Para muchos de nosotros la vida es como un yugo, y la vivimos como un peso insoportable.
Se dice que esto puede ser un síntoma de envejecimiento, pero es que tampoco los jóvenes están siempre felices de vivir.
La inquietud de los jóvenes se manifiesta claramente en la prisa que muchas veces exhiben en hacer y lograr muchas cosas rápidamente, o en soñar demasiado: cuando sea mayor, tenga un trabajo, un carro, dinero, etc...
Y es precisamente este tipo de pensamiento sobre el futuro lo que los distrae de vivir el presente y les impide gozar de la hermosura del momento en que se encuentran.
Alguien dijo una vez: "la juventud es un don precioso, !qué pena que se regale a gente imprudente como a los jóvenes, que no saben aprovecharlo!"
Pero no son sólo los jóvenes, la mayor parte de las personas vivimos así.