El ser humano “light”… características generales.
(Extracto tomado de un artículo de Mons. Francisco José Arnáiz)
- Aparenta normalidad
- Lleva consigo una profunda deshumanización interior
- De pensamiento “light”
- De razonamiento “light”
- De convicciones “light”
- De sentimientos “light”
- De criterios “light”
- De curiosidades “light”
- De expectativas “light”
- De relaciones “light”
- De actitudes “light”
- Hijo y víctima de la televisión, del periodismo “light”… es sujeto de mucha información y escasa sabiduría.
- A más datos y menos actividad mental, más superficialidad… La falta de actividad mental, de reflexión, hace de la información ininterrumpida algo avasallante… Le sirve únicamente para pábulo de la curiosidad. Y resulta así un sujeto sin síntesis de lo percibido, disperso, de pensamiento débil, sin convicciones firmes, sin brújula, “light”.
- A través de la información sin reflexión, el ser humano actual ha asistido a cambios profundos y vertiginosos en el pensar y en el actuar, en el trabajo y en la vida… Y esto le ha llevado poco a poco a no distinguir, a no discernir, a dar todo por válido, a mostrarse indiferente ante todo, a recurrir a tópicos superficiales: “la mayoría obra así”, “son muchos los que piensan de este modo”, “antes era distinto, pero ahora es así”…
- El ser humano ha resultado de esta guisa un sujeto trivial, baladí, frívolo, indiferente, amoral, inmoral, muy “light”, carente de gravedad, falto de integridad…
- A pesar de todas sus conquistas en los distintos campos del saber… (estos éxitos) al ser manejado por seres humanos tan desintegrados y vacíos de criterios y moral –tan “lights”, tan que no son lo que debieran ser- resulta increíblemente ambiguo y confuso.
- La razón de todo esto estaba en que el creador y beneficiario de todas estas conquistas es de ley ordinaria un ser humano muy materialista, que desconoce los valores y el disfrute del espíritu, y solo tiene por ideal ganar y gastar mucho dinero (en lo que sea); un ser humano hedonista que busca insaciablemente el solo placer sensorial e instintivo; insolidario, despreocupado de las tragedias ajenas; muy subjetivista, para quien todo es relativo y ninguna norma puede ser absoluta y universal; un ser humano muy permisivo; un ser humano “light”, completamente deshumanizado…
- Dada, pues, esta realidad a nadie extraña que la generación actual… ofrezca el cuadro deprimente y triste de las interminables rupturas conyugales, de los millones de niños sin amor y sin hogar, de los millones y millones de abortos, del alto tráfico y consumo imparable de drogas y alcohol, del terrorismo insensato, de los fanáticos absurdos, de las guerras sin ningún sentido, del armamentismo degradante, de la corrupción rampante tanto pública como privada, de los salarios ridículos, del desempleo creciente, del agnosticismo religioso sin más base que la ignorancia religiosa…
- Todo este subproducto socio-cultural no es más que una consecuencia natural de la estructura interna de nuestra generación “light”. Para ella no existe el pensamiento firme ni las convicciones hondas ni los compromisos ineludibles. Su “ideología” es el pragmatismo, lo que funciona, lo que rinde. Su norma de conducta lo que se lleva, lo que está de moda. Su ética lo que me conviene, lo que todos hacen, la ley de la estadística. Su ideal gozar lo más posible y complicarse la vida lo menos posible...
- En un ser humano así no cabe ni la sinceridad ni el heroísmo… Poco a poco ha ido desapareciendo el idealismo de nuestro planeta. Se ha impuesto la cultura del plástico desechable: usar y tirar...
- Pragmáticamente hemos ido cediendo y cediendo en cosas esenciales, y los esfuerzos del ser humano ya no apuntan a ser más humano, más culto, más espiritual (religioso), más responsable, más íntegro, más creador, más solidario, sino a conseguir, como sea, caiga quien caiga y lo que caiga, más dinero, más bienestar material y más placer…
- El nuevo modelo de héroe es el que nos presentan frívolamente las telenovelas y las películas de acción: el triunfador en amoríos, en los negocios, en la sociedad. Un ser humano rebajado a categoría de objeto, repleto de consumo y bienestar, cuyo fin consiste en pasarlo bien y despertar banalmente la admiración y la envidia de los demás. Sin vínculos serios, sin compromisos responsables, sin una ética definida y clara…
- A un ser humano así, tan pobre interiormente y tan volcado al exterior, a lo periférico de la vida, es inútil preguntarle por las grandes interrogantes de la existencia, pues prescinde de estos. Cuando le surgen, los ahoga, los asfixia, y resulta así en lo fundamental y trascendental del ser humano, hueco, vano, trivial e insustancial. Resulta un ser a la deriva, sin brújula, que todo lo acepta y canoniza, o con la misma ligereza todo lo niega o trivializa…
- Sin interior rico y firme, es enormemente inconsistente, voluble y vulnerable, y muy propenso a depresiones y anomalías psíquicas. Suele ser interesante para los momentos de inspiración, pero insoportable para la convivencia prolongada, por su pobreza interior y falta de sabiduría…
- La deshumanización de nuestra generación ha ido produciendo tristemente una convivencia humana cada vez más ardua y difícil, más desagradable y dura… La amistad ha sido sustituida por la envidia y la competencia desleal. Nuestras calles y comercios abarrotados de gente, riadas de gente tensa y silenciosa…
- La gran pregunta es si esta generación “light”, deshumanizada, se perpetuará o simplemente es un período transitorio hacia una generación mejor, arrepentida de este pasado tan lastimoso…
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“Hay épocas –en la vida espiritual de los pueblos- en que parece que la fe ha desaparecido; otras en que la vida de fe es algo bastante común y tiene una vigencia social. Se dice a veces: hoy no tiene sentido creer porque ya nadie cree, o vive como si no creyera; la fe religiosa es algo superado, obsoleto; el hombre que cree es un ser alienado, entregado al temor de las fuerzas naturales, falto de criterios intelectuales serenos y sobrios…
“Qué bueno sería, Dios mío, poder estar entre aquellos que te aman por Ti mismo. Poder estar entre aquellos que soportan tu ocultamiento pacientemente porque les importa más confiar en Ti que en entenderte… entre aquellos que no intentan encerrar a Dios en sus deseos, sino solo inclinarse ante su infinitud…
“Qué bueno sería, Dios mío, estar entre aquellos que mantienen tu alabanza aún cuando están destrozados, entre aquellos que saben renunciar a lo accidental porque quieren ser libres para lo esencial; entre aquellos que se reconcilian con las preocupaciones de este mundo, porque han oído la llamado del Amor…” [Dr. López Quintás]