Brujas en Wall Street

Publica el New York Times que desde la bajada del Dow Jones es frecuente que los agentes de cambio y bolsa consulten con una pitonisa a la hora de contratar los valores, hasta a 1.000 dólares por sesión.

Antaño, la brujería tenía mala prensa, no en vano los poderes sobrenaturales que poseen las mediums provienen de las fuerzas ocultas y si fue atacada sin piedad fue para preservar la salvación del alma de las mismas y evitar la extensión de la influencia diabólica en la sociedad.

Pero lo más chocante es que el articulista afirme:

"En un momento en que se cambia de opinión respecto al modo de rescatar la economía, acudir a videntes no parece descabellado ni irracional."

Hoy, por lo que se ve, la gente prefiere confiar más en el demonio que en Dios.

No se reza a quien más interés tiene en ayudarnos, tanto en lo material como en lo espiritual y además de forma gratuita.

Pero una sociedad que ya no se dirige a Dios ha perdido su razón de ser: sólo los que se sienten hijos de Dios desarrollan una vida satisfactoria, a pesar de la crisis, porque su esperanza está puesta en un Padre amante y omnipotente.