos hacia delante con esperanza.

Aprovecho la ocasión para pedirle perdón por mi Iglesia, por cualquier cosa que haya sucedido en este tiempo que le haya escandalizado.

Que Dios le bendiga abundantemente, a usted y toda su familia.

Saludos a Don Fausto, y éxitos en este nuevo proyecto.

Con atentos saludos,

Mario R. Saviñón

70 preguntas...

70 Preguntas relacionadas con la homosexualidad y el lesbianismo, que sus hijos adolescentes le pueden hacer.

Tomado de www.micumbre.com (Escuela para padres)

La homosexualidad es una anomalía, consistente en la práctica e inclinación hacia la atracción y relación erótica, con personas del mismo sexo.

Amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Los homosexuales y lesbianas, son nuestros prójimos y por lo tanto tenemos que amarles, respetarles y comprenderles profundamente, con todo nuestro corazón, aborreciendo y repudiando, en su caso, el pecado homosexual.

Los padres deben tener el criterio suficiente, para explicar a sus hijos este tema, en función de sus edades físicas, mentales y formación. Pero no dejen de comentárselo, pues es un tema que está en la boca de casi todos los adolescentes. Si los padres no lo hacen y bien, habrá otros desalmados que lo hagan y además, mal o muy mal.

70 Preguntas relacionadas con la homosexualidad y el lesbianismo, que sus hijos adolescentes le pueden hacer: Parejas de hecho, adopciones, ley natural, psiquiatría, genética, sociedad, moral, religión, etc.

¿Cuales son las características, de las más de 20 posibles orientaciones e identidades de género, desordenes y comportamientos sexuales, clasificados por las Naciones Unidas como: La homosexualidad, lesbianismos, transexuales, pedofilia, bestialidad, sadismo, exhibicionismo, necrofilia, zoofilia, etc.?

¿Debemos ayudar a los homosexuales y lesbianas, para que pongas los necesarios medios profesionales y puedan curarse?

¿Deben tener las personas la libertad de discriminar y rechazar a los homosexuales y lesbianas, que den mal ejemplo a la sociedad, con sus prácticas pecaminosas?

¿Depende la moralidad de los actos humanos, de lo que opine la mayoría, de lo que a cada uno le convenga o de lo que manda la moral?

¿Es el porcentaje de homosexuales en la sociedad menor al 2 por ciento?

¿Es homosexual el que sufre una desviación, del instinto sexual natural, aunque no sea un pervertido, ni tenga aversión hacia la relación heterosexual?

¿Es la actual cultura homosexual, la voluntad deliberada de justificar y hasta de exaltar, el comportamiento homosexual?

¿Es la homosexualidad un problema y por lo tanto, tienen que tratarlo como tal y no como un estilo de vida o una justificación, para las acciones de sodomía?

¿Es lo mismo “tendencia homosexual” que “conducta homosexual”?

¿Es lo mismo el homosexual por vicio voluntario, que el que sufrió el impacto de una desgraciada experiencia en su infancia?

¿Es pecado la anormalidad de la homosexualidad, si no se ejerce la conducta homosexual?

¿Es moral ser “orgullosamente homosexual” (el orgullo gay), o es un contrasentido, estar orgulloso de algo malo?

¿Es una clase de dictadura la “Inquisición Rosa”, que persigue a los que no son o piensan como los homosexuales o lesbianas?

¿Están haciendo hoy los homosexuales, una gran presión en los gobiernos y en los medios de comunicación, para convencerles de que sus “uniones de hecho”, mejor llamadas homomonios, se consideren auténticos matrimonios, como los de las personas heterosexuales?

¿Hay algún estudio científico serio, que pueda demostrar que el homosexualismo y el lesbianismo, son factores hereditarios, genéticos, biológicos, hormonales, neurológicos o cerebrales, y que por lo tanto su actividad es un derecho?

¿Hay hoy una tendencia a presentar como normal, las aberraciones más grandes como son la pedofilia y la zoofilia?

¿La Iglesia Católica distingue entre la tendencia y la práctica homosexual, cuando esta última, es inaceptable por ir contra la naturaleza humana?

¿La palabra lesbiana viene, del nombre de la antigua isla griega de Lesbos y es la que califica, a las mujeres que tienen el aberrante vicio de saciar su apetito sexual, con otras mujeres?

