Santo patrón de los ladrones

Por Juan Francisco Puello Herrera

Los ladrones estarían de plácemes, si algún día se propusiera y convirtiera en ley un proyecto que pretendiera asignarles un día festivo con santo incluido. La idea no es peregrina si se toma en consideración el auge que ha tomado apropiarse de lo ajeno. La propensión de adueñarse de lo que no le pertenece, no se limita a rateros de poca monta, sino también a aquellos corruptos que valiéndose de puestos (públicos o privados) se han enriquecido con engañifas y chantajes.

Como todo ha cambiado en la conceptualización de los valores y se ha magnificado la teoría de los derechos fundamentales, no es extrañar que hasta se apele al Santo Padre para que designe un santo patrono para esta atípica “clase”, que tiene el merito de amasar fortunas con mañoserías.

La motivación para hacer realidad la inusual propuesta, es, que si los aduaneros, agricultores, abogados, agentes de propiedad, albañiles, alpinistas, cantantes, cajas de ahorro, humoristas, taberneros y hasta las funerarias tienen un santo patrón ¿por qué no se ha nombrado un santo patrono de los ladrones? ¿Cuál sería el santo a escoger?

De los dos ladrones que condenaron y crucificaron con Jesús, uno a cada lado, para situarlo entre delincuentes, no podría ser Dimas, porque siendo ladrón es el buen ladrón o ladrón arrepentido. Gestas es el mal ladrón pero no es santo. A quién escoger entonces. Siendo justos no debería ser problema, y podrían matarse dos pájaros con un mismo tiro. Gestas, aún siendo considerado el mal ladrón, sería elevado a los altares; a la vez que le quitaríamos el tufo de mal ladrón, tendríamos ya un patrono de los ladrones.

La idea no es absurda, si a fin de cuentas un ladrón será el protector de los ladrones, y éstos (los ladrones) gozando de total impunidad, siempre son justificados o al menos descargados, cuando no indultados.