Por Luis Fernández Cuervo (luchofcuervo@gmail.com)
Los terroristas demográficos siguen sin arrepentimiento
Increíble pero cierto, el Fondo de Población de la ONU, en el día mundial de la población ahora sale diciendo que siete mil millones de personas no son demasiados, con ello su tradicional hipocresía cobra ribetes de desfachatez cínica. Tienen el valor de decir, sin arrugarse ni sonrojarse, que aquéllos graves temores de superpoblacion mundial con los que durante más de 40 años nos bombardearon a través de todos los Medios de Información, nacionales y mundiales… ¡estaban equivocados y ahora están obsoletos!
Para mayor cinismo, uno de los agentes de desinformación del lobby antinatalista, el National Geographic, en su número especial sobre el tema, dice en un artículo de Paul Kunzig que “se ha demostrado que una larga nómina de alarmistas sobre el crecimiento demográfico, entre ellos Thomas Malthus y Paul Ehrlich, estaban equivocados en sus predicciones.”
¡Hay que tener desvergüenza! ¿Quién fue el principal alarmista? –¡El Fondo de Población de las Naciones Unidas! Y aquí, sus servidores locales: las agencias Pro-Familia regadas por todas las naciones latinoamericanas y periodistas irresponsables o comprados.
En una entrevista en The Sun del mes pasado, Babatunde Osotimehin, Director Ejecutivo del Fondo de Población de la ONU, afirmó: «Si se colocaran las siete mil millones de personas paradas una al lado de la otra no llenarían el estado de California, por lo que no veo un problema en este sentido. Las políticas prescriptivas de control de la población que limitan la tasa de natalidad ya no son adecuadas». Pero ellos difundían lo contrario. Todavía guardo la portada de un suplemento para jóvenes, de otro periódico salvadoreño, donde se veía un mapa mundial con gente ocupando todo el terreno y algunos flotando en el agua.
Información correcta sobre el mal verdadero, la frenada de la población, había de sobra ya hace muchos años. Yo accedí a ella y publiqué la verdad en muchos de mis artículos. Los primeros: fueron: EL “VIRUS” DEMOGRÁFICO (28,marzo,1998); Su impacto en la moralidad (18,abril, 1998); LA “IMPLOSIÓN DE LA NATALIDAD (20, junio,1998) y LA “ECOLOGÍA” HUMANA (4, julio, 1998). Otro, donde se demostraba la terquedad ideológica de los antinatalistas fue el del 2 de agosto del 2004 (¿Qué está pasando con la población mundial?).
Ya en aquel primer artículo escribí: “Los catastrofismos del Club de Roma o del biólogo-demagogo Ehrlich y su “Bomba de la Población”, quedaron refutados hace ya muchos años por la contundencia de los hechos. Las guerras y las hambrunas que éste profetizó para 1970, no se produjeron. Y mostré quienes eran los expertos honestos: Informarse de todo esto, serenamente, verazmente, no es tan difícil. Se ha escrito mucho y bueno. Los escritos de Julian Simon, Alfred Sauvy, Colin Clark, Pierre Chaunu, Jacqueline Kasun y otros muchos, son contundentes. Basados en datos fidedignos, irrebatibles”.
En el del 20 de junio de 1998 daba datos entonces recientes: “Nicholas Eberstadt, del Centro de Estudios sobre Población y Desarrollo de la Universidad de Harvard (The Public Interest, otoño 1997); Ben Wattenberg, del American Enterprise Institute, autor del libro The Birth Dearth o La carestía de nacimientos (The New York Times Magazine y The Globe and Mail, 13-12-97); el periodista británico Matt Ridley (The Sunday Telegraph), 9-11-97 y The Economist, (20-12-97) con un artículo especial dedicado a las siempre alarmistas y equivocadas profecías de catástrofes ecológicas.” “La ONU hacia 1960 disparaba la alarma con la profecía de un aumento demográfico indefinido, casi exponencial y por tanto insostenible. Veinte años después la “explosión” se había convertido en un crecimiento asintótico hacia un máximo de de 15,000 millones de habitantes en torno al año 2050. Luego el tope quedó en 12,000 millones y más tarde en 10,000 millones. Según la nueva previsión, la población mundial alcanzará un máximo de 9,400 millones de habitantes a mediados del siglo XXI, y después comenzará a bajar”.
“¿Por qué ese vuelco en las predicciones? Según The Economist no ha cambiando la tendencia sino… ¡la información sobre ella!”
Bien y ahora la ONU, su Fondo de Población y otros secuaces se lavan las manos como Pilatos… pero a medias. No aceptan su responsabilidad en lo terrible es que en toda Europa se muere mas gente de la que nace (suicidio demográfico). No aceptan tampoco el costo en enfermedades, abortos, desgracias y suicidios que supone bajar la natalidad en Hispanoamérica a base de un falso derecho al relajo sexual de jóvenes, adolescentes, e incluso niños. Así consiguieron frenar la población mundial pero incrementando la corrupción moral y económica, aumentando la desorientación vital y la infelicidad humana, que a su vez es causa del aumento del consumo de drogas y crea la creciente oferta de los narcotraficantes.
¿Arrepentidos? No nada; dicen que hay que incrementar la salud sexual y reproductiva en los jóvenes para que ellos decidan el futuro demográfico.