¿Los homosexuales suponen un porcentaje muchísimo más alto, entre los pederastas, que entre los heterosexuales?

¿Produce la homosexualidad la pérdida de control mental, motivada por las drogas, el alcohol, el dinero y el chantaje, junto a factores ambientales y de educación familiar o social?

¿Puede existir un atractivo platónico o de amistad entre dos hombres o dos mujeres, sin que se les considere homosexuales o lesbianas?

¿Reconociendo el problema, pueden cambiar de vida los homosexuales, con asesoramiento y reorientación profesional, religiosa y médica, si intentan eliminar los deseos y tentaciones perniciosas que dominan sus vidas?

¿Se debe aceptar a la persona homosexual, que lucha por dominarse, para evitar su actuación o comportamiento de sodomía?

¿Se debe clasificar como peligrosidad social, el ejercer la homosexualidad con el agravante de la corrupción de menores?

¿Se debe denominar “socialmente peligroso” al homosexual, que domina su tendencia, y que no es corruptor o pervertidor de menores, ni degradante o un escándalo público?

¿Se debe diferenciar a los homosexuales auténticos, que no tienen ningún interés en corregirse, con el hombre de apariencia feminoide, de la cual posiblemente no sea responsable y que puede no ser homosexual?

¿Se debe ser comprensivo con el pecador, pero aborrecer el pecado?

¿Se debe tratar de que los homosexuales y lesbianas, abandonen sus prácticas sodomitas, en lugar de marginarles?

¿Se llama sodomitas a los homosexuales en relación a lo que pasó en Sodoma y Gomorra?

¿Se puede hacer reversible una tendencia homosexual, a base de luchar contra ella, con los medios profesionales adecuados, que eviten caer en las prácticas homosexuales?

¿Se pueden medir los trastornos fisiológicos de los homosexuales?

¿Son responsables los homosexuales de sus tendencias consentidas, y de sus propios actos, voluntariamente realizados?

¿Son transexuales los que se cambian los órganos genitales, por gusto personal, pero no para corregir un defecto del cuerpo?

¿Tienen que dominarse los homosexuales de sus instintos, lo mismo que hacen los casados, con otras mujeres u hombres, que le apetecen?

¿Tienen los homosexuales y lesbianas, la opción de modificar su inclinación, aunque no la hayan escogido, o están inevitablemente obligadas a practicarla?

¿Tienen los padres y la sociedad, el derecho a impedir el proselitismo, las prácticas y los escándalos, producidos por los maestros y líderes homosexuales, que después resultarán muy difíciles eliminar?

¿Es bueno educar a los jóvenes en las virtudes y valores humanos, especialmente en la castidad y abstinencia, para ayudarles a superar los problemas relacionados con el sexo?

¿Es la educación familiar y el ejemplo, lo que más influye sobre los hijos, principalmente en sus edades tempranas, para que puedan distinguir lo que es el homosexualismo y el lesbianismo?

¿Es perniciosa para los jóvenes, la actual y exagerada libertad sexual, que termina produciendo tantos homosexuales y lesbianas?

¿Influye en los hijos el haber sufrido en los primeros años abusos sexuales o violaciones, realizadas por los padres o familiares, para que de mayores aparezcan las tendencias homosexuales?

¿Influyen las relaciones familiares en las hijas, con madres necesitadas de afecto, frías y muy exigentes, para que al llegar a adultas, tengan una conducta lesbiana?

¿Influyen las relaciones familiares en los hijos con padres hostiles, distantes, violentos, alcohólicos, etc. para que al llegar a adultos, tengan una conducta homosexual?

¿La desviación hacia la homosexualidad, puede provenir de causas morales, psicológicas, afectivas, sociales, o del clima educativo familiar y social, de los primeros años de la vida?

¿La legalización de las parejas homosexuales, va en contra de la naturaleza humana y corrompe la conciencia moral ciudadana?

¿Son intolerantes, los que no aceptan el ejercicio de la sodomía?

¿Cuál es la definición clínica y legal, de la expresión “orientación sexual”?

¿Debe practicarse la objeción de conciencia, ante las situaciones del matrimonio del mismo sexo, aunque éste sea reconocido por las leyes injustas, de algunos gobiernos?

¿Deben ser castigadas las empresas, que no quieran hacer negocios con ese grupo de personas o que les nieguen como empleados, los beneficios sociales a sus parejas?

