Por Luis Fernández Cuervo
luchofcuervo@gmail.com
El revuelo causado por WikyLeaks me hace sonreír. Todo lo que he podido leer en los periódicos, incluyendo las revelaciones sobre nuestro país, no me dicen nada que yo no supiera. Y además todo eso es muy superficial. Algunos, como los informes del embajador de Estados Unidos en Honduras, Hugo Llórens, sobre la destitución de Zelaya, son para reírse o indignarse. Llórens y Zelaya eran “uña y carne” –o uña y mugre, según se mire-. Eran muy amigos, tenían negocios comunes y entre el hijo de uno y la hija del otro, hubo un asunto sentimental… con complicaciones. Por lo tanto lo que informaba Llórens era pura intoxicación informativa.
Si toda la información que el gobierno de Estado Unidos recibe sobre Hispanoamérica es como ésa, o como los cables-revelación de WikyLeaks sobre El Salvador, entonces lo que debe hacer el gobierno del señor Obama es desmontar rápidamente sus servicios de no-inteligencia por otros que vayan realmente al fondo y verdad de los problemas.
Pero ya dije en mi anterior artículo, al tratar sobre la violencia contra las mujeres, que eso es lo que no se hace. Lo habitual es andarse por las ramas, patinar por la superficie, acatar y difundir los estereotipos interesados y bien remunerados de turno. Vivimos inmersos en el llamado “pensamiento político correcto”, también conocido como “pensamiento débil”, un pensamiento cobarde, interesado en que no se sepa la verdad.
Pero… -¿Qué es la verdad? – así le respondió Pilatos a Jesús, cuando tenía frente a él, al Verbo, a la Verdad. Desde entonces, seguimos igual. No interesa llegar a las verdades. No interesa difundirlas. Comprometen. Se oponen a mentiras y negocios millonarios. Sólo algunos locos columnistas, más o menos quijotescos, entre los que me cuento, nos atrevemos a decir algunas.
Dije que era mentira la “explosión demográfica” mundial, cuando aquí muchos profesionales y altos dignatarios creían en ella. Y fue mentira. No hubo las guerras mundiales por falta de alimentos anunciadas por Paul Ehrlich, el falso profeta de “La bomba de la población”. Ehrlich, tuvo después que callarse y pagarle a Julian Simón los dólares que habían apostado.
He dicho que los anticonceptivos hormonales son verdaderos abortivos y que ellos, y el aborto legal, son una causa importante del aumento mundial de cáncer de mama, como está demostrado científicamente. Pero aquí seguimos difundiendo la “salud sexual y reproductiva”, que es destrucción moral de la humanidad, difusión de enfermedades venéreas y fomento del genocidio mundial del aborto.
Dije que frenar la natalidad no ayudaba al desarrollo económico, sino que lo perjudicaba y ahí está Europa con su “suicidio demográfico” y ahí están las últimas cifras de nuestro país donde ya tenemos menos niños que ancianos. ¿Vamos llegando al “crecimiento cero”, o ya estamos en él?
El último informe de la ONU dice que el Sida ha disminuido en varios países africanos. Siguen el éxito de Uganda, centrando la lucha en la abstinencia sexual antes del matrimonio y en la fidelidad de las parejas, dejando el condón solo para los fornicarios impenitentes. También señala que aumentó el Sida entre homosexuales de países ricos, lo cual no es un motivo para el orgullo gay. Entonces ¿por qué la ONU no hace, como hizo contra el tabaco, una campaña mundial masiva contra el libertinaje sexual y sus aberraciones? ¿Por qué no recomienda la virtud de la castidad, con abstinencia sexual para los solteros y con mutua fidelidad para los casados? Millones de dólares tiene de sobra para promover esa campaña.
Dije que el calentamiento global era sólo calentamiento informático y afortunadamente algo se filtró al exterior de las trampas en cifras y gráficas que abochornaron al IPPC, de la turbia actuación de su presidente Rajendra Pachaury y de otras manipulaciones y falsedades que hicieron fracasar la reunión de Copenhague. No nos hemos derretido como predijo Al Gore, el “calentólogo” tremendista injustamente premiado con el Nobel de la Paz, sino que el invierno pasado y el que entra ya ha matado gente de frío.
Pero ese montaje internacional millonario ahora vuelve a la carga con un nuevo estereotipo más prudente: “el cambio climático”, término de por sí ambiguo, porque el clima siempre ha sido y será cambiante. No se atreven a decir cambio climático anormal, pero lo sugieren. Lo cierto es que la reunión en Cancún no es una reunión científica sino política, de la que se nos informa poco y mal y donde lo más probable es que se esté cocinando alguna nueva faceta del imperialismo globalizante y antinatalista, disfrazado de solidaridad con los países subdesarrollados.
Es triste, pero a pesar de todos los avances tecnológicos en comunicación, lo que dijo Mark Twain, referido a los periódicos de su tiempo, Si usted no lee los periódicos no está informado; si lee los periódicos está mal informado, hoy se puede aplicar a mucho de lo que nos llega por los Medios informativos.