¿Deben ser castigadas las escuelas y organizaciones religiosas o civiles, por no querer contratar a maestros homosexuales, a lesbianas, a transexuales, a travestís, etc. ni a lideres que manifiesten públicamente sus inclinaciones sexuales?

¿Por qué los gobiernos no conceden los mismos derechos civiles, que a las “parejas de hecho”, a dos hermanos o a dos personas que viven juntos y expresamente, no quieren declararse homosexuales?

¿Pueden las leyes penalizar a las personas u organizaciones, que por sus creencias religiosas o sociales, ejerciten su derecho moral a la objeción de conciencia, sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, o hacia las conductas que impliquen desórdenes sexuales?

¿Pueden las leyes prohibir la discriminación, con base en la orientación sexual, de género o estatus matrimonial?

¿Se deben aceptar ética y moralmente los derechos civiles, ciudadanos y los comportamientos de las personas homosexuales?

¿Se debe admitir la aprobación legal, de la práctica homosexual y del lesbianismo?

¿Se debe auto defender la sociedad y los padres de familia, del contagio tan devastador, pernicioso y destructivo para el presente y el futuro, de la perversión voluntaria de algunos homosexuales?

¿Se deben equiparar las aberrantes uniones de homosexuales y lesbianas, que van en contra de la ley natural, a los matrimonios entre personas de distintos sexos?

¿Se debe obligar por ley a los ciudadanos, a aceptar y compartir otras opiniones relacionadas con la homosexualidad y el lesbianismo, o solamente que todos se respeten mutuamente?

¿Se puede legitimar por el Estado, el mal moral de las uniones entre homosexuales?

¿Son contrarios a la ley natural los actos de sodomía?

¿Tiene algo que ver la realización del acto del sexo, entre dos homosexuales, con la generación de vida, de un matrimonio heterosexual?

¿La homosexualidad es una enfermedad psiquiátrica y egodistónica, catalogada por la Organización Mundial de la Salud, OMS?

¿Es cierto que los homosexuales y las lesbianas, no tienen estabilidad familiar, cambian muchísimas veces de pareja y de situación en ella, lo que complica la educación de los hijos adoptados, al obligarles a convivir con tantos supuestos padres y madres diferentes?

¿Influye en los niños la tendencia hacia la homosexualidad, cuando son adoptados por parejas homosexuales o lesbianas?

¿Los niños adoptados por parejas de homosexuales o lesbianas, reciben daños irreparables?

¿Se puede evitar la homosexualidad y el lesbianismo, cuando a los niños y a las niñas se les educa a cada uno como es, sin unificar sus roles?

¿Se puede legitimar por el Estado, el que las parejas de homosexuales, cometan el despropósito de adoptar niños, aun sabiendo que atentan contra sus derechos y los traumas psíquicos, que les producen en el presente y en el futuro, al entre otras cosas, compararse con los otros niños que tienen padre y madre?

¿Tienen alteraciones emocionales los niños criados por homosexuales?

¿Si te enteras que tu hermano o un buen amigo es homosexual, debes aceptarle o rechazarle, sabiendo que tu ayuda y amistad, puede servirle para mejorar su situación?

¿Si un hijo homosexual o lesbiana, pide a sus padres poderles visitar un fin de semana con su pareja, deben aceptarles o rechazarles, para demostrarles que aman a la persona, aunque objeten su comportamiento pecaminoso?

¿Si un hijo homosexual o lesbiana pide a sus padres que asistan a su matrimonio (homomonio) civil, deben rechazar la invitación, para demostrar que no están de acuerdo con esa decisión antinatural?

Algunas referencias para obtener respuestas, muy claras, a las preguntas indicadas anteriormente:

Páginas del Catholic.net: http://www.es.catholic.net/busqueda/index.phtml?w=homosexual&s=2&and=1

Páginas de http://www.courage-latino.org/

Páginas del Padre Jorge Loring S.J. Libro PARA SALVARTE, n° 68,24. www.arconet.es/loring

La Iglesia Católica, a través de organizaciones como www.courage-latino.org puede ser un instrumento de ayuda, para cambiar de actitud. Courage Latino tiene grupos y comunidades de hombres, mujeres y para padres, amigos y familiares en varios países. Pueden escribir a: consultas@courage-latino.org

Courage Latino http: www.courage-latino.org es un apostolado de la Iglesia Católica, para brindar atención espiritual, a personas que viven una condición de atracción al mismo sexo y que buscan vivir en castidad, encontrando un sentido para su vida. Es reconocido por el Pontificio Consejo para la Familia de la Santa Sede y la Conferencia del Episcopado Mexicano.

Las 5 metas de Courage Latino:

(Castidad desde el corazón) Tener vidas castas, de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia Católica, acerca de la homosexualidad.

(Crecimiento Espiritual) Dedicar la propia vida a Cristo, a través del servicio a otros, la lectura espiritual, la oración, la meditación, la dirección espiritual individual, asistencia frecuente a Misa y la recepción asidua de los sacramentos de la Reconciliación y la Santa Eucaristía.

(Comunidad) Fomentar un espíritu de compañerismo, en el cual todos puedan compartir pensamientos y experiencias y así, asegurar que nadie tenga que enfrentar los problemas de la homosexualidad solo.

(Servicio) Estar consciente de la verdad de que amistades castas, no son solamente posibles, también necesarias, en una vida cristiana casta y obrando así, proveer ánimos al formarse y sostenerse unos a otros.

(Testimonio y Misión) Tener vidas que puedan servir, como buenos ejemplos para otros.

Para un feminismo inteligente y beneficioso

Por Luis Fernández Cuervo (luchofcuervo@gmail.com)

Soy decididamente feminista y lo he demostrado en varios artículos, años atrás. Valoro mucho las cualidades femeninas, en tantos puntos superiores a los varones. En mis años de profesor universitario he tenido siempre, como mejores alumnos, a ellas, con las mejores notas y con la mejor de las simpatías. Sin embargo sé que después, al buscar trabajo, muchas veces son postergadas por varones menos competentes en el desempeño de sus tareas. Por eso la inauguración, a bombo y platillo, de Ciudad Mujer, tiene en principio mi apoyo y mi aplauso.

Sin embargo quiero aportar elementos positivos de reflexión para orientar las metas feministas con ejemplos de por donde va la vanguardia del feminismo actual, tanto norteamericano como europeo, muy lejos del feminismo antivarón y antimaternal, del pasado.

En 1981 Betty Friedan y Susan Brownmiller, anunciaban la crisis del viejo feminismo y cambiaban sus propuestas. Friedan, en The Second Stage reconocía que el feminismo tenía que preocuparse de la familia si no quería perder su influencia y que la meta debía de ser “cómo hacer compatibles el trabajo, el amor, el hogar y los hijos”. Brownmiller pasaba a acercarse a las posiciones, antes odiadas de The Total Woman de Marabel Morgan, cuando descubría entonces que la feminidad era “un sentimiento romántico y una estética exquisita” y que el feminismo no había logrado compaginarse con la feminidad.»

En 2010 escribí: «Pero cuando las mujeres dejaron el hogar para lanzarse a las profesiones reservadas anteriormente a los varones, el éxito, a veces fulgurante, no fue acompañado por la felicidad. Así lo reveló muy claramente el libro de los economistas Betsey Stevenson y Justin Wolfers, (mayo, de 2009), “The Paradox of Declining Female Happiness”, que causó conmoción en los Estados Unidos. Se afirma en este libro que la ausencia de la madre en el hogar ha traído, como uno de sus frutos, la decadencia de la familia tradicional, pero ello constituye uno los mayores factores de depresión e insatisfacción entre las mujeres profesionales. El igualar o superar a los varones en la profesión prometía el paraíso y trajo la desgracia».

Veamos otras famosas feministas. Helen Brook, líder de la anticoncepción, fallecida en 1997, seis años antes declaraba: “Si tuviera que empezar de nuevo, trabajaría a favor de las familias con padre y madre.” Evelyne Sullerot en Le grand remue-ménage (1997) viene a decir lo mismo, aterrada por la descomposición social que trajeron los anticonceptivos. Las italianas de la revista Noi Donne confesaron “los científicos de todo el mundo concuerdan en confirmar hoy que los porcentajes de eficacia de los métodos naturales son parejos a los de la píldora” y pasan a apoyar los métodos naturales, no por ideas religiosas, sino porque les ayuda a vivir con mayor respeto la relación con su cuerpo y con su sexualidad, “elementos que desde siempre son patrimonio de la cultura femenina”. Naomi Wolf, famosa escritora de The Beauty Mith, en su libro Fire with Fire (1994) dice: “la muerte del feto es una muerte verdadera”(…)“en la decisión de abortar hay grados de culpabilidad, conciencia y responsabilidad”(…) “necesitamos tener la valentía de reconocer que la elevada tasa de abortos de este país –más del 25% en relación con los embarazos- solo puede entenderse como un fracaso”.

Jean Bethke Elshtain, de la Vanderbilt University, con varios libros sobre la mujer y la familia, dice: “Creo que el movimiento feminista nunca ha prestado a los niños la atención que se merecen”(...) “y ya estamos viendo las consecuencias: los niños procedentes de hogares rotos, de madres solteras, etc., sufren muchos más problemas relacionados con las drogas, el alcoholismo, la violencia, el fracaso escolar, los suicidios de adolescentes, las depresiones. Una de las cosas más tristes que está sucediendo en Norteamérica, hoy en día, es que cada vez hay más niños a los que les falta el amor, el cuidado y la atención de sus padres, aunque en lo material no les falta nada.”

Elise Claeson, Licenciada en Ciencias Sociales, columnista del diario sueco Svenska Dagbladet. En su exitoso libro, Mamma@home, (2006), propone un nuevo feminismo que se centra en la maternidad y en la naturaleza femenina. “Yo creo que es una tendencia que ha venido para quedarse. Hay signo de ello por todas partes. El viejo feminismo ha perdido porque no ve a las mujeres como ellas son, pretende convertirlas en hombres. Hay una idea feminista y socialista de que las mujeres son libres solamente cuando actúan como hombres y se incorporan al mercado laboral. Propongo que las mujeres no deberíamos intentar llegar a ser hombres; estamos bien como somos y deberíamos seguir nuestros deseos femeninos y nuestra naturaleza femenina”.

Encuentro en un aeropuerto

Mons. Timothy Dolan, Arzobispo de Nueva York, cuenta una experiencia personal (“An airport encounter“), con reflexiones muy oportunas sobre los abusos sexuales del clero.

Era sólo la tercera vez que me pasaba en mis 35 felices años como sacerdote, las tres veces en los últimos 9 años y medio.

Otros sacerdotes me cuentan que les ha sucedido muchas más veces.

Pero tres son bastante. Cada vez que me ha dejado tan agitado que estaba cerca de náuseas.

Sucedió el pasado viernes.

Acababa de llegar al aeropuerto de Denver para hablar en la popular convención anual de Living Our Catholic Faith. Mientras esperaba al tren eléctrico que me llevase a la terminal, un hombre de unos cuarenta años, que también estaba esperando, se me acercó.

– “¿Es usted un sacerdote católico?”, preguntó con amabilidad.

– “Sí, claro. Mucho gusto”, le dije, tendiendo mi mano. Él la ignoró.

– “Crecí en un hogar católico”, respondió. Yo no estaba preparado para la punta aguzada de su estilete. “Ahora soy padre de dos chicos, y no puedo mirarle a usted ni a ningún otro sacerdote sin pensar en un abusador sexual”.

¿Qué responder? ¿Gritarle? ¿Pedir disculpas? ¿Expresar comprensión? Admito que todas esas reacciones vinieron a mi mente mientras me debatía entre la vergüenza y la rabia por el daño y la herida que me infligía con esas palabras punzantes.

– “Bueno”, dije recobrándome lo suficiente, “Sin duda, lamento que lo sienta así. Pero, déjeme preguntarle… ¿cuando ve un rabino o a un ministro protestante automáticamente cree ver a un abusador?”

– “No. En absoluto”, respondió con los dientes apretados.

– “¿Y cuando ve a un entrenador, un líder boy scout, un padre adoptivo, un consejero o médico?”

– “Por supuesto que no”, respondió. “¿Qué tiene que ver con esto?

– “Mucho”, respondí. “Porque cada una de esas profesiones tiene un porcentaje de abusadores tan alto, quizá mayor que el de los sacerdotes”.

– “Quizá”, admitió. “Pero la Iglesia es el único grupo que sabía lo que pasaba, no hizo nada, y se limitó a pasar los pervertidos de un lado a otro”.

– “Parece obvio que usted nunca vio las estadísticas sobre los profesores de colegios públicos”, comenté. “Solo en mi ciudad natal, Nueva York, los expertos dicen que la proporción de abusos sexuales entre profesores de la escuela pública es diez veces más alta que entre los sacerdotes, y esos abusadores, simplemente, fueron transferidos de un sitio a otro”.

[Si hubiese conocido las noticias del New York Times del pasado domingo sobre la alta tasa de abusos contra los más indefensos en la mayoría de hogares tutelados por el Estado, con abusadores simplemente transferidos de un hogar a otro, también lo hubiera mencionado].

No respondió, así que continué.

– “Perdone que sea tan contundente, pero usted lo fue conmigo, así que permítame preguntar: ¿cuando usted se mira al espejo, ve un abusador sexual?”

Ahora era él quien se sobresaltaba como yo antes.

– “¿De qué demonios me habla?”, dijo.

“Es triste, pero los estudios nos dicen que la mayoría de los niños abusados sexualmente son víctimas de sus padres o de otros miembros de la familia”, respondí.
Ya era bastante. Le vi aturdido y traté de calmarlo.

– “Le diré que, cuando le veo a usted, yo no veo un abusador, y agradecería la misma consideración de su parte”.

El tren nos había llevado a la zona de recogida de equipajes y salimos juntos.

– “Bien, entonces ¿por qué sólo oímos toda esa basura acerca de ustedes los sacerdotes?”, preguntó pensativo.

– “Lo mismo nos preguntamos los sacerdotes. Tengo una serie de razones, si le interesa”.

Asintió mientras caminábamos hacia la cinta transportadora.

– “Por un lado, los sacerdotes merecemos un escrutinio más intenso porque la gente confía más en nosotros, ya que osamos afirmar que representamos a Dios, así que si uno de nosotros hace esas cosas, aunque sólo una diminuta minoría lo haya hecho, es más repugnante.

– Segundo, me temo que hay muchos por ahí que no aman a la Iglesia y hacen lo que pueden por dañarla. Este es un tema con el que adoran azotarnos sin descanso.

– Y tercero, detesto decirlo, se puede sacar mucho dinero denunciando a la Iglesia Católica, mientras que apenas vale la pena denunciar a alguno de los grupos que comenté antes”.

Ahora ambos teníamos ya nuestro equipaje y nos dirigimos a la puerta. Él tendió su mano, la que 5 minutos antes no me había tendido. Nos dimos un apretón.

– “Gracias, encantado de haberle conocido”, dijo. Se detuvo un momento. “¿Sabe? Pienso en los grandes sacerdotes que conocí de niño. Y ahora, que trabajo en IT en la Regis University, conozco algunos jesuitas devotos. No deberíamos juzgarles a todos ustedes por los horribles pecados de unos pocos”.

– “Gracias”, dije sonriendo. Supongo que las cosas se habían arreglado porque, mientras se iba, añadió: “al menos, le debo un chiste: ¿qué sucede si no puedes pagar a tu exorcista?”

– “Ni idea”, respondí.

– “Una re-posesión”

Nos reímos y nos separamos. Pese al final feliz, aún temblaba y casi sentí que necesitaba un exorcismo para expulsar de mi alma sacudida el horror que todo este asunto ha significado para las víctimas y sus familias, para nuestros católicos, como ese hombre… y para nosotros, los sacerdotes.

María Magdalena, entre la tradición y la ficción

Por Gonzalo Aranda Pérez
Profesor ordinario de Antiguo Testamento
Universidad de Navarra
(http://arvo.net/)

Una figura muy distinta en los evangelios y en el gnosticismo.

En la última década ha surgido toda una industria editorial sobre María Magdalena. Para esos intérpretes contemporáneos es la "diosa de los evangelios", la "esposa de Jesús", el Santo Grial o la fundadora real del cristianismo...

De las mujeres que aparecen en los evangelios la que más relieve tiene, después de la Madre de Jesús, es María Magdalena. Sin duda porque ocupaba un lugar destacado en los recuerdos que se transmitían de la vida de Jesús. Ante todo se la presenta como testigo importante de la muerte y resurrección del Señor. En Mateo, Marcos y Lucas siempre se la menciona la primera de un grupo de mujeres que contemplaron de lejos la crucifixión (Mc 15, 40-41 y par.), vieron donde sepultaban a Jesús (Mc 15, 47) y, según san Mateo, permanecieron sentadas frente al sepulcro (Mt 27, 61). Se cuenta también que el domingo de madrugada María Magdalena y otras mujeres volvieron de nuevo a ungir el cuerpo con los aromas que habían comprado (Mc 16, 1-7 y par.), y que entonces recibieron de un ángel la noticia de la resurrección y el encargo de ir a comunicarlo a los discípulos (cfr. Mc 16, 1-7 y par.).

San Lucas, y sólo él, da además la información de que muchas mujeres que habían sido libradas de enfermedades y de espíritus inmundos seguían a Jesús en Galilea y le servían con sus bienes, entre ellas María, la llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios (Lc 8, 2-3; Mc 16, 9).

San Juan narra las cosas de otra forma. La Magdalena aparece al pie de la cruz y se la menciona en último lugar tras la Madre de Jesús, la hermana de ésta, y María, mujer de Cleofás (Jn 19, 25). Después cuenta que el domingo, cuando aún era de noche, fue al sepulcro y al ver la losa retirada corrió a comunicarlo a Pedro y al discípulo amado pensando que alguien se había llevado el cuerpo (Jn 20, 1-2). Luego leemos que estaba llorando junto al sepulcro, y a continuación viene la escena en la que se le apareció Jesús resucitado, encargándole llevar a los discípulos el mensaje de que subía al Padre (Jn 20, 11-18). En san Juan la figura de la Magdalena está cargada de simbolismo y representa a la Iglesia que busca y encuentra a su Maestro resucitado, y puede proclamar "he visto al Señor".

Tres mujeres

De los relatos evangélicos no se deduce que María Magdalena sea la pecadora que según Lc 7, 36-49 ungió a Jesús y le secó los pies que había mojado con sus lágrimas. Esta identificación se extendió en la Iglesia latina a finales del siglo VI con san Gregorio Magno. Fue resultado de un proceso de interpretación de los evangelios que no carece de lógica, pero que, ciertamente, no se impone. A partir del año 200 algunos Santos Padres y escritores eclesiásticos, de Alejandría y del norte de África (por ejemplo, Clemente de Alejandría y más tarde san Ambrosio de Milán y san Agustín) identificaron como una sola mujer a las tres que aparecen en los evangelios ungiendo a Jesús: María de Betania hermana de Lázaro (Jn 12, 1-8), otra cuyo nombre no se dice (Mt 26, 6-13; Mc 14, 3-9), y la mujer pecadora de la que habla Lc 7, 36-50. El paso siguiente fue la identificación con la Magdalena.

De esta forma se ponían en armonía los distintos relatos evangélicos y se simplificaban las cosas. Con tal identificación no se vituperaba su imagen, sino que incluso quedaba ensalzada: también san Pedro había negado al Maestro, y san Pablo había sido perseguidor de los cristianos, y muchos grandes santos habían sido grandes pecadores antes de su conversión.

Otros escritores, sobre todo en Oriente, mantuvieron la distinción entre las tres (por ejemplo, san Efrén y san Juan Crisóstomo).

Receptora de revelaciones secretas

De la figura de la Magdalena que aparece en los evangelios canónicos deriva la utilización que de ella se hace en otros escritos más o menos posteriores para presentar revelaciones secretas de Jesús. Se trata de obras cuyas enseñanzas son discordantes con las de la tradición apostólica recogida en el Nuevo Testamento, y que pertenecen a algunas de las corrientes gnósticas que se dieron en los siglos II y III. Aunque a veces esas obras se han transmitido con el título de "evangelio", en realidad no pertenecen a ese género literario, ya que ni contienen narraciones acerca de la vida de Jesús, ni sus autores están interesados en ella. Los discípulos suelen aparecer sólo como los que preguntan y como los destinatarios de revelaciones hechas tras la resurrección.

No sorprende por tanto que María Magdalena fuera una de las figuras preferidas en tales escritos en cuanto receptora de la revelación secreta, ya que a ella se apareció el Señor tras la resurrección. Normalmente no se la llama María Magdalena, como sucede en los evangelios, sino que se la nombra únicamente como Mariam o Mariamne o Mariham. Esto es signo de que su identidad personal carece en cierto modo de relieve; lo que importa es lo que representa como gnóstica.

Mariam es prácticamente la única mujer que, junto a los apóstoles, escucha las revelaciones secretas de Jesús. Así la vemos en "Evangelio de Tomás", "Diálogo del Salvador", "Pistis Sofía" y otras obras haciendo preguntas al Salvador; a veces más preguntas que cualquiera de los apóstoles.

En el "Evangelio de María", donde sólo ella es la destinataria de la revelación hecha por Jesús al ascender al cielo, se dice que incluso Simón Pedro reconoce en un momento dado que el Señor le ha hablado y le da la razón: porque la amó a ella más que a las otras mujeres. Este recurso a Mariam era una forma de justificar las doctrinas apelando a esas revelaciones.

Frente a la enseñanza apostólica

Otro rasgo que aparece destacado en los escritos gnósticos es la oposición que muestran hacia Mariam los apóstoles, especialmente Simón Pedro. Esto refleja la consideración negativa que algunos gnósticos tenían de lo femenino, al mismo tiempo que han de admitir la condición de discípula de Mariam. Al final del "Evangelio de María" se narra que Pedro y Andrés recriminan a Mariam diciéndole que se ha inventado la revelación que acaba de contarles; pero Leví acusa a Pedro de actuar así por celos.

Estos datos se suelen interpretar como reflejo de una polémica de la Iglesia oficial contra el liderazgo espiritual de la mujer que propugnarían algunos de los grupos que produjeron esas obras. Pero también pueden entenderse como una forma de resaltar, dentro de esos grupos, que la doctrina apostólica transmitida en nombre de Pedro o de otros apóstoles estaba en contradicción con la que ellos exponían en nombre de Mariam.

También aparece Mariam como modelo de gnóstico, especialmente en "Evangelio de Felipe". Este escrito contiene una serie bastante desordenada de enseñanzas del Señor en forma de reflexiones espirituales de cierta amplitud. A pesar de la dificultad de ver en él un sistema coherente, su punto de partida parece ser la doctrina de que el gnóstico alcanza su perfección por la unión de su parte femenina, es decir, su alma, y la parte masculina, o sea, su ángel proveniente del Pléroma o mundo celeste.

Leyendas que ensalzan su figura

En estas representaciones Mariam es modelo del gnóstico precisamente por ser figura feminina. En una ocasión en que se menciona a la Magdalena con este nombre es para hacer notar que es "Mariam", igual que la madre de Jesús y la hermana de esta. Da la impresión de que el nombre de Mariam se convierte en símbolo de seguimiento de Cristo y unión con él. En ese sentido espiritual se habla de Mariam como la que ha alcanzado la perfección gnóstica.

Para expresarlo se dice en otro lugar que el Señor la besó (si esa es la traducción correcta de un verbo, "aspazein", que de por sí significa "saludar") muchas veces. Antes se ha hablado del "beso" como "medio por el que el perfecto concibe y da a luz", es decir, se engendra a sí mismo como gnóstico dentro del grupo; por eso, se dice, "nos besamos unos a otros". Parece que ese "beso"–transposición sin duda del "beso santo" del que habla san Pablo (Rom 16, 16; 1 Cor 16, 20; etc)– podía formar parte de un sacramento más elevado que el bautismo e incluso que la eucaristía, el llamado en ese evangelio, por analogía a la unión matrimonial, "la cámara nupcial". De él se dice que "no es algo carnal, sino que es puro".

Por todo eso entender ese pasaje como un testimonio histórico de una relación sexual entre Jesús y la Magdalena sería una lectura simplista de ese evangelio, al parecer, de comienzos del siglo III y cuyo tono general es precisamente el alejamiento de la unión sexual. De hecho ningún estudioso serio lo entiende de esa forma.

Muy lejos de aquellas corrientes gnósticas, desaparecidas en el siglo IV, en la Iglesia se fueron creando leyendas encaminadas a ensalzar la figura de la Magdalena. En la Iglesia griega se contaba que después de la resurrección se retiró a Éfeso con la Santísima Virgen y san Juan y que murió allí, siendo después llevadas sus reliquias a Constantinopla. En Francia a mediados del siglo XI surgió la leyenda, adornada con muchos detalles, de que la Magdalena, Lázaro y algunos más fueron a Marsella y evangelizaron la Provenza, que murió en Aix y que sus reliquias fueron finalmente llevadas a Vézelay.